Los 40.000 desplazados del Catatumbo marcan un quiebre en la larga historia del desplazamiento forzado en Colombia
Las v¨ªctimas son casi el cu¨¢druple que las del siguiente mayor evento de migraci¨®n forzada en 28 a?os de registros oficiales
La violencia del Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional (ELN) en el Catatumbo, en el noreste colombiano, ha llevado en la ¨²ltima semana al desplazamiento forzado de 40.000 personas. Alrededor de la mitad ha llegado a C¨²cuta, la capital departamental, para escapar del fuego cruzado entre la guerrilla y las disidencias de las FARC, el reclutamiento forzado, los asesinatos selectivos y las pilas de cad¨¢veres que nadie se atreve a recoger. Las im¨¢genes han conmocionado a un pa¨ªs que hab¨ªa naturalizado las elevadas cifras de desplazamiento a lo largo de su historia. La defensora del Pueblo, Iris Mar¨ªn, se?al¨® el viernes que la magnitud no tiene precedentes: ¡°Puede ser el desplazamiento forzado masivo m¨¢s grande causado en un solo ¡®evento¡¯ desde que se tiene registro institucional de desplazamiento en Colombia (1997)¡±.
El ¨¦xodo en el Catatumbo ha vuelto a poner los focos en el desplazamiento forzado, un delito que se produce cuando las personas se ven obligadas a dejar sus hogares por la fuerza o la intimidaci¨®n, en particular por violaciones a los derechos humanos o para evitar efectos de un conflicto armado. Colombia es uno de los pa¨ªses con m¨¢s casos en el mundo: se identificaron 8.805.519 v¨ªctimas entre 1985 y 2024, seg¨²n el Registro ?nico de V¨ªctimas (RUV). El peor a?o fue el 2002, cuando el paramilitarismo atemorizaba al pa¨ªs y 730.904 personas fueron desplazadas por la violencia. Desde entonces, la cifra ha tendido a la baja, aunque ha habido algunos repuntes y a¨²n es elevada ¡ªen 2023, por ejemplo, fue de 290.405¡ª. El Estado de Cosas Inconstitucional (ECI) declarado en 2004 contin¨²a vigente y recuerda la negligencia que ha tenido el Estado en enfrentar la problem¨¢tica.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, reconoci¨® el martes que lo acontecido en estos d¨ªas es ¡°un fracaso de la naci¨®n¡±, en referencia a los enfrentamientos de los grupos armados y el ensa?amiento del ELN contra la poblaci¨®n civil. ¡°Este puede ser uno de los hechos m¨¢s dram¨¢ticos de la historia contempor¨¢nea desde los hechos de La Violencia [1946-1966]¡±, declar¨® en X. Despu¨¦s, el viernes, decret¨® la conmoci¨®n interior en el Catatumbo y en la zona metropolitana de C¨²cuta ¡ªeste estado de excepci¨®n no se decretaba en el pa¨ªs desde 2008¡ª. Mientras tanto, la cifra de muertos trep¨® a 80 ¡ªincluidos seis firmantes de los acuerdos de paz con las FARC¡ª. El ELN ha quedado desacreditado como actor pol¨ªtico: los di¨¢logos de paz est¨¢n suspendidos y la posibilidad de que se reanuden es cada vez m¨¢s lejana.
Es dif¨ªcil encontrar otros episodios de desplazamiento forzado que sean comparables. Sin embargo, para el soci¨®logo Andr¨¦s Su¨¢rez, especializado en el conflicto armado, la gran diferencia del Catatumbo no est¨¢ en su gravedad. ¡°Decir eso ser¨ªa invisibilizar otros momentos hist¨®ricos que fueron terribles¡±, afirma en un audio de WhatsApp. Para ¨¦l, las particularidades est¨¢n en lo masivo y r¨¢pido del desplazamiento. ¡°Una caracter¨ªstica del desplazamiento forzado en Colombia es que este tiende a ocurrir m¨¢s a cuentagotas. La regla no son los ¨¦xodos masivos que vemos en ?frica, Siria o Palestina, de r¨ªos humanos que salen y salen. Los campos de refugiados son excepcionales¡±, explica. Cita unas cifras recopiladas en el informe del Centro Nacional de Memoria Hist¨®rica Una naci¨®n desplazada (2015), en el que colabor¨®: solo el 17% de las personas desplazadas entre 1997 y 2004 fueron parte de movimientos masivos.
La magistrada Natalia ?ngel, coordinadora de la sala de seguimiento de desplazamiento forzado de la Corte Constitucional, comenta que estas din¨¢micas comenzaron a cambiar en los ¨²ltimos a?os. ¡°Hace una d¨¦cada, solo entre el 4% y el 8% de las v¨ªctimas de desplazamiento forzado se desplazaban de manera masiva. A partir de 2017, este porcentaje empez¨® a incrementarse, y entre 2020 y 2022 se estimaba que entre el 20% y el 25% de las personas desplazadas en el pa¨ªs lo hicieron de manera masiva¡±, se?ala por escrito, en referencia a desplazamientos que implican el movimiento de al menos 10 familias o 50 personas. Asimismo, considera que es un ¡°agravante¡± que tambi¨¦n haya aumentado el n¨²mero de confinamientos forzados en los ¨²ltimos a?os. Se?ala que en el Catatumbo hay alrededor de 24.000 personas que no pueden salir de sus hogares por la violencia de los armados y que ven restringido su acceso a servicios b¨¢sicos.
