El deterioro de la relaci¨®n de Petro y el Congreso mantiene en vilo las reformas sociales
En dos a?os de Gobierno, el Legislativo ha aprobado las reformas tributaria y pensional, hundido las de salud y educaci¨®n, y a¨²n debate la reforma laboral. El presidente espera que, en lo que resta de mandato, le d¨¦ el visto bueno a las de los servicios p¨²blicos, miner¨ªa y justicia
La relaci¨®n entre Gustavo Petro y el Congreso de la Rep¨²blica se ha ido deteriorando con el paso del tiempo. En los primeros seis meses de Gobierno, el ¨²nico presidente de izquierda en la historia reciente de Colombia logr¨®, contra todos los pron¨®sticos, una poderosa coalici¨®n legislativa con los partidos tradicionales que le permiti¨® tener la mayor¨ªa absoluta en el Senado y en la C¨¢mara de Representantes, y sacar adelante una ambiciosa reforma tributaria. Pero esa coalici¨®n hoy est¨¢ desintegrada, el Gobierno ha perdido poder y Petro no tiene garantizados los votos necesarios para los proyectos de ley que radicar¨¢ en los pr¨®ximos d¨ªas. El cambio en el panorama del Congreso llev¨® a que el a?o pasado el Legislativo solo aprobara la reforma pensional, y hundiera las de salud y educaci¨®n. El presidente espera que, en los dos a?os que restan de Gobierno, apruebe las reformas laboral, a la justicia, los servicios p¨²blicos, y la miner¨ªa. Sin embargo, se enfrenta a una oposici¨®n fortalecida, al desgaste propio de dos a?os en el poder y a las devastadoras consecuencias del esc¨¢ndalo de corrupci¨®n en la Unidad de Gesti¨®n de Riegos y Desastres (UNGRD), en el que est¨¢n salpicados varios ministros y ocho congresistas, por supuestamente intercambiar dinero y contratos por votos.
Al inicio del Gobierno, Petro consolid¨® una inesperada fuerza legislativa comandada por Roy Barreras, entonces presidente del Senado, y David Racero, presidente de la C¨¢mara de Representantes, que tuvo como aliados a congresistas del partido Conservador, del Partido Liberal y del Partido de la U, tres formaciones de derecha y centroderecha que llegaron al Gobierno sin compartir sus convicciones pol¨ªticas. Los votos de esos tres partidos, m¨¢s los oficialistas del Pacto Hist¨®rico, Comunes, el Partido verde y las curules de paz lograron la aprobaci¨®n de una reforma tributaria ambiciosa y progresiva, del hist¨®rico plan de desarrollo que ten¨ªa como eje transversal el cuidado del agua y de la ley de paz total, principal apuesta del Gobierno para acabar con el conflicto armado. En ese entonces, el Ejecutivo contaba con el voto de 75 de los 106 senadores y de 125 de los 186 representantes a la C¨¢mara.
Sin embargo, la luna de miel entre el Gobierno y el Legislativo ten¨ªa los d¨ªas contados. Petro lo sab¨ªa desde que lleg¨® al poder. ¡°Es necesario aprobar estas reformas en el primer a?o de mandato. No creemos que se puedan aprobar proyectos de esta magnitud despu¨¦s del primer a?o. O lo hacemos en este, con el viento a favor, o despu¨¦s la historia nos mandar¨¢ hacia otros lares¡±, dijo en una de las primeras reuniones con su bancada. A la mitad del primer semestre de 2023 la relaci¨®n comenz¨® a deteriorarse. El presidente se empecin¨® en una reforma a la salud que la mayor¨ªa de las fuerzas pol¨ªticas ve¨ªa con recelo. Su insistencia hizo que la coalici¨®n legislativa se rompiera definitivamente, pues sac¨® del gabinete a ministros de La U y conservadores, y estas colectividades se declararon oficialmente como independientes. Casi al tiempo, sac¨® a sus ministros moderados como Cecilia L¨®pez, Alejandro Gaviria y Jos¨¦ Antonio Ocampo.
