El amargo futuro del sector l¨¢cteo colombiano
Los problemas clim¨¢ticos, una ca¨ªda del 21% en el consumo en los ¨²ltimos tres a?os y las desventajas de los tratados de libre comercio acorralan a los productores
El sector l¨¢cteo colombiano lleva meses sumido en una de las crisis m¨¢s profundas. Todo comenz¨® hace un a?o y medio en departamentos del sur del pa¨ªs como el Cauca, Nari?o y Caquet¨¢. Luego se extendi¨® como una mancha de aceite. Caterine Marentes tiene 34 a?os y una peque?a parcela con cuatro vacas, que en su mejor momento producen unos 30 litros de leche diaria. Una cantidad que se trasvasa a las llamadas cantinas para que un carro o cami¨®n las recoja cada ma?ana en un acto reflejo tan maquinal como importante para la econom¨ªa familiar. ¡°A principios de 2023 la leche cruda estaba a un promedio de 1.900 pesos el litro (unos 46 centavos de d¨®lar). Hoy tenemos leches de 800 o 1.000 pesos (19 a 24 centavos de d¨®lar) porque la gente no tiene otra salida que entregarla al valor que le paguen¡±, se queja la productora de Cundinamarca, en el centro del pa¨ªs.
En Colombia hay, a grandes rasgos, entre 320.000 y 350.000 ganaderos en la industria l¨¢ctea. Una buena parte se dedica exclusivamente a la producci¨®n de leche y otro tanto combina su actividad con el engorde de ganado para carne, en un formato que se denomina de ¡°doble prop¨®sito¡±. Se trata de una divisi¨®n de la econom¨ªa que ha presenciado la vertiginosa ca¨ªda en el consumo de leche de 9% en 2022 y otro 6% el a?o pasado. La secuencia, que ya presagiaba un desajuste, se ha ensa?ado con las peque?as y medianas explotaciones familiares que se las arreglan en hatos min¨²sculos con menos de 30 vacas (este segmento puede representar al 80% total del sector).
¡°El consumo sumado de leche de los ¨²ltimos tres a?os ha bajado un 21%¡±, concede el director de la organizaci¨®n Dignidad Agropecuaria, ?scar Guti¨¦rrez. El problema m¨¢s acuciante sin resolver, a?ade, gira en torno a las afectaciones de los tratados comerciales y otros acuerdos que estar¨ªan arrinconando la producci¨®n nacional: ¡°Las 72.000 toneladas importadas desde Estados Unidos y la Uni¨®n Europea reemplazaron el a?o pasado el equivalente a 35 d¨ªas de la producci¨®n de los ganaderos colombianos¡±, justifica Guti¨¦rrez.
Hoy las alternativas se agotan y los excedentes quedan bajo la amenaza de desperdicio. ¡°?Qu¨¦ m¨¢s hacemos con la leche? ?Ya no hay m¨¢s forma de hacer queso porque los mercados est¨¢n copados y la infraestructura para su comercializaci¨®n es mucho m¨¢s grande!¡±, zanja Marentes. Por su parte, los productores de pa¨ªses desarrollados como Estados Unidos o los miembros de la Uni¨®n Europea cuentan dentro de sus pol¨ªticas agrarias con subvenciones y otras ventajas que abaratan el precio final. Por eso para las grandes empresas en Colombia resulta mejor, en general, importar que comprarle a los lecheros nacionales. Y para rematar, el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos estableci¨® que los aranceles a la leche importada ir¨ªan disminuyendo gradualmente hasta llegar a cero en 2026. Con la Uni¨®n Europea se fij¨® la misma cl¨¢usula para 2028.
Resulta dif¨ªcil comprender esta historia sin abordar el papel de la gran industria, en cabeza de firmas tradicionales como Alpina, Colanta, la Alquer¨ªa o la suiza Nestl¨¦. ¡°El grado de concentraci¨®n de mercado que tenemos es muy alto. Eso se traduce en un incremento desproporcionado de los precios en los puntos de venta al p¨²blico, donde se puede encontrar bolsas de un litro de leche a 5.500 mil pesos (1,21 d¨®lares, aproximadamente) en grandes superficies como el ?xito o Carulla, mientras al comprador se lo est¨¢n negociando de 1.400 para abajo (unos 34 centavos de d¨®lar)¡±, explica el ganadero Ramiro Camacho, de 75 a?os y 42 faenando una finca arruinada donde quedan ¡°17 vacas que sacan dos canecas de leche diarias¡±.
Camacho, que ya puso en venta su parcela en la zona calurosa del Magdalena Medio, se queja del ninguneo del Gobierno: ¡°A medida que las grandes empresas han incrementado la importaci¨®n, han dejado de acopiar en las zonas del pa¨ªs donde, debido a las distancias y los problemas de infraestructura, tienen mayores costos¡±. Cita tres ejemplos: ¡°La Alquer¨ªa cerr¨® el centro de acopio en Puerto Salgar (Cundinamarca), desde donde llevaba unos 35.000 litros de leche hasta Ch¨ªa [a las afueras de Bogot¨¢]. La Central Lechera de Manizales (Celema) cerr¨® el centro de acopio en La Dorada (Caldas), con la misma capacidad de producci¨®n. Y Alpina abandon¨® un punto en el Caquet¨¢ donde compraba 400.000 litros¡±.
El ganadero anticipa que ante el silencio del Ejecutivo se organizar¨¢n plantones a mediados de septiembre en Bogot¨¢. Tambi¨¦n propone una bater¨ªa de medidas que incluye revisar los m¨¢rgenes de ganancia a lo largo de la cadena de producci¨®n y comercializaci¨®n para lograr pr¨¢cticas comerciales m¨¢s justas: ¡°Para las grandes compa?¨ªas hoy es m¨¢s f¨¢cil traer un cami¨®n con 30 toneladas de leche en polvo importada desde los puertos de Buenaventura o Barranquilla y terminar el proceso en sus plantas con una manguera y 8.500 litros de agua¡±.
Andrea R¨ªos, jefe de estudios macroecon¨®micos en la Asociaci¨®n Nacional de Instituciones Financieras (ANIF), agrega que, por si fuera poco, los bandazos clim¨¢ticos no ayudan para nada: ¡°Para los agricultores colombianos es muy caro producir. Los insumos, los abonos, los fertilizantes, despu¨¦s de todo lo que ha pasado en las cadenas globales de valor, son m¨¢s costosos. Por eso para los agricultores campesinos, e incluso para algunos grandes empresarios, tambi¨¦n es dif¨ªcil competir con productos importados m¨¢s baratos¡±.
Una sumatoria de l¨ªos sin una respuesta f¨¢cil y que impiden hallar algo de claridad de cara al futuro para el sector l¨¢cteo colombiano. Caterine Marentes reafirma que se trata de un campo abierto a todo tipo de pr¨¢cticas comerciales nebulosas. Cuenta que ha recorrido campos y veredas de los departamentos de Boyac¨¢ y Cundinamarca, donde gigantes como Alpina o la Alquer¨ªa han implementado lo que los agricultores han bautizado como el ¡°pico y placa¡±, u otra suerte de restricciones para recolectar cada vez menos cantinas. ¡°Los intermediarios y las grandes industrias han informado a trav¨¦s de cartas, en los mejores casos, que no van a recoger la leche en las fincas de dif¨ªcil acceso, donde los productores est¨¢n padeciendo las peores consecuencias por los precios¡±, se lamenta.
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