Cali recupera Los Farallones, su emblem¨¢tico parque natural asediado por la miner¨ªa
El alcalde Alejandro Eder se propone que sea uno de los legados duraderos de la COP16 para una ciudad que abraza su diversidad
Para adentrarse en el parque natural Farallones hay que ascender por carreteras que serpentean entre una vegetaci¨®n exuberante, con un verdor que se desborda desde ambos lados del camino. Los arroyos y cascadas se antojan omnipresentes. El canto de los p¨¢jaros por momentos releva el rumor de las abundantes ca¨ªdas de agua. All¨ª, en el sector de Pe?as Blancas, custodiada por polic¨ªas, se levanta una caba?a del servicio de Parques Nacionales de Colombia a medio hacer, punta de lanza de la operaci¨®n para que Cali recupere de las garras de la miner¨ªa ilegal las veneradas monta?as que la rodean, sin las cuales su silueta ser¨ªa irreconocible. Abajo del macizo, la tercera ciudad de Colombia alberga estas dos semanas la cumbre mundial sobre biodiversidad, la esperada COP16, y ese deber¨ªa ser uno de sus legados duraderos.
Los Farallones, con casi 200.000 hect¨¢reas, son un tesoro natural en uno de los pa¨ªses m¨¢s biodiversos del mundo. El parque, que combina el llamado Choc¨® biogeogr¨¢fico con Los Andes tropicales, cuenta con ecosistemas que van desde 200 hasta m¨¢s de 4.000 metros sobre el nivel del mar. Tiene m¨¢s de 600 especies de aves registradas, varias end¨¦micas como la pava caucana, el gallito de roca o el pato de torrentes. Lo habitan m¨¢s de 100 especies de anfibios y casi 200 de mam¨ªferos, entre ellas el oso andino, el puma y el jaguar.
El parque tambi¨¦n alberga comunidades campesinas que se han sumado a los acuerdos de conservaci¨®n. ¡°La idea es ir mermando la ganader¨ªa de a poco, que se vean los ingresos¡±, cuenta Jos¨¦ Bola?os, de poncho y sombrero, frente a la centenaria casa de madera de su familia, al pie de las pe?as blancas que dan su nombre a la vereda. Ha vivido sus 49 a?os en los Farallones, ahora trabaja de la mano con Parques Nacionales y pas¨® de tener medio centenar de vacas a solo 27. Desde su casa ha visto pasar guerrilleros, mineros y guardaparques a lo largo de los a?os. Sus actuales vecinos son los polic¨ªas desplegados en la reserva.
Cali bebe de sus Farallones. Adem¨¢s de ser conocida como la sucursal del cielo, tambi¨¦n es apodada como la ciudad de los siete r¨ªos. Seis de ellos nacen en estas monta?as, como suele recordar el alcalde, Alejandro Eder, que lleg¨® al poder con la promesa de revitalizar a la capital del Valle del Cauca. ¡°Desde principios de este a?o, nos propusimos cerrar las minas ilegales que est¨¢n en el parque de los Farallones, algunas de las cuales tienen m¨¢s de dos d¨¦cadas¡±, ha planteado con insistencia. Son una docena de yacimientos, principalmente de oro. ¡°Ya cerramos la mitad de las minas, antes de finalizar noviembre estar¨¢n cerradas las dem¨¢s¡±, asegur¨® en estos d¨ªas desde la llamada zona azul, donde tienen lugar las intensas negociaciones de la COP16. ¡°Ser¨¢ la mina ilegal m¨¢s grande que jam¨¢s se haya cerrado en la historia de Colombia¡±.
