X para la pol¨ªtica, TikTok para el reclutamiento y WhatsApp para el control social: los grupos armados de Colombia afinan sus estrategias en redes sociales
El Clan del Golfo, el ELN y las disidencias de las FARC aprovechan para amplificar sus contenidos ante la falta de regulaciones
Transmitir en radios clandestinas, distribuir panfletos intimidatorios y firmar comunicados desde las monta?as de Colombia no es suficiente en el siglo XXI. Como los pol¨ªticos y las empresas, los grupos armados se han sumado al mundo digital, con estrategias para las diferentes redes sociales. Establecen posturas pol¨ªticas en X ¡ªa veces con toda la furia de cualquier otro tuitero¡ª, reclutan a ni?os y j¨®venes con videos enga?osos en TikTok e intimidan a las comunidades a trav¨¦s de cadenas de WhatsApp. Grupos como el Clan del Golfo, el ELN y las disidencias de las FARC se disputan un nuevo campo de batalla.
Cada red social permite llegar a un p¨²blico distinto, explica por tel¨¦fono Angie Gonz¨¢lez, experta en comunicaci¨®n pol¨ªtica y profesora de la Universidad Externado. Los mensajes en X suelen ir dirigidos a pol¨ªticos y periodistas. ¡°Nos guste o no, X tiene capacidad de fijar la agenda medi¨¢tica. A pesar de que no es una de las redes m¨¢s usadas, lo que se dice ah¨ª es replicado al d¨ªa siguiente en los medios de comunicaci¨®n¡±, comenta. WhatsApp y Facebook, en cambio, son para comunicarse directamente con los habitantes de los municipios bajo su control. Ambas plataformas suelen estar incluidas en planes de telefon¨ªa m¨®vil y su cobertura alcanza las zonas rurales m¨¢s remotas. Otras redes sociales m¨¢s visuales son utilizadas para atraer un p¨²blico m¨¢s joven.
Gaitanismo en X
Los grupos armados han usado X para promover sus identidades pol¨ªticas y as¨ª aspirar a mayores beneficios judiciales en los di¨¢logos con el Gobierno. El Clan del Golfo, un grupo narcotraficante sin reconocimiento pol¨ªtico, es un ejemplo claro. El 14 de noviembre, se?al¨® que solo hablar¨¢n con el Ejecutivo si se los reconoce como ¡°Ej¨¦rcito Gaitanista de Colombia¡±, en referencia a sus reivindicaciones del legado de Jorge Eli¨¦cer Gait¨¢n. ¡°Nuestra identidad es sagrada y no admitimos el t¨¦rmino de Clan del Golfo¡±, le dijeron al alto comisionado para la Paz y al jefe de negociadores del Gobierno. Despu¨¦s arremetieron contra Mar¨ªa Gait¨¢n, nieta del caudillo liberal y miembro del equipo negociador: ¡°Fue designada para generar conflicto y molestia en la mesa, reclamando una identidad que no le pertenece¡±.
Estos mensajes contrastan con la realidad de los territorios, donde los asesinatos de civiles y los desplazamientos se multiplican. Para Gait¨¢n, son ¡°una cortina de humo¡± ante la falta de avances en los di¨¢logos. Asegura que est¨¢ abierta a hablar sobre gaitanismo con los armados, pero que ellos no quieren explicarle por qu¨¦ les interpela la figura de su abuelo. ¡°Me parece equivocado que se nieguen a conversar y deslegitimen mi nombre y mi sangre¡±, remarca por tel¨¦fono. Enfatiza que para avanzar es necesario hablar en persona, y no a trav¨¦s de redes sociales.
El ¨¦xito de estos mensajes es limitado. Los negociadores y los periodistas est¨¢n atentos a la actividad de las cuentas, pero los argumentos en los comunicados son poco cre¨ªbles y no logran legitimar a los armados. Hace unas semanas, por ejemplo, el Clan del Golfo cuestion¨® en X un informe de la respetada oeneg¨¦ CINEP, que denunciaba los cr¨ªmenes ambientales del grupo narcotraficante. La sociedad civil r¨¢pidamente conden¨® a los ilegales.
Cumbia y reguet¨®n en TikTok
Ning¨²n video aparece en TikTok si se busca ¡°ELN¡±, ¡°disidencias de las FARC¡± o ¡°Clan del Golfo¡±. El buscador de la plataforma de videos cortos devuelve el siguiente mensaje: ¡°Esta frase podr¨ªa estar asociada con comportamientos o contenidos que infringen nuestras normas¡±. Ante esto, los grupos armados han optado por decenas de cuentas de m¨¢s bajo perfil, seg¨²n investigaciones de Indepaz con Pacifista y de Linterna Verde con La Silla Vac¨ªa. Promueven una imagen idealizada de la lucha armada para convencer a j¨®venes de enlistarse: hay cumbia y reguet¨®n, historias de amor, fajos de billetes y carros lujosos.
