Cumbre de la biodiversidad en Cali: solo 34 de 196 pa¨ªses han presentado sus planes a 2030 para frenar la p¨¦rdida de especies
Tras el acuerdo hist¨®rico de 2022, comienza en Colombia una conferencia de la ONU que debe abordar la financiaci¨®n para detener el declive de la diversidad biol¨®gica y el reconocimiento de los saberes ancestrales
En 1980, el bi¨®logo Thomas Lovejoy, conocido como el padre del concepto de biodiversidad, se atrevi¨® a hacer una suerte de predicci¨®n de lo que le esperaba al mundo. ¡°Cientos de miles de especies se perder¨¢n irremediablemente al desaparecer sus h¨¢bitats¡±, escribi¨® en un documento en el que tambi¨¦n advert¨ªa que, para 2020, el 20% de las especies del planeta se extinguir¨ªan. Llegado a ese momento, hoy en d¨ªa, se estima que un mill¨®n de los ocho millones de especies conocidas de animales y plantas est¨¢n amenazas de extinci¨®n. Lovejoy, que muri¨® en 2021, no andaba muy desencaminado.
Cambiar esta desastrosa tendencia, as¨ª como lograr un uso equitativo y sostenible de la biodiversidad, es precisamente el objetivo por el que representantes de todo el mundo se reunir¨¢n en la Conferencia sobre Diversidad Biol¨®gica de la ONU, conocida como COP16, en Cali, Colombia. Se trata del encuentro decimosexto al que asisten los pa¨ªses desde que se firm¨® el Convenio sobre la Diversidad Biol¨®gica (CDB) en 1992, y que, desde entonces, ha sido ratificado por todos los pa¨ªses salvo Estados Unidos y el Vaticano.
Con un perfil menos medi¨¢tico que las cumbres de cambio clim¨¢tico y bajo el lema ¡°paz con la naturaleza¡± que le puso Colombia ¡ª un pa¨ªs donde los ecosistemas han sido reconocidos como v¨ªctimas del conflicto armado y el m¨¢s mortal para los defensores del ambiente y de la tierra¡ª, esta COP16 pondr¨¢ ¨¦nfasis en el reconocimiento de los saberes ancestrales, as¨ª como en saldar temas pendientes sobre los recursos gen¨¦ticos y librar la que suele ser la batalla m¨¢s grande de estas reuniones: qui¨¦n pondr¨¢ los fondos para enfrentar la p¨¦rdida de biodiversidad.
Aterrizar la lucha contra la p¨¦rdida de biodiversidad
La historia de las negociaciones ambientales suele ser amarga y la que tiene que ver con la biodiversidad no es la excepci¨®n. Las 20 metas de Aichi que deb¨ªan cumplir los pa¨ªses entre 2010 y 2020 fracasaron. Solo seis se lograron parcialmente. Sin embargo, en la conferencia anterior a esta de Cali, la COP15, que se realiz¨® en 2022 (con dos a?os de retraso por la pandemia), en la ciudad de Montreal, Canad¨¢, se lleg¨® a un acuerdo hist¨®rico: el Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal, con cuatro objetivos y 23 metas, entre las que est¨¢ proteger el 30% de los ecosistemas del mundo para 2030.
De la COP15 los pa¨ªses salieron con la promesa de que, para la siguiente conferencia, deb¨ªan presentar su plan de acci¨®n de biodiversidad, una hoja de ruta sobre c¨®mo pretenden cumplir a nivel nacional con lo establecido en el nuevo marco. Hasta el momento, sin embargo, s¨®lo 34 pa¨ªses lo han hecho. Entre ellos, est¨¢n Espa?a, que fue el primer pa¨ªs en presentarlo, y la Uni¨®n Europea, China, Jap¨®n, Canad¨¢ y M¨¦xico. Colombia, el pa¨ªs anfitri¨®n, lo hizo el primer d¨ªa de esta cumbre de Cali.
Seg¨²n la organizaci¨®n Ecologistas en Acci¨®n, ¡°resulta esencial que durante esta COP se apruebe un mecanismo de seguimiento y una estrategia de movilizaci¨®n de recursos exigentes, que permitan especialmente que los pa¨ªses en desarrollo puedan implementar el Marco Mundial adecuadamente¡±.
