Trump capitaliza el descontento de la clase trabajadora por la inflaci¨®n y la inmigraci¨®n

En todo el mundo, con contadas excepciones, los Gobiernos de los pa¨ªses democr¨¢ticos pierden las elecciones. Tras la pandemia y la oleada de inflaci¨®n m¨¢s intensa en cuatro d¨¦cadas, el descontento ha cundido entre amplias capas de la poblaci¨®n y se propaga por las redes sociales. Si hay alguien capaz de canalizar la frustraci¨®n como nadie es Donald Trump. A lomos del da?o causado por las subidas de precios y con la inmigraci¨®n masiva como chivo expiatorio de casi todos los males, el republicano ha ganado las elecciones presidenciales de Estados Unidos de forma rotunda, inmune a los esc¨¢ndalos. Se ha apoyado en el voto de los ciudadanos de rentas bajas y sin estudios universitarios, con un apoyo de la clase trabajadora que se extiende de los blancos a latinos y afroamericanos.

Joe Biden y Kamala Harris han cerrado el mandato m¨¢s prosindical de la historia de Estados Unidos. El presidente lleg¨® a participar en un piquete para apoyar a los trabajadores del autom¨®vil y su Gobierno medi¨®, en favor de los trabajadores, en otros conflictos laborales. Sin embargo, las clases bajas han dado la espalda al Partido Dem¨®crata, que en los tradicionales ejes de izquierda y derecha ha sido hist¨®ricamente su defensor. En realidad, ya no se trata tanto de izquierda o derecha: los votantes han castigado a los Gobiernos de uno y otro signo casi cada vez que se han examinado en las urnas. As¨ª ha ocurrido los ¨²ltimos a?os en Alemania, en el Reino Unido, en Portugal, en Brasil, en Argentina, en Italia, en las legislativas francesas...

El populismo demagogo de Trump ha podido m¨¢s que la tradici¨®n pol¨ªtica. El expresidente, amante de las hip¨¦rboles, lleva casi cuatro a?os diciendo que Estados Unidos se iba al infierno. Ha pintado un panorama apocal¨ªptico de un pa¨ªs en destrucci¨®n que tiene poco que ver con la realidad, pero que ha calado con la ayuda de medios conservadores, con Fox News a la cabeza.

El republicano contaba con algunos argumentos de peso. Recibe una econom¨ªa pujante, sin casi paro y con la inflaci¨®n controlada, pero en los cuatro a?os del mandato de Joe Biden, los precios han aumentado m¨¢s de un 20%. Los economistas han subrayado que la inflaci¨®n se ha cebado especialmente con los votantes de menor poder adquisitivo, por la subida del precio de los productos b¨¢sicos, como la alimentaci¨®n y la gasolina, esencial en un pa¨ªs en que el coche solo es prescindible en algunas grandes ciudades.

La pregunta con la que Ronald Reagan dio la puntilla a Jimmy Carter en el ¨²nico debate presidencial de las elecciones de 1980, ha vuelto a funcionar: ¡°?Est¨¢is mejor que hace cuatro a?os?¡±. La gente no parece recordar que hace cuatro a?os, en plena pandemia, la econom¨ªa estaba en recesi¨®n, mor¨ªan decenas de miles de personas, el paro se hab¨ªa disparado y la situaci¨®n del pa¨ªs era ca¨®tica. Pero s¨ª tiene fresco en la memoria cu¨¢nto le costaba hacer la compra, llenar el dep¨®sito de gasolina o salir a cenar no hace tanto tiempo.

Coalici¨®n multi¨¦tnica

¡°Trump y los responsables de su campa?a cre¨ªan que era posible aprovechar la creciente fuerza de los republicanos entre los votantes blancos de clase trabajadora para crear una coalici¨®n de clase trabajadora multi¨¦tnica. Ten¨ªa raz¨®n¡±, explicaba este mi¨¦rcoles William A. Galston, experto de la Brookings Institution. La frustraci¨®n con la incertidumbre econ¨®mica y las subidas de precios han castigado de forma especial a latinos y afroamericanos, entre los que Trump ha ganado posiciones al tiempo que manten¨ªa a su base blanca.