El estudio de Indepaz, publicado en septiembre, identific¨® al menos 95 perfiles de posibles reclutadores. ¡°V¨¢monos para la guerrilla¡°, ¡°camuflaje pal desierto¡±, ¡°los guerreros nunca se rinden¡± o ¡°[los guerrilleros] son los mejores pa bailar¡± son algunos de los mensajes rastreados con inteligencia artificial. Leonardo Gonz¨¢lez, director de la oeneg¨¦, explica que 60 cuentas ya han sido cerradas por la alerta que emitieron a las autoridades. ¡°Aunque todos los actores armados han aprovechado el alcance de esta red, identificamos que las disidencias de las FARC son las que tienen las estrategias m¨¢s claras de reclutamiento por estas v¨ªas¡±, comenta.
La defensora del Pueblo, Iris Mar¨ªn, se?ala que estos videos preocupan especialmente a la entidad. ¡°Es dif¨ªcil medir qu¨¦ tan eficiente est¨¢n siendo por el subregistro, la invisibilidad y la ilegalidad de estas actividades. Pero no son algo marginal. Los testimonios sobre estos casos son cada vez m¨¢s comunes en departamentos como el Choc¨®, Nari?o, Arauca y Valle del Cauca¡±, afirma por tel¨¦fono. Pide que haya m¨¢s regulaci¨®n en las redes sociales, pero reconoce que es dif¨ªcil. ¡°Son cuentas pasajeras. Las abren, las cierran, las cambian. No es evidente para cualquier persona de que se trata de una cuenta del grupo armado y, para cuando se cierran, ya generaron un voz a voz¡±.
Intimidaciones en WhatsApp
Un audio de WhatsApp del cabecilla disidente Luis Alberto Alb¨¢n, alias Calarc¨¢, estuvo en septiembre en el centro de un desplazamiento masivo en Cartagena del Chair¨¢ (Caquet¨¢). ¡°Si el frente Carolina Ram¨ªrez [disidencia rival] persiste en estar en el pueblo, por favor abandonar el caser¨ªo y evitar quedar en el medio de la confrontaci¨®n¡±, se escucha en una grabaci¨®n de 36 segundos que se difundi¨® por todo el municipio. El control social est¨¢ a la orden del d¨ªa en plataformas como WhatsApp y Telegram, que mezclan servicios de mensajer¨ªa privada con modalidades m¨¢s propias de las redes sociales, como los canales de difusi¨®n masiva.
Otro episodio reciente fueron las amenazas a La Lupa Araucana en noviembre. Las disidencias del Estado Mayor Central presionaron al medio araucano para que difundiera un video, seg¨²n denunci¨® un comunicado de la Fundaci¨®n para la Libertad de Prensa (FLIP). Ante las intimidaciones, un contenido fue publicado. Horas despu¨¦s, uno de los periodistas fue amenazado, v¨ªa WhatsApp, por el ELN. Lo declararon objetivo militar de no eliminar el video de sus rivales y difundieron difamaciones en cadenas de WhatsApp. La guerrilla denomin¨® al medio local como ¡°un ¨®rgano oficial para que se expresen mercenarios¡±, en referencia al Estado Mayor Central. Son din¨¢micas que se replican a lo largo del departamento y en otras zonas de conflicto, como el Putumayo.
Catalina Moreno, codirectora de la Fundaci¨®n Karisma, una organizaci¨®n que vela por los derechos digitales en contextos de derechos humanos, se?ala que no es posible moderar contenidos de WhatsApp y Telegram. ¡°Tendr¨ªas que exigirles que est¨¦n abriendo los mensajes. Ser¨ªa una invasi¨®n a la privacidad, a la intimidad de los usuarios¡±, comenta en un audio de WhatsApp. En cambio, considera que plataformas como TikTok, Facebook o Instagram pueden refinar sus mecanismos de moderaci¨®n. ¡°Tienen que tener moderadores locales que entiendan el contexto del conflicto colombiano para evitar malos usos y evitar que se hagan sobremoderaciones, por ejemplo, de periodistas locales que denuncian el rearme de la guerrilla¡±, subraya. Le preocupa, sin embargo, que el Congreso avance en regulaciones excesivas: ¡°Un enfoque represivo le quita responsabilidades a quienes deben promover la alfabetizaci¨®n digital en los j¨®venes¡±.
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