Desde la creaci¨®n del Convenio, uno de sus objetivos fue que los beneficios derivados de la biodiversidad se repartan de manera justa y equitativa. Pero este ha sido esquivo. En 2010, naci¨® el Protocolo de Nagoya, que busca que cuando una farmac¨¦utica recoge una planta en un pa¨ªs megadiverso y la utiliza para producir un medicamento, tanto el pa¨ªs como la comunidad local que protege la especie obtengan un beneficio.
El problema es que Nagoya, en la era de la digital, dej¨® un vac¨ªo. ¡°La informaci¨®n gen¨¦tica de muchas especies de plantas y animales ya est¨¢ en bases de datos abiertas que cualquiera que conozca del tema puede utilizar¡±, explica Rodrigo de la Cruz, experto en propiedad intelectual y parte del pueblo ind¨ªgena quichua. ¡°As¨ª que, si una empresa usa esa informaci¨®n y crea un producto, ni las comunidades ni los pa¨ªses que alojan esa biodiversidad est¨¢n recibiendo un beneficio¡±.
Durante las ¨²ltimas conferencias se ha buscado superar esa brecha con varias propuestas, como crear un mecanismo multilateral que reparta los beneficios que se obtienen de esas secuencias digitales, incluyendo establecer un fondo exclusivo para esta cuesti¨®n. Uno de los puntos ¨¢lgidos que, se espera, se negocie en la COP16 son los detalles de qui¨¦n tendr¨¢ que alimentar el fondo, en qu¨¦ porcentaje y c¨®mo repartir el dinero que tenga. ¡°Tambi¨¦n esperamos una discusi¨®n sobre c¨®mo lograr que los pa¨ªses que est¨¢n rezagados en digitalizar su informaci¨®n gen¨¦tica, lo hagan y puedan utilizarla¡±, aclara Catalina G¨®ngora de The Nature Conservancy (TNC). ¡°Es un tema que hay que nivelar para lograr una equidad de los recursos¡±.
La utilidad del conocimiento ancestral que guardan comunidades locales, afrodescendientes e ind¨ªgenas alrededor del mundo est¨¢ cada vez m¨¢s claro. Lo sabe el convenio y lo saben los pa¨ªses. Sin embargo, la percepci¨®n de estos pueblos es que se habla de ellos, sobre sus saberes, pero no tienen voto en las decisiones de las conferencias.
Alexandra Narv¨¢ez, de la comunidad A¡¯i Cof¨¢n de Sinangoe de Ecuador, lo dice de manera sencilla: ¡°Se re¨²nen los Estados a hablar de la importancia del conocimiento ancestral, pero sin nosotros. Solo podemos observar¡±. Una de las peticiones que los delegados ind¨ªgenas elevar¨¢n en la COP de Cali ¡ª comenta Gloria Erazo de la organizaci¨®n Ambiente y Sociedad ¡ª es que lo que hasta ahora es un grupo de trabajo sobre comunidades locales, ind¨ªgenas y conocimiento tradicional se convierta en lo que se conoce como un ¨®rgano subsidiario. En palabras sencillas, buscan ser un grupo permanente que asesore al Convenio de Biodiversidad, que reciba financiaci¨®n y que est¨¦ al mismo nivel de los dos otros ¨®rganos que existen actualmente: uno cient¨ªfico y otro que examina el progreso del convenio.
Fondo de biodiversidad
Otra de las cuestiones clave de esta conferencia es el dinero. El Marco de Kunming-Montreal record¨® que se necesitan al menos 200.000 millones de d¨®lares anuales para 2030 si se quiere frenar la p¨¦rdida de biodiversidad. Y los pa¨ªses desarrollados deben movilizar 20.000 millones de d¨®lares anuales en 2025 y 30.000 millones anuales en 2030 para las naciones m¨¢s d¨¦biles. Por decisi¨®n de la COP15, en 2023 se cre¨® un fondo de biodiversidad albergado bajo la sombrilla del Fondo Mundial para el Medio Ambiente, m¨¢s conocido como GEF.
Pero la creaci¨®n de este fondo de biodiversidad no es una decisi¨®n que tenga contentos a todos los pa¨ªses, o que se considere suficiente, de hecho, s¨®lo cuatro pa¨ªses han aportado unos 244 millones de d¨®lares. A la mesa se quieren llevar otras propuestas, como nuevas opciones de movilizaci¨®n de recursos, sacar o crear un fondo que no est¨¦ bajo el GEF o desarrollar mecanismos en los que el dinero llegue directamente a las comunidades ind¨ªgenas, entre una larga lista de opciones.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.