El ¡®burnout¡¯ parental, una epidemia silenciosa e ignorada en Colombia
Con mayor carga de cuidado en el hogar, las madres son las que m¨¢s padecen un agotamiento que se vive en privado
Adriana, una madre soltera de 39 a?os que vive en Cartagena, en la costa caribe de Colombia, hace haza?as para que los d¨ªas le alcancen. Entre los cuidados de la casa y de su hijo de 10 a?os ¡ªalistarlo, llevarlo el colegio, organizar la lonchera, hacer las comidas, apoyarlo con las tareas, realizar las compras, atender las citas m¨¦dicas¡ª y responder al teletrabajo como ingeniera electr¨®nica, las horas se escapan. ¡°Es muy dif¨ªcil encontrar tiempo para m¨ª porque siempre tengo la cabeza ocupada, pensando en qu¨¦ hay que hacer. Si estoy descansando es porque algo me falta¡±, confiesa del otro lado del m¨®vil, mientras saca unos minutos para hablar con EL PA?S. El d¨ªa empieza a las cuatro de la ma?ana y termina cuando solo quedan alientos para un suspiro.
Su situaci¨®n se repite entre muchos padres y madres, cuando el cuidado de los hijos se cruza con obligaciones que los sobrepasan ante la falta de ayuda. Sienten que la vida no les alcanza para todo, que humanamente no dan m¨¢s. El estr¨¦s cr¨®nico de la crianza, cuando los padres se sienten exhaustos, irritables, abrumados, e incluso distantes afectivamente de sus hijos, se convierte en lo que los expertos han llamado burnout o agotamiento parental.
Ese cansancio extremo, similar al que experimentan los trabajadores cuando tienen exceso de carga laboral, ¡°resulta de un desajuste entre los factores estresantes percibidos y los recursos disponibles, y da como resultado que los padres se sientan f¨ªsica, mental y emocionalmente agotados¡±, explica un estudio de la Universidad de Ohio (Estados Unidos), publicado en mayo de 2022. Las mujeres son quienes m¨¢s soportan la sobrecarga: el 68% report¨® agotamiento parental frente al 42% de los hombres.
Es un problema que no se termina de abordar y que en Colombia hasta ahora despunta. No hay cifras oficiales sobre el agotamiento parental; ninguna de las encuestas del Departamento Nacional de Estad¨ªsticas (DANE) las recoge. Se trata de una realidad oculta tras las paredes de los hogares, en la angustia silenciosa de madres o padres que, adem¨¢s de soportar el desgaste, se sienten solos. Sin embargo, investigaciones acad¨¦micas recientes han dejado al descubierto este s¨ªndrome en el pa¨ªs.
El doctor en psicolog¨ªa y profesor de la Universidad Externado, Diego Armando Le¨®n, sostiene que la incidencia del burnout parental es significativa. ¡°A mayor cantidad de hijos o entre m¨¢s hijos peque?os no escolarizados, mayor agotamiento. Si hay hijos mayores o presencia de abuelos, t¨ªos o redes familiares que apoyen las tareas de la crianza, se reduce el estr¨¦s¡±, detalla el acad¨¦mico, a partir un sondeo que realiz¨® entre 390 padres de familia, junto a otros especialistas.
Tener pocas fuentes de apoyo es uno de los mayores factores de riesgo, especialmente cuando se debe manejar el trabajo y el hogar. Es una situaci¨®n que viven, principalmente, las mujeres. En Colombia, seg¨²n el DANE, mientras ellas destinan en promedio siete horas y 44 minutos del d¨ªa al trabajo dom¨¦stico no remunerado, los hombres dedican alrededor de tres horas y seis minutos. Al margen de si hay hijos o no, son m¨¢s las mujeres que enfrentan la soledad. El 31,39% de todos los hogares de Colombia tienen una mujer sola a la cabeza, frente a un 16,54% de hombres en la misma condici¨®n.
Adriana ¡ªprefiere mantener su apellido bajo reserva¡ª vive las consecuencias de ese desequilibrio. ¡°El pap¨¢ de mi hijo vive en otra ciudad. Aparece tres, cinco d¨ªas en el a?o, y saca al ni?o. De resto, nada. ?l est¨¢ tranquilo y yo haciendo de todo. Hay mucha injusticia¡±, comenta.
Si trabajara fuera de casa, como muchas madres, tendr¨ªa que producir m¨¢s para pagar a un cuidador. Aunque no es su caso, el peso no cede. ¡°Es extenuante. Llega un momento en que me siento demasiado saturada. Puedo estar acostada, pero siempre pienso en pendientes. Tengo tres calendarios y un tablero, porque a veces se me olvidan las cosas, se me cruzan. He querido invertirle tiempo a hacer ejercicio, pero las energ¨ªas no me dan¡±, se desahoga.
En ocasiones, seg¨²n Le¨®n, ese agobio se mezcla con culpa. ¡°Quienes lo padecen sienten que no tienen energ¨ªa suficiente para seguir rindiendo, con la desventaja de no poder renunciar a su rol y del estigma social de ser malas madres o padres. Eso aumenta el estr¨¦s y se vuelve bastante problem¨¢tico emocionalmente¡±, se?ala. En el estudio que adelant¨® con varios colegas, hallaron una relaci¨®n directa entre el agotamiento parental y s¨ªntomas de depresi¨®n, ansiedad generalizada, mayor consumo de sustancias como cigarrillo, alcohol o cannabis, o trastornos del sue?o. Todo ello coincide con la investigaci¨®n de la Universidad de Ohio.
