La batalla de Bogot¨¢ contra la banda de los ¡®Rolex¡¯ es solo la punta del ¡®iceberg¡¯ de un l¨ªo transnacional
La estructura delincuencial tras los robos de relojes de lujo en la capital colombiana reta la capacidad de inteligencia de la polic¨ªa
Dos asaltantes irrumpieron, sobre las 4 de la soleada tarde del pasado s¨¢bado 30 de noviembre en Bogot¨¢, en una cafeter¨ªa ubicada en uno de los barrios con el metro cuadrado m¨¢s costoso de Colombia. Era el tercer hurto violento ocurrido en el mismo local durante el ¨²ltimo a?o. Tres golpes en un entorno apacible e insospechado. A las afueras del establecimiento se desat¨® un tiroteo entre los atracadores y un agente de la Fiscal¨ªa que se hallaba por azar en la zona. No hubo v¨ªctimas ni heridos.
Aunque lo sucedido parece una fotocopia de los dos atracos anteriores, esta vez los pistoleros iban tras una v¨ªctima que ya ten¨ªan en el radar. Se trataba de un ciudadano estadounidense al que los delincuentes ven¨ªan siguiendo para arrebatarle un reloj de lujo. Los atracadores, adem¨¢s de lograr su bot¨ªn, sustrajeron dos celulares a clientes de Masa. Uno de los delincuentes, seg¨²n informaci¨®n de un testigo, result¨® herido. Tras el golpe, los asaltantes huyeron en un carro que los salvaguard¨® a plena luz del d¨ªa.
La planeaci¨®n fue cuidadosa. Se trata de una realidad delictiva con patrones que se han replicado en otras ciudades del mundo. Fuentes estudiosas de los asuntos de inteligencia explican que, una vez superados los confinamientos de la pandemia, el nicho criminal especializado en el robo de art¨ªculos de lujo se dispar¨®. Seg¨²n la radiograf¨ªa policial, son estructuras bien conectadas, con mejor log¨ªstica que los viejos rateros de ocasi¨®n, y con facilidad para mover la mercanc¨ªa entre fronteras.
Estas piezas de lujo ya no van a dar a las tradicionales casas de empe?o de la capital colombiana. Los mercados ¨¢rabes o rusos, de acuerdo con las conjeturas de los investigadores colombianos, est¨¢n entre los m¨¢s apetecidos. Mientras las pesquisas de la polic¨ªa avanzan, los analistas abren interrogantes. El primero, sobre la articulaci¨®n de los agentes locales con sus pares regionales. ?Se trata de una sola banda? ?Solo operan en Bogot¨¢ o tambi¨¦n se mueven en otras ciudades? ?Qui¨¦n encabeza estos grupos criminales?
¡°Este no es un problema de un delincuente armado que asalt¨® un establecimiento al norte de Bogot¨¢. Esta es una estructura con lazos globales en un mercado negro que suple la falta de capacidad de producci¨®n de estos bienes de lujo¡±, explica Jer¨®nimo Castillo, experto y analista en temas de seguridad ciudadana.
Un punto donde chocan dos realidades. Por una parte, las limitaciones del mercado del lujo para acelerar el ritmo de fabricaci¨®n de piezas de alta sofisticaci¨®n y artesan¨ªa. Y por el otro, la creciente demanda de compradores adinerados desde Asia o los pa¨ªses ¨¢rabes. ¡°Que el alcalde salga a decir que es intolerable y que se debe capturar a los delincuentes, es no entender un fen¨®meno que, si bien es residual, viene de tiempo atr¨¢s¡±, afirma Castillo. En su opini¨®n sirve, adem¨¢s, para desviar la atenci¨®n de otros sucesos que afectan de forma cotidiana a los bogotanos, como la extorsi¨®n.
El l¨ªo se acent¨²a con la divisi¨®n burocr¨¢tica. Basta recordar que la polic¨ªa de Bogot¨¢ es parte de la Polic¨ªa Nacional, subordinada a la Presidencia de la Rep¨²blica. Por eso, la Secretar¨ªa de Seguridad del Distrito, a cargo del apoyo en temas de log¨ªstica y capacidades operativas, y del dise?o y orientaci¨®n de las pol¨ªticas p¨²blicas, a menudo queda acotada. Del presidente Gustavo Petro, sin ir m¨¢s all¨¢, depende la aprobaci¨®n de un aumento en el pie de fuerza de la capital que se viene pidiendo hace a?os. ¡°Esto tambi¨¦n supone un esfuerzo de la Fiscal¨ªa. Se debe fortalecer la inteligencia. Y entender mejor las cadenas internacionales de narcotr¨¢fico¡±, asegura Hugo Acero, soci¨®logo experto en seguridad urbana y antiguo secretario de Seguridad de la ciudad.
Algunos analistas recuerdan que la polic¨ªa colombiana ha sido activa a la hora de establecer pactos de cooperaci¨®n regional, en ocasiones a trav¨¦s de Interpol. Pero tambi¨¦n se?alan que las autoridades suelen ir a la zaga de la delincuencia. El ecosistema criminal lidera los ritmos e impone sus m¨¦todos. La justicia, siempre con alguna tardanza, tipifica y persigue las nuevas modalidades delictivas. Con un escollo a?adido: todo se complica con la proliferaci¨®n de las plataformas de comercio electr¨®nico.
Para Acero queda claro que las autoridades se han estancado a menudo en la tarea de localizar a los delincuentes: ¡°Sucede igual con el robo de celulares. No hemos avanzado de forma sistem¨¢tica en la tarea de comprender la cadena completa. Es importante entender qu¨¦ tipo de personas participan, d¨®nde y por qu¨¦ est¨¢n interesadas en comprar estos objetos¡±. Un reciente art¨ªculo del semanario brit¨¢nico The Economist, para formarse una idea, sostiene que la compraventa de bienes de lujo, muchos de ellos falsos, y la pirater¨ªa, constituyen la l¨ªnea criminal que hoy deja mejores dividendos anuales al hampa.
Por eso un asalto, en apariencia banal, fuera de sembrar la alarma en una zona pudiente del norte de Bogot¨¢, puede arrojar pistas de un fen¨®meno m¨¢s turbio y con tent¨¢culos amplios. En los ¨²ltimos 15 a?os, concluye Jer¨®nimo Castillo, la telara?a de la burocracia alrededor de la seguridad ciudadana ha tenido un incremento notorio. Al mismo tiempo, contin¨²a, no ha habido desarrollo de pol¨ªticas eficaces para frenar los delitos que m¨¢s afectan a las personas: ¡°Adem¨¢s, cada vez sabemos menos qu¨¦ es lo que ocurre porque ha habido un oscurecimiento gradual de cifras que deber¨ªan ser informaci¨®n p¨²blica¡±.
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