?A ¨²ltima hora? Los tiempos de la inclusi¨®n
El mundo se entusiasm¨® ante la idea de que Kamala Harris, una mujer afroasi¨¢tica, rompiera uno de los mayores techos de cristal. La pregunta que surge es por qu¨¦ ella tendr¨ªa que asumir una responsabilidad de esa envergadura a ¨²ltimo minuto
Tuve la oportunidad de compartir una jornada acad¨¦mica el d¨ªa que fueron anunciados los resultados de las elecciones presidenciales en Estados Unidos con j¨®venes de la maestr¨ªa en Education Policy and Analysis en la Universidad de Harvard. Originarios de Singapur, M¨¦xico, Indonesia, Ecuador, Malasia, India, Chile, El Salvador y Colombia, estos estudiantes llegaron a la jornada con muchas reflexiones sobre el impacto que podr¨ªa tener el nuevo panorama pol¨ªtico en sus vidas. Sostuvimos una jornada muy enriquecedora deliberando sobre pol¨ªtica p¨²blica educativa en perspectiva global y la temporalidad requerida para que los cambios que se proponen para lograr una justicia social sean sostenibles. Esta fue una oportunidad valiosa para hacer transici¨®n de un rol en el Gobierno y abordar esta coyuntura no desde una perspectiva diplom¨¢tica sino desde un rol pedag¨®gico.
Las acciones de inclusi¨®n emblem¨¢ticas, usualmente, toman tiempo. Conocemos casos en los que parece que se implementan casi a ¨²ltima hora, con el ¨²ltimo aliento y con esfuerzos sobrehumanos de quienes tienen la visi¨®n de que se deben materializar. Con la transici¨®n de poder pol¨ªtico que comienza en Estados Unidos es relevante considerar las exigencias de diversos grupos humanos que reclaman participar en diversas instituciones, tener una mejor posici¨®n o que sus voces sean escuchadas. Esta coyuntura social y pol¨ªtica puede ser ¨²til para derivar lecciones para quienes deben tomar decisiones que requieren reconocer a los grupos poblacionales que exigen mejores condiciones de vida.
Los resultados de los comicios revelan las exigencias de quienes las hacen:
Reconocimiento, respeto por los derechos civiles conquistados y mejores condiciones de vida se imponen como marcadores de diferencia y reclamaci¨®n pol¨ªtica. Las brechas de g¨¦nero, de etnicidad, clase y de nacionalidad son potentes movilizadores de las voces de quienes demandan otro lugar en una sociedad con oportunidades socioecon¨®micas que se ven en riesgo. El rechazo al discurso de los vencedores, a los que s¨ª pudieron, que usualmente son ¡ªsomos¡ª los ¨²nicos, los primeros o los pocos en espacios privilegiados es una consigna fuerte.
En esta coyuntura, libros como el Contrato sexual de Carole Pateman, el Contrato Racial de Charles W. Mills, Inocencia Racial de Tanya Kater¨ª Hern¨¢ndez y la Tiran¨ªa del M¨¦rito de Michael Sandel pueden resultar de mucha utilidad para abordar conversaciones institucionales que ayuden a comprender el cap¨ªtulo de la historia que se inaugura y su efecto en las pol¨ªticas de diversidad, equidad y justicia social.
La inclusi¨®n es un proceso m¨¢s que un evento. Con frecuencia los sujetos beneficiarios cambian. Decidir qui¨¦nes y en qu¨¦ tiempo se privilegia a ciertos grupos poblaciones requiere claridad de prop¨®sito y coraje.
En una reciente columna en The New York Times, el presidente de la Fundaci¨®n Ford, Darren Walker, escribi¨®:
¡°¡un liderazgo eficaz requiere gestionar los matices y la complejidad, ver todos los lados de un problema desde la perspectiva de cada parte interesada y luego establecer un rumbo y comunicarse con claridad, en consonancia con los valores comunes. Despu¨¦s de todo, sin coraje no hay liderazgo. No podemos avanzar, aunque sea de manera desigual, sin visionarios valientes que abran nuevos caminos que iluminen el camino que todos debemos seguir¡±.
El reto es no considerar que son los mismos sujetos de exclusi¨®n los que deben protagonizar las transformaciones que son perentorias.
Vimos por ejemplo, el rostro de una mujer que fue testiga de c¨®mo en los ¨²ltimos minutos de la COP 16 en Cali-Colombia, se logr¨® aprobar un documento que reconoce el papel de los pueblos afrodescendientes y sus estilos de vida tradicionales en la implementaci¨®n de la Convenci¨®n sobre Diversidad Biol¨®gica. Tanto Colombia como Brasil lograron trabajar de manera articulada para persuadir a las partes de reconocer el rol crucial que desempe?an los esfuerzos y acciones de los afrodescendientes con contribuciones positivas a nivel mundial y para instar a la implementaci¨®n de estrategias y planes de acci¨®n nacionales sobre biodiversidad.
Que algo tan elemental ¡ªreconocer a los afrodescendientes como un pueblo¡ª haya tomado tanto esfuerzo en el siglo XXI, revela mucho sobre la era que se inaugura en las democracias contempor¨¢neas. El mundo se entusiasm¨® ante la idea que una mujer afroasi¨¢tica rompiera uno de los mayores techos de cristal; con poco tiempo y mucho en contra. La pregunta que surge es por qu¨¦ ella tendr¨ªa que asumir una responsabilidad de esa envergadura, a ¨²ltima hora.
Quienes deben liderar procesos de diversidad, equidad e inclusi¨®n de esta magnitud deben considerar el tiempo y las alianzas que se necesitar¨¢n para materializar la visi¨®n que est¨¢n proponiendo en sus instituciones y tratar de no sucumbir a la frustraci¨®n y la desesperanza.
Toni Morrison, escribi¨® hace m¨¢s de una d¨¦cada:
¡°Este es precisamente el momento en que los artistas se ponen a trabajar. No hay tiempo para la desesperaci¨®n, no hay lugar para la autocompasi¨®n, no hay necesidad de silencio, no hay lugar para el miedo. Hablamos, escribimos, construimos lenguajes. As¨ª sanan las civilizaciones¡±.
Sabemos que un mundo m¨¢s justo es posible; aunque nos tome tiempo. Sin embargo, es momento de que las personas que han tenido hist¨®ricamente privilegios asuman su rol en esta historia. Su valent¨ªa es requerida.
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