El Comando Vermelho, la gran banda brasilera que penetra en la Amazon¨ªa colomboperuana
La organizaci¨®n delincuencial del gigante sudamericano ha construido firmes alianzas con grupos ilegales de otros pa¨ªses vecinos
El Comando Vermelho, una de las m¨¢s grandes organizaciones delincuenciales de Brasil, se ha implantado con tanta firmeza en la Amazon¨ªa que se ha convertido en el socio clave de narcos y grupos armados de Per¨² y Colombia para expandirse hacia esos pa¨ªses. Desde que en 2023 logr¨® imponerse sobre otros grupos criminales rivales, como Os Cr¨ªas, Primeiro Comando da Capital (PCC) y Familia do Norte, ha empezado a dominar el microtr¨¢fico en la colombiana Leticia, capital del departamento del Amazonas, y la vecina brasilera Tabatinga. Se trata de un control notorio en esa ciudad binacional, la principal de la triple frontera con poco m¨¢s de 120.000 habitantes.
La m¨¢s notoria evidencia de la influencia de Comando Vermelho son los llamados ¡°decretados¡±, un t¨¦rmino de uso normal entre los funcionarios p¨²blicos de la zona y que incluso han llegado a usar algunos ni?os en chiste. Se trata del nombre que se da a las personas amenazadas, sobre todo por Comando Vermelho y en menor medida Primeiro Comando da Capital. Miembros de esas bandas usan sus estados de WhatsApp y otras redes sociales para publicar las fotos de sus ¡°enemigos¡±, la mayor¨ªa j¨®venes. El PA?S supo que solo en 2024 salieron de Leticia por lo menos 10 ¡°decretados¡±.
Es un panorama de la violencia urbana que el defensor regional del Pueblo del departamento colombiano del Amazonas, Jos¨¦ David Elizalde. El veterano funcionario regional admite, casi con resignaci¨®n, que las zonas m¨¢s apartadas del departamento son casi como un hoyo negro para ¨¦l y sus 13 funcionarios. ¡°Hace dos a?os la Defensor¨ªa no va a ning¨²n territorio m¨¢s all¨¢ de Leticia y Puerto Nari?o¡±. No solo no salen porque es muy costoso, sino porque el control de los grupos armados ha llegado a tal nivel que revisan en retenes los celulares de la gente. Eso ha aumentado el miedo a denunciar.
El Comando Vermelho tambi¨¦n controla mercados locales de microtr¨¢fico en otras poblaciones brasile?as de la zona. Benjamin Constant, a unos 45 minutos en lancha motorizada desde Leticia y en la frontera con Per¨², tiene 26 polic¨ªas militares para 42.000 habitantes. All¨ª, la organizaci¨®n tiene injerencia en cinco barrios. ¡°Para suplir las necesidades necesitar¨ªamos 60 polic¨ªas¡±, explica una fuente de la polic¨ªa militar brasile?a. ¡°Ellos reclutan aqu¨ª por la falta de oportunidades y controlan el tr¨¢fico de drogas¡±.
En uno de esos barrios no solo se ven graffitis con los nombres de las bandas brasileras, sino que abundan las iglesias evang¨¦licas. Esas organizaciones religiosas se han convertido en la ruta de salida m¨¢s segura para j¨®venes que hacen parte de la organizaci¨®n criminal. ¡°Ellos [Comando Vermelho] son muy creyentes y creen que la ¨²nica posibilidad de transformar a estos j¨®venes es Dios¡±, dice un hombre que hace cuatro a?os es pastor de una de estas iglesias. Sentado en una silla blanca de pl¨¢stico incrustada en la mitad de un galp¨®n de ladrillos con los letreros de la iglesia pegados en las paredes, explica que a los 15 a?os entr¨® al Comando Vermelho, y que sali¨® de ¨¦l hace 13. De fondo suena m¨²sica. Una mujer canta ¡°si usted puede levante las manos para arriba, porque vamos a decir santo, santo, santo. La tierra va a escuchar lo que el cielo est¨¢ diciendo. Levanta las manos, Dios m¨ªo.¡±
¡°Tenemos varios j¨®venes que eran del grupo. Algunas veces llaman a preguntar si la persona sigue ac¨¢¡±, explica. ¡°La iglesia es la ¨²nica salida del crimen diferente a acabar preso o acabar muerto¡±. No es un testimonio aislado. ¡°Estas iglesias han llegado a un entendimiento con los l¨ªderes de las organizaciones criminales seg¨²n el cual aceptar¨¢n la salida de un miembro siempre que pueda demostrar genuina fe y devoci¨®n¡±, cuenta un informe de la oeneg¨¦ experta International Crisis Group publicado en julio de este a?o.
Cuando el excomando habla de delitos no se refiere solo al narcotr¨¢fico. Estos grupos criminales, peruanos, colombianos o brasileros, se han ido diversificando hacia otras actividades que les permiten enriquecerse y a la vez lavar el dinero de las drogas. Las m¨¢s visibles son la pesca, la tala y sobre todo la miner¨ªa de oro, todas ellas en su modalidad ilegal. Cada una produce sus propios ingresos, pero adem¨¢s permiten lavar dinero del narcotr¨¢fico y esconder droga en cargamentos. Una forma de multicriminaldiad en la que Comando Vermelho parece ir ganando presencia, y en la que la triple alianza transfronteriza con narcos y disidencias gana espacios mientras la selva los pierde.
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