¡°Las abejas no podr¨ªan vivir en los campos actuales¡±
Al sur de Ciudad de M¨¦xico, la apicultora Sandra Corales lucha por la recuperaci¨®n de estos insectos esenciales para el ecosistema, pero cada vez m¨¢s acorralados
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La abeja es un insecto de unos dos cent¨ªmetros de longitud, con el cerebro del tama?o de una semilla y que vive cuatro meses como m¨¢ximo, pero en todas las listas existentes sobre los animales sin los que el hombre no podr¨ªa subsistir, siempre aparece. La abeja tambi¨¦n podr¨ªa aparecer en las listas de los seres m¨¢s ricos del planeta si hubiera una lista Forbes animal y se abonaran en su cuenta los miles de millones de d¨®lares que genera gracias a la polinizaci¨®n y si el hombre, con un cerebro que pesa 1,5 kilogramos, puede vivir 80 a?os y llegar a los dos metros de altura, no se encargara todos los d¨ªas de aniquilarlas.
Dicen los expertos que sin los perros o los gatos nuestra vida ser¨ªa m¨¢s triste, sin las ovejas hubi¨¦ramos pasado fr¨ªo y, sin el pollo, mucha gente no hubiera probado nunca la carne, pero de quienes jam¨¢s podr¨ªamos prescindir es de los murci¨¦lagos o las abejas. Seg¨²n los bi¨®logos, la fuerza de la vida reside en lo peque?o, y sin las setas o el plancton, peque?os en tama?o, pero gigantes en la cadena de la vida, no habr¨ªa humanos sobre la tierra.
Gracias a las abejas que obtienen el alimento de las flores y que fomentan en las plantas la capacidad de fecundarse, lo que se conoce como polinizaci¨®n cruzada, se genera el ox¨ªgeno suficiente para la vida y aumenta el rendimiento en los cultivos, lo que favorece la producci¨®n de alimentos.
A un costado de la inmensa mancha urbana de la Ciudad de M¨¦xico, Sandra Corales es una de las pocas apicultoras dentro de un ¡®monstruo¡¯ urbano de 20 millones de personas. Al frente de la organizaci¨®n Abejas de Barrio, Corales trabaja en la recuperaci¨®n de colmenas en Xochimilco, una delegaci¨®n de las afueras de la capital mexicana compuesta por un laberinto de canales. Hace m¨¢s de 500 a?os por estas calles de agua se pod¨ªa llegar hasta el Z¨®calo de la capital y aunque hoy sus aguas color marr¨®n son imbebibles, mantienen operativas las chinampas, peque?as islas para el cultivo levantadas por los mexicas, las mismas que vieron Hern¨¢n Cort¨¦s y los suyos. En una de ellas, Corales mantiene 20 colmenas en un intento por recuperar un insecto tan amenazado como el jaguar en M¨¦xico.
La primera abeja apareci¨® hace m¨¢s de 100 millones de a?os en un ¨¢mbar encontrado en Birmania, pero el hombre ni siquiera ha necesitado ensa?arse con ellas como si fuera un rinoceronte de la sabana o un zorro que amenaza sus gallinas. Le ha bastado seguir actuando como siempre: extensi¨®n de monocultivos y abuso de agroqu¨ªmicos. El uso intensivo de pesticidas-herbicidas ha reducido al m¨ªnimo las zonas de pecoreo (recolecci¨®n de n¨¦ctar) impactando de forma dram¨¢tica en los insectos polinizadores. La abeja tiene otra cualidad, explica Corales: ¡°Es el term¨®metro de la calidad de nuestro medio ambiente. Cuantas menos hay, peor nos va¡±, dice. ¡°Hoy la abeja vive mejor en las ciudades que en los campos y, si la tendencia contin¨²a, cultivos como frutas, frutos secos y muchas hortalizas ser¨¢n sustituidos por el arroz, el ma¨ªz y la patata¡±, se?ala. O sea, comidos, pero no alimentados.
