Los pueblos ind¨ªgenas son esenciales para enfrentar la crisis clim¨¢tica
Si no garantizamos la protecci¨®n y los derechos de las tierras ind¨ªgenas en la cuenca amaz¨®nica y otros ecosistemas estrat¨¦gicos a nivel regional y global, el mundo no podr¨¢ cumplir su objetivo clim¨¢tico de limitar el aumento de la temperatura global
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A pesar de que muchos pa¨ªses han reforzado sus compromisos clim¨¢ticos, a pocos d¨ªas de la COP28 ¡ªque se llevar¨¢ a cabo en Dub¨¢i entre el 30 de noviembre y el 12 de diciembre¡ª Naciones Unidas advirti¨® que los Gobiernos no van por buen camino para cumplir sus objetivos clim¨¢ticos, inst¨¢ndolos a adoptar acciones m¨¢s ambiciosas. La evidencia cient¨ªfica lo respalda. Seg¨²n la NASA, este verano fue el m¨¢s caliente desde 1880, con efectos dram¨¢ticos en las econom¨ªas, los ecosistemas y la salud humana. Lo que ya se suma a los reportes constantes de escasez de agua y alertas sobre el deshielo de los polos o la transformaci¨®n irreversible de ecosistemas cruciales como la Amazonia.
La respuesta a esta crisis exige el concurso de pueblos ind¨ªgenas. Estos pueblos gestionan cerca del 22% de las tierras del planeta. Territorios que albergan el 80% de la biodiversidad, y representan el 36% de los ecosistemas a¨²n intactos, por lo cual son los principales sumideros de carbono del mundo. Varios estudios corroboran que los bosques que est¨¢n en territorios ind¨ªgenas no solo conservan mayor biodiversidad, sino que tambi¨¦n almacenan aproximadamente el doble de carbono del que liberan, absorbiendo cada a?o alrededor de 7.600 millones de toneladas de di¨®xido de carbono, debido a que su vegetaci¨®n est¨¢ en mejores condiciones. Adem¨¢s, si pensamos en las metas proyectadas desde el Marco Mundial de la Diversidad Biol¨®gica ¡ªadoptado por 200 pa¨ªses en la COP15, realizada en diciembre de 2022¡ª el papel de los pueblos ind¨ªgenas es crucial para la protecci¨®n del 30% de los ecosistemas terrestres, marinos y de agua dulce en el mundo.
Solo en la Amazonia, la selva m¨¢s grande del planeta, hay m¨¢s de 400 pueblos ind¨ªgenas, cada uno de ellos con su propia lengua, cultura y territorio que juegan un rol fundamental para la regulaci¨®n del clima mundial. Existen alrededor de 3.344 territorios ind¨ªgenas en los nueve pa¨ªses que conforman la Amazonia, que sumados a las ¨¢reas protegidas representan el 58% de toda la biomasa de esa regi¨®n y almacenan aproximadamente 73.000 millones de toneladas de carbono.
A pesar de estas evidencias, las pol¨ªticas de ¡°desarrollo¡±, basadas en un enfoque extractivista, siguen debilitando los sistemas econ¨®micos tradicionales de los pueblos ind¨ªgenas. Esto implica un despojo sistem¨¢tico y un desconocimiento de sus territorios y sus derechos. Am¨¦rica Latina no es la excepci¨®n: la poblaci¨®n ind¨ªgena presenta tasas de pobreza dos veces m¨¢s altas frente a las dem¨¢s poblaciones en la regi¨®n, seg¨²n el Banco Mundial. Es claro que la crisis clim¨¢tica es tambi¨¦n una crisis de equidad. Las desigualdades estructurales basadas en diferencias de raza, etnia, g¨¦nero y situaci¨®n socioecon¨®mica hacen que los impactos del cambio clim¨¢tico afecten mayormente a los m¨¢s vulnerables, incluyendo a pueblos ind¨ªgenas, que, contradictoriamente, son los que menos han contribuido al cambio clim¨¢tico y los que proporcionalmente pueden contribuir m¨¢s a mitigar las emisiones y a la vez, sus pr¨¢cticas ancestrales se traducen en soluciones efectivas para la adaptaci¨®n al cambio clim¨¢tico.
Si no garantizamos la protecci¨®n y los derechos de las tierras ind¨ªgenas en la cuenca amaz¨®nica y otros ecosistemas estrat¨¦gicos a nivel regional y global, el mundo no podr¨¢ cumplir su objetivo clim¨¢tico de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados cent¨ªgrados. Por ejemplo, en Brasil, la no demarcaci¨®n de las tierras ind¨ªgenas en a?os pasados, result¨® en la invasi¨®n de m¨¢s de 250.000 hect¨¢reas, acelerando el proceso de deforestaci¨®n y degradaci¨®n de la Amazon¨ªa. Adicionalmente, cada a?o aumentan los conflictos vinculados a industrias extractivas y el uso ilegal de los territorios ind¨ªgenas y son una de las principales causas de violencia. Seg¨²n un informe de Global Witness, los ind¨ªgenas representan un tercio del total de defensores del medio ambiente asesinados en todo el mundo.
Frente una tarea tan inmensa y compleja como la de revertir la crisis clim¨¢tica, los pueblos ind¨ªgenas deben tener un liderazgo activo y expansivo en la b¨²squeda colectiva de soluciones.
Es por eso que desde The Natural Conservacy (TNC) trabajamos de la mano de los pueblos ind¨ªgenas y las comunidades locales con el objetivo de lograr una transformaci¨®n sist¨¦mica y colaborativa que contemple la protecci¨®n de sus derechos que a la vez genera beneficios en t¨¦rminos de biodiversidad y resiliencia. Apoyamos la b¨²squeda de soluciones innovadoras y alternativas de negocio rentables. Queremos impulsar un modelo econ¨®mico sostenible que mantenga el valor del bosque en pie y fomente un nuevo entendimiento del desarrollo humano que reconozca nuestros v¨ªnculos con la naturaleza.
Esto solo es posible si, adem¨¢s de reconocer su leg¨ªtimo derecho a gestionar sus territorios, logramos canalizar el financiamiento suficiente. Existe una incoherencia entre lo que las pruebas demuestran del rol fundamental de los pueblos ind¨ªgenas para enfrentar el cambio clim¨¢tico y hacia d¨®nde fluye la mayor parte del financiamiento. Seg¨²n la Rainforest Foundation de Noruega, los proyectos que apoyan la tenencia y la gesti¨®n forestal de los pueblos ind¨ªgenas y las comunidades locales recibieron aproximadamente 2.700 millones de d¨®lares entre 2011 y 2020, procedentes de donantes bilaterales y multilaterales y de organizaciones filantr¨®picas privadas. Es decir, solo 270 millones de d¨®lares al a?o. Esto equivale a menos del 1 de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) para la mitigaci¨®n y adaptaci¨®n al cambio clim¨¢tico durante el mismo periodo.
Tenemos una deuda hist¨®rica con estos pueblos, que debemos rectificar de manera urgente. Desde donde estemos, debemos asegurarnos de que las voces de los pueblos ind¨ªgenas se escuchen en la COP28 y en otros espacios de di¨¢logo; debemos asociarnos con ellos para impulsar un desarrollo sostenible e integral, basado en los derechos humanos.
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