La situaci¨®n se agrava porque ese agotamiento no es una condici¨®n diagnosticable, lo que impide a quienes la sufren acceder a licencias laborales, incapacidades m¨¦dicas o tratamientos. ¡°Te pueden diagnosticar otras cosas, como ansiedad o depresi¨®n. El problema es que son situaciones que desafortunadamente se intervienen con medicamentos, cuando la fuente es psicosocial. Debemos disminuir los estresores y aumentar el apoyo¡±, afirma el experto, que forma parte de un grupo de investigadores internacionales que buscan actualizar datos sobre el agotamiento parental en 57 pa¨ªses. (Si es madre o padre de hijos menores de 18 a?os, aqu¨ª puede diligenciar la encuesta).
La psic¨®loga infantil Cecilia Zuleta advierte que hay un agotamiento esperable en la crianza, por lo que recomienda tener cuidado de no sobrediagnosticarse. ¡°Este agotamiento puede traer estr¨¦s en niveles normales, pero hay casos de sobreagotamiento. Si estoy irritable, no duermo bien, no tengo ni un minuto para m¨ª, hago todo solo o lloro todo el tiempo, es como estar entrando en depresi¨®n. Ah¨ª es cuando necesitamos acudir a un profesional¡±, subraya.
Una de las consecuencias m¨¢s graves es el impacto en las relaciones familiares, pues cuando se pierde el control de las emociones pueden aparecer la violencia o el maltrato. ¡°Puede terminar afectando la salud mental y f¨ªsica de los hijos. Si la madre est¨¢ sometida a estr¨¦s cr¨®nico, puede afectar el rendimiento acad¨¦mico o el desarrollo de los hijos. Si la madre est¨¢ mal, toda la familia puede estar mal¡±, a?ade Le¨®n.
Un sistema en deuda
El doctor en ciencias del comportamiento y docente de la Universidad EAN en Bogot¨¢, Luis Ren¨¦ Bautista, considera que el agotamiento parental es una evidencia de otros problemas, de condiciones que no favorecen las pr¨¢cticas parentales. ¡°Es mucho m¨¢s probable tener casos de agotamiento si tu hijo estudia en un colegio con exceso de tareas. Tambi¨¦n si trabajas en una empresa que no tiene pr¨¢cticas amigables con la crianza, en la que es un estr¨¦s pedir permiso para llevar al ni?o al m¨¦dico¡±, sostiene.
Bautista, padre de un ni?o de siete a?os con autismo, tiene un trabajo estable, acceso a servicios complementarios de salud y una pareja con la que se dividen las tareas diarias. Dice que es necesario un cambio estructural para que condiciones como las suyas dejen de ser un privilegio. ¡°Tener un sistema educativo y laboral que deje de poner m¨¢s estr¨¦s, ajustar la sociedad, porque la comunidad es una fuente de estresores importante. Si vas al banco con un ni?o y se desespera, la gente empieza a mirarte mal, en vez de cederte el puesto¡±, cuestiona.
Con ¨¦l coincide Simona S¨¢nchez, periodista que trabaja por prestaci¨®n de servicios en el sector p¨²blico y es madre cabeza de hogar. Choc¨® por primera vez con el sistema cuando encontr¨® que le reconoc¨ªan el 40% de su ingreso durante la licencia de maternidad, pues era el porcentaje que cotizaba a la seguridad social. ¡°Cuando vuelves a trabajar, te preguntas con qui¨¦n lo dejas. Ah¨ª se nota una esquizofrenia de este sistema de producci¨®n: como madres, tenemos un trabajo remunerado para sostener el no remunerado¡±, plantea.
Seis a?os despu¨¦s de dar a luz, S¨¢nchez opina que tener hijos es como practicar un deporte de alto riesgo, sin empleos estables, ingresos econ¨®micos suficientes, ni tiempo para ejercer la crianza con tranquilidad. ¡°Amo a mi hijo con mis entra?as y lo tendr¨ªa un mill¨®n de veces; sin embargo, este sistema negligente no est¨¢ dise?ado para traer ni?os al mundo. No existen pol¨ªticas del cuidado que sostengan las maternidades, ni las infancias¡±. Agrega que se deber¨ªa incorporar el concepto de agotamiento maternal: ¡°Creo que est¨¢ tan normalizado que los padres abandonen, porque el que primero abandona es el Estado. Romantizamos el discurso de la supermam¨¢, la que lo puede todo y normalizamos un abandono que es estructural¡±.
El problema no es la maternidad, ni son los hijos, concuerdan los consultados. ¡°No hay nada m¨¢s hermoso que traer un hijo al mundo si lo decides, pero ojal¨¢ m¨¢s ni?os y mam¨¢s tuvi¨¦ramos el tiempo para vivir la esencia de la maternidad con los derechos fundamentales garantizados¡±, enfatiza S¨¢nchez. Bautista subraya que hay que entender que la crianza es un asunto de todos. ¡°Si cuidamos de los padres, cuidamos de los ni?os¡±, concluye.
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