El m¨¢s grande de los masivos
Pese a estos cambios en las din¨¢micas, no hay registros de un movimiento masivo que se compare en magnitud con el del Catatumbo. Las 40.000 v¨ªctimas registradas en estos d¨ªas superan la suma de todos los desplazamientos masivos de 2024, cuando se contabilizaron 105 eventos que en su conjunto afectaron a 25.611 personas. Hasta ahora, el movimiento que hab¨ªa tenido el mayor volumen hab¨ªa sido el de El Charco (Nari?o), acontecido en el 2007 por enfrentamientos entre grupos armados y fuerzas militares. Seg¨²n el RUV, la cifra de ese entonces fue de 11.672 v¨ªctimas, apenas un poco m¨¢s de un cuarto de la crisis actual.
En estos 28 a?os de registros, solo 10 casos superaron las 5.000 personas, 253 tuvieron m¨¢s de 1.000, y un total de 2.800 afectaron a por lo menos 50. No obstante, algunos n¨²meros peque?os ocultan la magnitud del impacto en pueblos o zonas rurales. La masacre que los paramilitares perpetraron en El Salado (Bol¨ªvar), en el 2000, es el caso m¨¢s claro: desplazaron a unas 800 personas, el 100% de la vereda hom¨®nima.
M¨¢s all¨¢ de los n¨²meros, otro factor diferencial es la rapidez con la que el Catatumbo rural (que suma unos 200.000 habitantes) se est¨¢ quedando sin poblaci¨®n. Su¨¢rez explica que el vaciamiento de los Montes de Mar¨ªa (al sur de Sucre y Bol¨ªvar) entre 1997 y 2002 implic¨® el desplazamiento de 400.000 de sus 500.000 habitantes, pero fue producto de una ¡°sumatoria de eventos¡±, ocasionados por varias masacres a lo largo de los a?os. Los paramilitares asesinaron a campesinos a los que acusaron de ser la retaguardia de las FARC y obligaron a los sobrevivientes a irse, con el objetivo de liberar territorio para los ganaderos.
Otra particularidad hist¨®rica del Catatumbo, que lo diferencia del caso de los Montes de Mar¨ªa y de eventos en el oriente antioque?o, es que gran parte del desplazamiento es directamente a una capital departamental. ¡°Antes las masacres ocurr¨ªan en un pueblito y todo el mundo se iba al casco urbano m¨¢s cercano. Despu¨¦s se disgregaban a las ciudades grandes¡±, dice Su¨¢rez. Para ¨¦l, la llegada a C¨²cuta implica una mayor visibilidad e impacto.
La frontera
El Catatumbo ha sido hist¨®ricamente una de las regiones con m¨¢s desplazamientos, pero no encabezaba los listados. El informe Una naci¨®n desplazada se?alaba que a finales de 2014 la regi¨®n ocupaba el octavo lugar en desplazamientos masivos (entre 77). Ten¨ªa el 3,4% de los casos, un porcentaje peque?o comparado con el 20,2% del Urab¨¢, que vivi¨® el inicio de las masacres paramilitares en los ochenta. Su mayor protagonismo en la actualidad refleja que hoy el Urab¨¢ est¨¢ bajo el dominio indiscutido del Clan del Golfo, sin ning¨²n rival que le haga sombra. Las disputas por las econom¨ªas il¨ªcitas y el narcotr¨¢fico se concentran en las fronteras del sur y el nororiente del pa¨ªs. En el Catatumbo, en el l¨ªmite con Venezuela, el ELN y las disidencias de las FARC se enfrentan por m¨¢s de 30.000 hect¨¢reas de hoja de coca, la materia prima de la coca¨ªna.
Otro factor que ha sobresalido es la crueldad del ELN contra civiles a los que acusa de cooperar con las disidencias. El informe final de la Comisi¨®n de la Verdad indicaba en 2022 que los paramilitares, y no las guerrillas, eran quienes encabezaban los listados de responsables de desplazamientos forzados. Ahora, la brutalidad sin l¨ªmites tambi¨¦n se ve en el grupo insurgente. El presidente Petro se?al¨® el pasado lunes que el ELN ya no es lo que sol¨ªa ser: ahora imita el terror paramilitar y no representa los ideales de antiguos miembros a los que alguna vez admir¨®. ¡°Lo sucedido en el Catatumbo no es sino una demostraci¨®n m¨¢s del tr¨¢nsito de las guerrillas insurgentes hacia las organizaciones narcoarmadas¡±, dijo. ¡°La masacre cometida por el ELN (...) calca perfectamente el accionar de los paramilitares cuando llegaron a la zona: masacre de campesinos civiles, en estado de indefensi¨®n¡±.
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