Para el Partido Republicano es una gran noticia. En un pa¨ªs ¨¦tnicamente cada vez m¨¢s diverso, su excesiva dependencia del voto blanco le situaba en inferioridad de condiciones frente a los dem¨®cratas. Si logra retener o ampliar esos nuevos apoyos, los cambios vistos en las elecciones del martes ¡°podr¨ªan marcar una nueva era en la pol¨ªtica estadounidense¡±, seg¨²n Galston. ¡°El presidente Donald Trump recibi¨® un apoyo hist¨®rico de los votantes hispanos porque nunca ha vacilado en los temas que m¨¢s le importan a nuestra comunidad: reducir los costos, restaurar la econom¨ªa, restablecer la prosperidad estadounidense, asegurar la frontera y la seguridad en el pa¨ªs y en el extranjero¡±, se?al¨® en un comunicado Danielle Alvarez, asesora del Partido Republicano.

El senador Bernie Sanders, independiente aliado de los dem¨®cratas, reflexion¨® este mi¨¦rcoles sobre lo ocurrido. ¡°No deber¨ªa sorprender mucho que un Partido Dem¨®crata que ha abandonado a la clase trabajadora descubra que la clase trabajadora les ha abandonado a ellos¡±, dijo.

En lo econ¨®mico, la promesa de bajadas generalizadas de impuestos (algunas a la carta, como la exenci¨®n fiscal a las propinas, las horas extra o las prestaciones de la Seguridad Social) ha funcionado, al igual que lo ha hecho la de aranceles masivos a las importaciones. Los economistas han advertido de que ese proteccionismo impulsar¨¢ la inflaci¨®n, pero los trabajadores lo ven m¨¢s como una forma de defenderse de los excesos de la globalizaci¨®n.

Mensaje xen¨®fobo

Trump ha repetido, adem¨¢s, la apuesta por el mensaje xen¨®fobo que le llev¨® a la Casa Blanca en las elecciones de 2016. De nuevo, ten¨ªa materia prima sobre la que trabajar. La llegada de inmigrantes irregulares se ha disparado durante el mandato de Joe Biden, generando problemas a algunas comunidades por todo el pa¨ªs. No, no se comen los perros y los gatos, tampoco son los responsables de todos los cr¨ªmenes, pero los republicanos han exhibido testimonios sobrecogedores de algunas v¨ªctimas reales para convertir casos contados en categor¨ªa.

El presidente electo tambi¨¦n ha usado a los inmigrantes como chivo expiatorio de las dificultades econ¨®micas, por m¨¢s que la realidad sea la contraria. Se quedan los trabajos, encarecen las viviendas, desbordan los servicios p¨²blicos, se quedan con los fondos federales destinados a emergencias: da igual que sea bulo o realidad, lo importante es que el mensaje calaba, incluso entre los latinos asentados y con derecho a voto.

Con sus mensajes extremistas, Trump opt¨® por movilizar a sus fieles y captar nuevos votantes descontentos que otras veces no acud¨ªan a las urnas, antes que suavizar su discurso para seducir a los centristas. Le ha funcionado.

Entre los nuevos votantes, Trump ha tenido especial ¨¦xito entre los hombres j¨®venes, no solo blancos. Ha conectado con ellos a trav¨¦s de los programas de podcasters de ¨¦xito como Joe Rogan, al que le dio una entrevista de tres horas aun a costa de hacer esperar dos horas a sus seguidores en un mitin. Tambi¨¦n ha abrazado las criptomonedas, un activo en el que muchos de esos j¨®venes invierten.

Trump, adem¨¢s, tiene un enorme carisma. Es una estrella, un hombre espect¨¢culo, capaz de decir cualquier barbaridad en sus m¨ªtines sin que le pase factura. Pese a ser multimillonario amigo de multimillonarios, sigue teniendo un aura antisistema que le favorece en tiempos de descontento. El 5 de noviembre ha sido en gran medida un refer¨¦ndum sobre ¨¦l m¨¢s que una elecci¨®n entre dos candidatos. Y lo ha ganado. O, visto en t¨¦rminos penales, un juicio popular en el que ha sido absuelto.

