El gota a gota, epidemia curable
El Congreso debe eliminar la tasa de usura, el m¨¢ximo inter¨¦s que se puede cobrar legalmente. Aunque buscaba proteger a los consumidores de abusos, el resultado fue someterlos a los peores imaginables
El 7 febrero de 2019, Paola Moreno Cruz se lanz¨® al vac¨ªo desde un viaducto en Ibagu¨¦ hacia una ca¨ªda de cien metros, con Nicol¨¢s, su hijo de diez a?os. La causa fue la presi¨®n que ejerc¨ªa un usurero del gota a gota. Fueron en vano los esfuerzos de una psic¨®loga y varios agentes de la Polic¨ªa. Nicol¨¢s le rogaba a su mam¨¢ que no saltaran. Nada pudo disuadir a esta madre soltera de 32 a?os.
El 13 de junio de 2024, Giovanny Russi denunci¨® amenazas por un pr¨¦stamo de cinco millones de pesos que adquiri¨® a ra¨ªz de una emergencia. Al pagar le dijeron que deb¨ªa 15 millones. Cerr¨® su almac¨¦n, pues las amenazas incluyeron a su familia, su vivienda y los empleados. Pensaba que realmente ven¨ªan por su empresa y su casa.
A Yesid la vida se le volvi¨® un infierno. Pidi¨® prestados 200 mil pesos por ocho d¨ªas, con 40% de inter¨¦s. Pero las condiciones cambiaron una vez los recibi¨®. El plazo baj¨® a cinco d¨ªas y, pasados tres, lo empezaron a amenazar y a difamar ante los contactos guardados en su celular. Enviaron una foto de su c¨¦dula con la imagen de un ni?o con los ojos vendados, donde dec¨ªa que era un violador de ni?os. La primera en recibir esa imagen fue su mam¨¢. Para intimidar, los prestamistas usan plataformas que se descargan en el tel¨¦fono m¨®vil al recibir el pr¨¦stamo, lo que les da acceso a los datos guardados en este.
En el barrio La Pradera, al suroccidente de Barranquilla, ocho hombres de la banda de los cobra diario llegaron en moto a una casa, disparando sus pistolas. Con palos y piedras destrozaron puertas, ventanas y electrodom¨¦sticos. Cobraban una deuda de 50 mil pesos. La v¨ªctima sali¨® con un ni?o en brazos a esconderse en casa de una vecina. Hasta all¨ª lleg¨® un hombre a golpearla.
Silvia Mu?oz ten¨ªa un puesto de empanadas en una esquina muy transitada del barrio Quebraditas en Neiva, Huila. Cre¨® una microempresa donde ocupaba a nueve mujeres. Un pariente cay¨® en coma y, poco despu¨¦s, supo de una deuda familiar con varios acreedores del gota a gota. Tuvo que cumplir ¡°para evitar problemas.¡± Entonces apareci¨® el verdadero problema. ¡°Cobraron plata que no era. A los que deb¨ªa un mill¨®n cobraron dos; a los que deb¨ªa 10 millones, pidieron 22.¡± Asumi¨® 12 millones y termin¨® pagando 40 millones de pesos.
Alba, madre de dos ni?os, de dos y tres a?os, residente del barrio El Triunfo en Pasto, Nari?o, recuerda en el medio Turbaco Newa su experiencia: ¡°Ven¨ªa pagando puntualmente, pero me atras¨¦ y comenzaron a amenazarme¡±. Colocaron pegatinas en su vivienda con la palabra ¡°moroso¡± y advirtieron que las consecuencias ser¨ªan peores si no cumpl¨ªa con los pagos. Alba teme por su seguridad, la de su familia y pide que cesen las amenazas.
Estas personas cuentan una historia repetida. Un pr¨¦stamo r¨¢pido, sin condiciones, garant¨ªas o avales, para el que basta una firma. El dinero se recibe de inmediato y se devuelve en cuotas peque?as; al menos eso se cree. Pero los alt¨ªsimos intereses y los plazos cortos cambian de inmediato y el deudor entra en un infierno en el que est¨¢ a merced de bandas criminales.
Afortunadamente, la Corte Constitucional orden¨® a la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) poner en cintura a esas aplicaciones en l¨ªnea. En buena hora, el Congreso de la Rep¨²blica busca pasar una ley que fortalezca a las cooperativas de cr¨¦dito. De manera diligente la Fiscal¨ªa pide denunciar esos casos. La Polic¨ªa Nacional muestra en los noticieros a los capturados de una banda de gota a gota. ?De verdad? ?Con tan poco esas instituciones acabar¨¢n el gota a gota o castigar¨¢n sus excesos? ?Se lo creen la Corte Constitucional, la SIC, la Fiscal¨ªa o la Polic¨ªa?
La verdadera soluci¨®n, permanente y cre¨ªble, es eliminar la llamada ¡°tasa de usura¡±, que le impide al sistema financiero formal bancarizar y dar pr¨¦stamos a Paola Moreno, Giovanny Russi, Yesid Rippe, Silvia Mu?oz y Alba, y quit¨¢rselos al gota a gota.
La causa de esta epidemia del gota a gota es una norma de la Ley 45 de 1990 que limit¨® los intereses de los pr¨¦stamos bancarios y defini¨® una ¡°tasa de usura¡± como el m¨¢ximo inter¨¦s que se puede cobrar. Ir¨®nicamente, buscaba proteger a los consumidores de abusos. El resultado fue someterlos a los peores abusos imaginables.
Esa tasa m¨¢xima impide que la econom¨ªa formal llegue a la base de la pir¨¢mide social, econ¨®mica y ofrezca alternativas legales y sanas de financiamiento a los hogares y negocios con necesidades.
En contraste a esa soluci¨®n simple y eficaz, se proponen pa?itos de agua tibia como la educaci¨®n financiera, para que las personas entiendan mejor las opciones de cr¨¦dito y los riesgos de la usura; incrementar la vigilancia sobre prestamistas informales; el apoyo psicosocial para quienes caen en ciclos de deuda y campa?as sobre los peligros del gota a gota. En fin, nos seguimos contentado con frases hechas y acciones insulsas.
El camino al infierno del gota a gota est¨¢ tapizado de las buenas intenciones. Si los congresistas quieren de verdad sacar a los colombianos de la epidemia social del gota a gota, luego de 34 a?os de ineficacia y dolor, deben derogar los art¨ªculos de la Ley 45 de 1990 y eliminar la tasa de usura. As¨ª de simple, as¨ª de r¨¢pido. Es algo que funcion¨® mal para los buenos, y bien para los malos.
Mantener la tasa de usura demuestra falta de inteligencia econ¨®mica, poca sensibilidad social, e indolencia legislativa y administrativa. Las historias desgarradoras que contamos al principio son reflejo de m¨¢s de un mill¨®n de colombianos sometidos a la epidemia social del gota a gota. Siempre habr¨¢ usureros. Pero debemos acabar con el crimen financiero organizado que asola a ciudades y pueblos de Colombia.
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