Un estudio cuantifica c¨®mo la miner¨ªa y la deforestaci¨®n revivieron la malaria en Venezuela
El pa¨ªs pas¨® de ser uno de los primeros en eliminar esta enfermedad en su territorio a presentar picos hist¨®ricos
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En los a?os 50, Venezuela empezaba a posicionarse como el pa¨ªs l¨ªder en combatir la malaria. Gracias a una impresionante campa?a de fumigaci¨®n y estudios que realiz¨® en ese entonces el m¨¦dico y salubrista venezolano Arnoldo Gabald¨®n, el pa¨ªs se convirti¨® en uno de los primeros en eliminar esta enfermedad en gran parte del territorio. Para 1961, la malaria no estaba presente en el 68% de Venezuela y, entre 1936 y 1962, la tasa de mortalidad se redujo de 164 muertes por cada 10.000 personas a la sorprendente cifra de cero.
Pero el ¨¦xito que logr¨® Gabald¨®n hoy en d¨ªa es un fantasma. El Informe Mundial sobre la Malaria de 2020 calcul¨® que en Venezuela los casos hab¨ªan aumentado 1200% entre 2000 y 2019. Y solo en las dos primeras semanas de 2022, la ONU diagnostic¨® 2.796 casos de malaria en todo el pa¨ªs. El legado de Gabald¨®n se hab¨ªa desmoronado.
¡°Lo primero fue que los programas de control de malaria dejaron de funcionar. Disminuy¨® el acceso a los medicamentos contra la malaria y a las herramientas para el control de vectores¡±, recuerda la doctora Mar¨ªa Eugenia Grillet, profesora titular e investigadora del Instituto de Zoolog¨ªa y Ecolog¨ªa Tropical de la Universidad Central de Venezuela en entrevista con Am¨¦rica Futura. ¡°Luego, por la situaci¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica del pa¨ªs, muchos se fueron a trabajar a las minas de oro, al sur de Venezuela, afectando y modificando el paisaje, abriendo caminos a trav¨¦s del bosque¡±. Deforestando.
A esto, adem¨¢s, se sumaron dos factores que, se sabe, son promotores de malaria: el calor y el aumento de lluvias. ¡°El calor no solo acelera el desarrollo del par¨¢sito que causa la enfermedad de la malaria ¨C Plasmodium -, sino de los mosquitos que los transmiten ¨C los Anopheles -¡±, explica Isabel Fletcher, doctora graduada de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, Reino Unido. Las lluvias, por su parte, terminan en agua estancada que los mosquitos necesitan para completar su ciclo de reproducci¨®n.
?Pero qu¨¦ rol juega cada uno de estos factores en el incremento de la malaria? ?Qu¨¦ porcentaje puede estar relacionado con el boom de miner¨ªa que se vive en el sur de Venezuela? Este fue el tipo de preguntas que empezaron a rondar por las cabezas de un equipo de investigadores del que hacen parte Fletcher y Grillet. Tras crear un modelo con casos de malaria desde 1996 y variables potenciales asociadas como la temperatura del terreno, lluvias, deforestaci¨®n, y huella minera, entre otras, encontraron que, en el caso del par¨¢sito Plasmodium falciparum, la miner¨ªa pod¨ªa explicar un 27% de la variaci¨®n e incremento temporal de malaria, mientras que para el Plasmodium vivax la cifra era del 23%.
¡°Hicimos esta separaci¨®n porque en Latinoam¨¦rica el P. vivax es el que m¨¢s nos afecta, con aproximadamente un 70% de prevalencia. Mientras el P. falciparum, que causa una enfermedad m¨¢s grave, solo es responsable del 30% en nuestra regi¨®n. Est¨¢ ¨²ltima especie est¨¢ m¨¢s presente en ?frica¡±, aclara Grillet.
Adem¨¢s, en los resultados de esta investigaci¨®n, que fue publicada en The Lancet, se?alan que, en las zonas sin miner¨ªa pero que s¨ª registraban un aumento de temperatura no hab¨ªa mayor incidencia de casos de malaria, apuntando de nuevo al fuerte rol que cumple esa actividad extractiva.
En el estado de Bol¨ªvar, por ejemplo, donde se han identificado los focos de minas (2.460, que representan el 96% de las que hay en todo el pa¨ªs), la malaria aument¨® entre 1996 y 2016: 1.609% para P. falciparum y 2.986% para P. vivax. En estas zonas, comenta Fletcher, vuelven a confluir una serie de factores desencadenantes: la deforestaci¨®n, la falta de servicios m¨¦dicos, los pozos de agua dejados por la miner¨ªa y la conglomeraci¨®n de personas que han llegado en busca de trabajo. Lo preocupante, agrega Grillet, es que cuando los trabajadores regresan a sus estados de origen tambi¨¦n pueden estar llevando la malaria con ellos, propagando este par¨¢sito por todo el pa¨ªs.
¡°Se trata de una investigaci¨®n importante en la medida que puede identificar con bastante certidumbre c¨®mo interact¨²a un factor del paisaje y del clima en la transmisi¨®n de malaria¡±, concluye Rachel Lowe, tutora de Fletcher, coautora del estudio e investigadora de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres. ¡°Y esto es relevante para los sistemas de alerta temprana de un pa¨ªs o regi¨®n, porque indica que podemos utilizar la informaci¨®n clim¨¢tica para intentar predecir el riesgo de malaria¡±.
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