La lucha contra los pr¨¦stamos ¡®gota a gota¡¯, un producto 100% colombiano
El Gobierno de Gustavo Petro quiere abrir el acceso al cr¨¦dito para restarle clientes a las mafias de prestamistas con usura que ya est¨¢n presenten en 16 pa¨ªses de Am¨¦rica Latina
El gran poder de las mafias se construye de tapar los agujeros sociales que los Estados no llenan; cuantos m¨¢s huecos haya, m¨¢s espacio encontrar¨¢n los negocios ilegales. En Colombia, a¨²n hoy casi la mitad de la poblaci¨®n no tiene acceso a cr¨¦ditos bancarios, un mecanismo de ascenso social. El plan B de quienes necesitan dinero es recurrir a los llamados gota a gota, una figura que apareci¨® en la Colombia de los 90, en el Medell¨ªn de Pablo Escobar, de las drogas y el lavado de capitales. Un sistema de pr¨¦stamos r¨¢pidos con altos intereses en los que el cobro se asegura a trav¨¦s de la extorsi¨®n o la violencia y que se ha extendido a gran parte de la regi¨®n. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, quiere ponerles freno: ¡°Queremos generalizar el cr¨¦dito barato en la econom¨ªa popular para que no caiga en el gota a gota de los usureros¡±.
Los gota a gota matan y, alguna vez, mueren. Cualquier b¨²squeda r¨¢pida en internet arroja decenas de resultados con asesinatos, suicidios y ajusticiamientos por impagos, extorsi¨®n o deudas. Miles de personas, generalmente de los estratos sociales m¨¢s bajos, son v¨ªctimas cada a?o de estos sistemas de pr¨¦stamo expr¨¦s por los que se pagan cuotas que pueden alcanzar hasta el 20% de intereses diarios. Seg¨²n un estudio de la Universidad Central, los gota a gota pueden llegar a mover al d¨ªa unos 2.800 millones de pesos solo en intereses en las principales ciudades de Colombia, pero ya no se trata de un problema nacional. El hampa se alimenta de la desigualdad y la pobreza y Am¨¦rica Latina es un terreno f¨¦rtil para ello. Una investigaci¨®n de la plataforma period¨ªstica Connectas calcul¨® que la expansi¨®n de estos grupos mafiosos alcanza ya a 16 pa¨ªses de la regi¨®n.
El verano pasado, el presidente salvadore?o, Nayib Bukele, les declar¨® la guerra. Al joven mandatario que impuso un r¨¦gimen de excepci¨®n en El Salvador con el que logr¨® en apenas dos a?os acabar con las pandillas que lo situaban como uno de los pa¨ªses m¨¢s peligrosos del mundo le sobra cualquier tipo de delincuente que empa?e una pol¨ªtica de seguridad tan cuestionada por no respetar los derechos humanos como aplaudida por los salvadore?os. El pasado junio, anunci¨® la detenci¨®n de unos 110 prestamistas ilegales en su pa¨ªs, la mayor¨ªa colombianos, y advirti¨® de que se enfrentar¨¢n a la justicia salvadore?a, un laberinto carcelario en el que se entra f¨¢cil y del que es casi imposible salir. Bukele hab¨ªa dado previamente 72 horas para abandonar el pa¨ªs a unos 400 colombianos supuestamente relacionados con estas redes. ¡°Despu¨¦s, no escucharemos lamentaciones¡±, amenaz¨® en Twitter.
La ley colombiana no sanciona directamente el pr¨¦stamo de dinero, pero s¨ª la usura y cualquier tipo de intimidaci¨®n o extorsi¨®n a la que recurren los prestamistas cuando la cuota se atrasa. El acceso a estas mafias es m¨¢s sencillo de lo que podr¨ªa parecer, incluso a golpe de clic. Con la pandemia, las redes dieron el salto a internet y se popularizaron las aplicaciones de entrega de dinero r¨¢pido en las que solo se solicita al deudor el acceso a su archivo fotogr¨¢fico y sus contactos. Ante un impago, comienzan las amenazas que recurren al uso de fotograf¨ªas propias para difundir cualquier difamaci¨®n entre sus allegados.
El plan de Petro pasa por disuadir a los usuarios de este mercado paralelo con una v¨ªa ¨¢gil de acceso a microcr¨¦ditos para financiar proyectos o actividades productivas. ¡°Invito a todos los microempresarios del pa¨ªs, a todas las mujeres cabezas de familia que desarrollen alg¨²n negocio, a todos los peque?os negocios que est¨¢n por ah¨ª, a que dejen de financiarse con el gota a gota y busquen los mecanismos oficiales¡±, anunci¨® en diciembre el ministro de Hacienda. El Estado actuar¨¢ como fiador, lo que evitar¨¢ la necesidad de encontrar un codeudor, y los requisitos ser¨¢n m¨ªnimos, abriendo la puerta al cr¨¦dito de, entre otros, los m¨¢s de 12 millones de trabajadores informales (55% del total) que hay en el pa¨ªs.
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