Durante el segundo semestre de 2023 y el primero de 2024, Petro prioriz¨® esa reforma por encima de la pensional y la laboral, pero no fue suficiente. En el tercer debate, la mayor¨ªa de senadores de la Comisi¨®n S¨¦ptima decidieron hundir el proyecto. Fue la mayor derrota pol¨ªtica de Petro en lo que va del mandato, y reaccion¨® con un discurso m¨¢s radical. Pocos d¨ªas despu¨¦s, habl¨® por primera vez de una asamblea nacional constituyente para ¡°hacer cumplir el mandato popular que lo hab¨ªa elegido¡±. Su idea de cambiar la popular Constituci¨®n del 91 gener¨® rechaz¨® en casi todos los sectores pol¨ªticos, desde el Centro Democr¨¢tico hasta el Pacto Hist¨®rico.
Sin embargo, la ruptura no era total. Cuando parec¨ªa que la v¨ªa legislativa estaba agotada y Petro buscaba otros caminos para sus proyectos, logr¨® en tiempo r¨¦cord la aprobaci¨®n de la reforma pensional y la salvaci¨®n de la reforma laboral. En ambos casos fue determinante la ministra del Trabajo, Gloria In¨¦s Ram¨ªrez, una veterana sindicalista del Partido Comunista que fue capaz de llegar acuerdos con distintos sectores pol¨ªticos. La clave de sus victorias fue escuchar y ceder. Al final, Petro celebr¨® la aprobaci¨®n de la reforma pensional como el mayor logro social para los trabajadores en el siglo XXI, y revivi¨® su idea de hacer un gran acuerdo nacional en el Congreso sobre algunos pocos temas fundamentales.
Fue con ese escenario m¨¢s distensionado, durante los ¨²ltimos meses del anterior periodo legislativo, que estall¨® el peor esc¨¢ndalo de corrupci¨®n de este Gobierno. Sneyder Pinilla, exdirectivo de la UNGRD, confes¨® que el Gobierno hab¨ªa pagado millonarios sobornos a los presidentes del Senado, Iv¨¢n Name, y de la C¨¢mara, Andr¨¦s Calle, para que ayudaran a aprobar las reformas sociales. Esas denuncias siguen en investigaci¨®n. Despu¨¦s se conocieron las declaraciones de Olmedo L¨®pez, exdirector de la UNGRD, en las que acusa al ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, y a otros miembros del gabinete de ofrecer contratos a seis congresistas de la Comisi¨®n de Cr¨¦dito P¨²blico con el objetivo de que aprobaran los pr¨¦stamos internacionales necesarios para el funcionamiento del Estado. L¨®pez tambi¨¦n afirma que uno de esos contratos estaba destinado a financiar a la guerrilla del ELN en el departamento de Arauca.
Aunque a¨²n no hay pruebas concluyentes, el esc¨¢ndalo de corrupci¨®n que parece no haber terminado a¨²n ha ido minando la confianza de la ciudadan¨ªa en el Gobierno, y ha deteriorado la relaci¨®n entre el Ejecutivo y el Legislativo. Parece dif¨ªcil que el Congreso apruebe las reformas del presidente sin que antes se aclare la responsabilidad de los implicados. Sin embargo, en el que parec¨ªa el momento m¨¢s complejo en la relaci¨®n de los dos poderes, Petro emprendi¨® una estrategia de acercamiento. Nombr¨® a Juan Fernando Cristo como ministro del Interior con el objetivo de tender puentes con todos los partidos en b¨²squeda de un acuerdo sobre proyectos y propuestas concretas, en las que ha se?alado que son prioritarias el plan de reactivaci¨®n econ¨®mica, las reformas laboral, que sigue su tr¨¢mite, y a la salud, que se va a presentar con varias diferencias a la que ya se hundi¨®.
Cristo es un hombre liberal, con experiencia como congresista y moderado, que lleg¨® al Gobierno con el prop¨®sito de destrabar las reformas y bajarle el tono al debate. En una entrevista reciente con EL PA?S, el nuevo ministro neg¨® cualquier posibilidad de que el Gobierno busque ampliar el mandato o permitir la reelecci¨®n del presidente. Adem¨¢s, revel¨® que no va a radicar los proyectos sin antes socializarlos con los distintos sectores pol¨ªticos para buscar encontrar consensos con la idea de que no se hundan. Este proceso de di¨¢logo ya arranc¨® con distintas bancadas ¡ª este martes fueron La U y los verdes¡ª y pronto puede dar frutos.
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