El Dari¨¦n y el sue?o americano
La mayor¨ªa de los migrantes que superen la selva no llegar¨¢n a suelo estadounidense. El viaje es peligroso y las perspectivas de ingresar al pa¨ªs m¨¢s limitadas que nunca. Pero el llamado de EE UU sigue siendo poderoso
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En una ¨¦poca en la que los estadounidenses se preocupan cada vez m¨¢s por el futuro de nuestro pa¨ªs por motivos profundamente diferentes (algunos temen que la diversidad crezca y otros que nunca se produzca una distribuci¨®n equitativa del poder), a principios de este mes encontr¨¦ dos fuertes creencias extra?amente interrelacionadas en Estados Unidos que quiero mencionar ahora que el Mes de la Herencia Hispana llega a su fin.
El primero fue en un lugar extraordinario que visit¨¦ la semana pasada: Cana¨¢n Membrillo, en Panam¨¢, un destartalado pueblo ind¨ªgena de m¨¢s de 300 habitantes al borde del Tap¨®n del Dari¨¦n, uno de los tramos de selva m¨¢s impenetrables del mundo a lo largo del r¨ªo Panam¨¢ y fronterizo con Colombia. Es el epicentro de una crisis humanitaria acelerada que se desarrolla en Am¨¦rica Latina.
La migraci¨®n est¨¢ aumentando sin precedentes en un hemisferio golpeado por fracasos estatales impulsados por reg¨ªmenes en Venezuela, Cuba, Nicaragua y Hait¨ª, las consecuencias econ¨®micas, sociales y pol¨ªticas de la covid, y los estragos de la crisis clim¨¢tica. Ning¨²n lugar del mundo sufre m¨¢s todas estas circunstancias que Cana¨¢n Membrillo. La d¨¦cada pasada, casi 95.000 migrantes transitaron por el Dari¨¦n. El a?o pasado, fueron 134.000. Y solo en septiembre, 50.000 migrantes recorrieron este peligroso camino. Entre 1.500 y 2.000 lo cruzan diariamente.
Las personas migran por innumerables razones: supervivencia, huir de la persecuci¨®n pol¨ªtica, buscar refugio frente a la violencia criminal, querer reunirse con la familia o buscar una vida mejor. A pesar de la variedad de motivaciones, seg¨²n los hombres, mujeres y ni?os con los que hablamos mis colegas y yo, la mayor¨ªa comparte al menos una cosa en com¨²n: la creencia de que en Estados Unidos les espera una vida mejor, si es que pueden llegar hasta aqu¨ª. Es una creencia igual de fuerte que la de los que llegaron generaciones atr¨¢s a darle forma a este pa¨ªs. Por eso se atrevieron a arriesgarlo todo.
Incluso entre los que sobrevivan al Dari¨¦n, la mayor¨ªa no lograr¨¢ su sue?o americano, ya que el viaje al norte es peligroso y las perspectivas de ingresar al pa¨ªs son m¨¢s limitadas que nunca. Pero el encanto de Estados Unidos sigue siendo poderoso.
Y por una buena raz¨®n si se tiene en cuenta la otra reflexi¨®n de Estados Unidos que me llam¨® la atenci¨®n recientemente: un estudio publicado en la celebraci¨®n anual del Mes de la Herencia Hispana, que destaca el dinamismo econ¨®mico de los latinos estadounidenses. El informe de Latino Donor Collaborative muestra que, si esta poblaci¨®n constituyera una econom¨ªa independiente, ser¨ªa la quinta econom¨ªa m¨¢s grande del mundo.
Los latinos que viven en Estados Unidos generaron 2.800 millones de d¨®lares en 2020 y ocuparon el quinto lugar despu¨¦s del producto interno bruto de Estados Unidos, China, Jap¨®n y Alemania. Esta econom¨ªa es aproximadamente equivalente a la combinaci¨®n de las dos m¨¢s grandes de Am¨¦rica Latina: Brasil, con un PIB de 1,61 mil millones, y M¨¦xico con un PIB de 1,29 mil millones, a pesar de que los 62,1 millones de latinos de EE UU representan menos de una quinta parte de la poblaci¨®n combinada de Brasil y M¨¦xico (341,5 millones).
Estas cifras se deben a una combinaci¨®n de factores (crecimiento de la poblaci¨®n, mayor nivel educativo y niveles r¨¦cord de iniciativa empresarial, entre otros). A pesar de los desaf¨ªos obvios, incluida la discriminaci¨®n persistente, Estados Unidos sigue siendo una tierra de oportunidades para ellos. M¨¢s del 60% creen expl¨ªcitamente que pueden ¡°vivir el sue?o americano¡± y, seg¨²n el centro de investigaciones Pew, m¨¢s de dos tercios son algo o muy optimistas sobre el futuro del pa¨ªs en comparaci¨®n con el 56 % en general.
El ¨¦xito de esta comunidad trae consigo una lecci¨®n importante. Como cualquier otra persona, los latinos pueden prosperar cuando se les presenta la oportunidad en un entorno que brinda garant¨ªas b¨¢sicas y el estado de derecho. Es la ausencia de estos factores en muchos pa¨ªses de la regi¨®n lo que obliga a m¨¢s y m¨¢s personas a buscar un presente de supervivencia y un futuro mejor en otros lugares.
Reg¨ªmenes autoritarios como los de Cuba, Venezuela y Nicaragua son los ejemplos m¨¢s evidentes de c¨®mo se acaba con las oportunidades y el estado de derecho, pero lamentablemente no est¨¢n solos. El negocio il¨ªcito detr¨¢s de la inmigraci¨®n irregular y la captura de las remesas que env¨ªan a casa, como las del norte de Centroam¨¦rica y el sur de M¨¦xico, tambi¨¦n est¨¢n frenando el potencial de millones de personas para prosperar en sus comunidades de origen.
Gracias al impulso y la determinaci¨®n de los latinos estadounidenses, la promesa del sue?o americano perdura. Al concluir el Mes de la Herencia Hispana, debemos esperar que el ejemplo de Estados Unidos, por imperfecto que sea, inspire no solo a quienes miran hacia el norte, sino tambi¨¦n a una nueva generaci¨®n de l¨ªderes c¨ªvicos, pol¨ªticos y econ¨®micos en todo el continente para fomentar las condiciones necesarias que hagan que las poblaciones vivan y prosperen all¨ª donde est¨¢n.
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