En estos d¨ªas es palpable la presencia del Ej¨¦rcito y la Polic¨ªa, que acampa a pocos metros de la caba?a de Parques Nacionales, en el ¨²nico punto por donde pueden pasar las mulas que antes cargaban la maquinar¨ªa de los mineros. El plan de Eder incluye instalar un centro de investigaci¨®n cient¨ªfica y de biodiversidad, justamente aqu¨ª, en Pe?as Blancas, por donde tradicionalmente se ha accedido a los yacimientos monta?a arriba, para mantener una presencia permanente de cient¨ªficos y autoridades. La Alcald¨ªa lo est¨¢ dise?ando junto al Instituto Humboldt de Colombia, con la participaci¨®n de varias universidades de Cali.
Es un ¨¢rea de ¡°gigantesca biodiversidad¡±, adem¨¢s de una fuente de agua para Cali y los municipios alrededor, resume la congresista Julia Miranda, quien dirigi¨® Parques Nacionales Naturales de Colombia durante 16 a?os. ¡°Por supuesto que la miner¨ªa deteriora terriblemente el ecosistema, sin que podamos decir que se ha perdido, pues el parque sigue reportando unos indicadores de biodiversidad extraordinarios¡±, se?ala. Para recuperarlo se necesita la acci¨®n coordinada de la Polic¨ªa, el Ej¨¦rcito, la Alcald¨ªa de Cali, la Gobernaci¨®n del Valle del Cauca y el Gobierno nacional, valora. ¡°He visto con mucha satisfacci¨®n que han decidido, junto con el Ministerio de Ambiente, desarrollar los operativos para cerrar las minas¡±, celebra la representante del Nuevo Liberalismo. Es fundamental mantener un esfuerzo sostenido, enfatiza, pues ¡°ante el menor descuido el parque vuelve a llenarse de mineros¡±, ante el exorbitante precio del oro.
Aqu¨ª tambi¨¦n florece un circuito de turismo regenerativo en el que participan las comunidades locales, para involucrarlas en el cuidado del medio ambiente. ¡°El ecoturismo es una herramienta poderosa para la conservaci¨®n y recuperaci¨®n del parque nacional los Farallones, especialmente en este contexto donde la miner¨ªa ilegal est¨¢ representando una amenaza significativa¡±, apunta Mabel Lara, la secretaria de Turismo de Cali. Enfatiza que buscan un modelo sostenible, que incluya siempre a gente del territorio, con senderos y rutas bien marcadas para avistamiento de flora y de fauna que minimicen el impacto en el ecosistema. La estrategia pasa por capacitar a los habitantes, subraya, para que participen del ecoturismo y asegurar que una parte de los ingresos se inviertan en la comunidad.
Colombia se ha comprometido a que el 34% de su territorio est¨¦ bajo alguna figura de protecci¨®n en el plan nacional de biodiversidad que acaba de presentar en la COP16. Los Farallones est¨¢n bajo esa categor¨ªa. Al menos, en teor¨ªa. Su extensi¨®n es enorme. Una parte est¨¢ dentro de Cali, pero hay otras grandes porciones en Jamund¨ª, Buenaventura y Dagua, municipios vecinos en el Valle del Cauca.
La gobernadora, Dilian Francisca Toro, coincide con el alcalde en que para poder proteger y conservar la biodiversidad es necesario acabar con las econom¨ªas il¨ªcitas. En otros sectores el problema no son las minas, sino los cultivos de coca, la materia prima de la coca¨ªna. ¡°Si funciona el piloto que hacemos en Cali para liberar el parque de la minera ilegal, ese modelo se puede replicar en Jamund¨ª y en otros parques naturales, no solo de Colombia sino del mundo, como una forma pr¨¢ctica de sacar las econom¨ªas ilegales de las selvas¡±, asegura Eder con tono optimista. ¡°Lo m¨¢s importante que ha sacado Cali de la COP16, adem¨¢s de recibir visitantes de todo el mundo, es que se est¨¢ generando una mayor consciencia ambiental. Nosotros d¨¢bamos por hecho que era normal vivir en una ciudad donde existen m¨¢s de 500 especies de aves o que est¨¢ llena de r¨ªos y de ¨¢rboles. Es nuestro deber cuidar la biodiversidad y la naturaleza¡±.
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