Ganancias electorales

Los datos y las encuestas apuntan d¨®nde han estado sus graneros de votos y d¨®nde ha mejorado m¨¢s su posici¨®n frente a 2020. Las cifras del escrutinio muestran que ha mejorado sus resultados netos 9,5 puntos en los condados con m¨¢s de un 25% de poblaci¨®n latina y 4,1 puntos en los que tienen m¨¢s de ese porcentaje de poblaci¨®n negra. Tambi¨¦n se ha mostrado especialmente fuerte en aquellos con menos de un 20% de poblaci¨®n con estudios superiores, en los que ha ganado 4,8 puntos. Y en aquellos con gran volumen de poblaci¨®n entre 18 y 34 a?os, ha ganado 5,6 puntos.

Las encuestas a pie de urna completan esa fotograf¨ªa de los datos de escrutinio. La de la CNN muestra que, sorprendentemente, Trump habr¨ªa ganado m¨¢s votos entre las mujeres que entre los hombres, cerrando la brecha de g¨¦nero que parec¨ªa ensancharse. ¡°Hay un lugar especial en el infierno para las mujeres que no se ayudan unas a otras¡±, dijo la antigua secretaria de Estado Madeleine Albright en un mitin de campa?a de las elecciones de 2016. Muchas mujeres han preferido no ayudar a Harris. La diferencia a su favor se habr¨ªa reducido de los 15 puntos de Biden en 2020 a solo 10 el martes, aunque hay que tomar las cifras con cautela, porque los resultados de la encuesta no parecen del todo coherentes con el escrutinio final.

Esa misma encuesta indica que Trump ha estrechado desde 24 hasta 13 puntos su desventaja entre los votantes de 18 a 29 a?os, con un empate t¨¦cnico en el caso de los hombres. Adem¨¢s del ¨¦xito de Trump para cortejarlos, muchos j¨®venes izquierdistas han dado la espalda al Partido Dem¨®crata por la guerra de Gaza.

Donde dicha encuesta se?ala un cambio m¨¢s marcado es en el voto latino, donde la diferencia se estrecha en 25 puntos, de 33 a solo 8 y Trump se pone por delante en el caso de los hombres. En parte, esa mejora se correlaciona con otra, la de 14 puntos entre los votantes no blancos no universitarios, compatible con seguir arrasando entre los blancos no universitarios. Y tambi¨¦n va en el mismo sentido la gran mejora entre los votantes de rentas bajas y medias (12 puntos en el tramo hasta 50.000 d¨®lares anuales y 17 puntos entre los votantes de 50.000 a 100.000 euros de renta). En cambio, Harris se ha impuesto entre las rentas superiores a 100.000 d¨®lares.

Pero si hay algo que se acent¨²a es el contraste entre el campo y la ciudad. En las zonas rurales, Trump ampl¨ªa su ventaja de 15 puntos en 2020 a 27 en 2024, mientras que los dem¨®cratas mejoran en las ciudades al pasar de 22 a 23 puntos, siempre seg¨²n la encuesta de la CNN. Adem¨¢s, los suburbios han pasado a ser trumpistas pasando de una desventaja de dos puntos a una diferencia a favor de la misma cuant¨ªa.

Los datos de renta y de nivel de urbanizaci¨®n muestran c¨®mo los par¨¢metros tradicionales de la fractura izquierda-derecha han saltado por los aires y la competencia se establece m¨¢s entre cosmopolitismo y etnonacionalismo, como sostiene el polit¨®logo Steven Levitsky, que subraya tambi¨¦n ¡°humor antioficialista¡± que se est¨¢ extendiendo por el mundo.

Trump ha jugado bien sus cartas. Ha extremado sus mensajes sobre la inmigraci¨®n y la econom¨ªa, pero ha suavizado sus posiciones sobre el aborto, el tema que tan rentable les fue a los dem¨®cratas en las elecciones legislativas de 2022, tras la sentencia del Tribunal Supremo que lo derog¨® como derecho federal. Ha retratado a su rival como una izquierdista radical con las guerras culturales que movilizan a sus votantes. Ha sido capaz incluso de rentabilizar sus esc¨¢ndalos, imputaciones, juicios y condenas, present¨¢ndose como un m¨¢rtir objetivo de una persecuci¨®n y reforzando su imagen antisistema. La xenofobia, los bulos, la demagogia y el populismo, con el caldo de cultivo del descontento, le han dado las llaves de la Casa Blanca.