Las tasas actuales de extinci¨®n de especies son de 100 a 1.000 veces m¨¢s altas de lo normal debido al impacto del cambio clim¨¢tico. Casi el 35 % de los polinizadores invertebrados, principalmente abejas y las mariposas, y alrededor del 17% de los polinizadores vertebrados, como los murci¨¦lagos, est¨¢n muy cerca de desaparecer. De todos ellos, la abeja es la especie m¨¢s preocupante debido a que han disminuido en poco tiempo por los cultivos extensivos, los plaguicidas, las especies ex¨®ticas invasoras, el aumento de temperaturas o la falta de agua.
¡°La abeja est¨¢ bailando reguet¨®n¡±, dice la peque?a Guadalupe, nacida en Xochimilco, se?alando a una pareja de insectos. ¡°Est¨¢n perreando¡±, a?ade David cuando mira a las mismas abejas montando una sobre otra en la colmena. La encargada de poner m¨²sica al baile es esta apicultora de 34 a?os, que lo mismo trae a un grupo de ni?os a ense?arles el ciclo de la abeja, que salva panales en lugares inveros¨ªmiles de la ciudad o da servicio a las colmenas de los particulares, un original m¨¦todo de recuperaci¨®n por el cual cualquiera puede tener su colmena a cambio de un pago mensual mucho menor que una suscripci¨®n a Netflix. A cambio de esta inversi¨®n, es posible consumir miel casera. Un sistema parecido al de las cestas de frutas y verduras cultivadas en los campos que rodean la capital y que cada semana muchas familias reciben en casa, pero en esta ocasi¨®n con polen, prop¨®leo, jab¨®n y miel de Xochimilco, explica Corales mientras avanza en el cayuco, moviendo el remo como un gondolero por los canales que separan su casa de las colmenas. ¡°El cambio clim¨¢tico est¨¢ impactando de tres formas. La primera es en lo econ¨®mico; al producirse menos miel, el apicultor percibe que hay menos ingresos que el a?o pasado. Al ganar menos se abandonan los cultivos de las abejas y se produce un impacto social y, en tercer lugar, hay un impacto en el medio ambiente porque al no haber abejas no hay polinizaci¨®n y muere la flora¡±, resume.
Corales ha puesto en las nuevas generaciones sus esperanzas por recuperar las abejas y cada viernes llega acompa?ada de escolares metidos en ¡®minitrajes¡¯ de apicultor y a quienes con paciencia franciscana deja tocar los panales, localizar la abeja reina, detectar el polen e interesarse por la recolecci¨®n de miel.
A Xochimilco, una Delegaci¨®n de casi medio mill¨®n de habitantes, le gustan las tradiciones y a la industria el dinero. Hace 13 a?os, en Estados Unidos, donde se calculan estas cosas, valoraron que el trabajo de los polinizadores supon¨ªa 400.000 millones de d¨®lares anuales de ahorro para la econom¨ªa del pa¨ªs, seg¨²n la publicaci¨®n de Conabio de 2012. ¡°Es tan valioso el impacto de los monocultivos de la almendra en Estados Unidos o del aguacate en Michoac¨¢n, que utilizan Apis mel¨ªfera, contratan apicultores para que tengan colmenas cerca, lo que hace que la producci¨®n aumente en un 35% produciendo un fruto m¨¢s rico y sabroso¡±, dice Corales.
¡°La expansi¨®n de la mancha urbana ha hecho que no haya zonas rurales donde trabajar con las abejas¡±, a?ade. ¡°Por eso el primer paso es consumir productos de tu regi¨®n porque de esa forma cortas la cadena de contaminaci¨®n en el transporte, el impacto ecol¨®gico es menor y te permite conocer quien siembra esa lechuga o produce esa miel que consumes. Conocer de d¨®nde vienen los alimentos nos asegura una buena alimentaci¨®n¡±, resume.
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