Hongos, yerba mate y mandioca: las apuestas argentinas para reemplazar al pl¨¢stico

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El papel adherente que envuelve una bandeja de comida demora entre 500 y 1.000 a?os en degradarse. Un per¨ªodo similar necesitan las macetas de pl¨¢stico que adornan un sal¨®n, el envoltorio de un perfume o la caja que cubre un juguete infantil. El poliestireno que recubre un electrodom¨¦stico reci¨¦n comprado requerir¨¢ entre 100 y 500 a?os. Todos tienen algo en com¨²n: son considerados de los elementos m¨¢s contaminantes, se desechan despu¨¦s de haber sido utilizados una sola vez y apenas unos pocos minutos, y su producci¨®n desmedida alerta desde hace a?os a las Naciones Unidas. Esta organizaci¨®n ha advertido que su uso podr¨ªa triplicarse en las pr¨®ximas dos d¨¦cadas y convoca a la creaci¨®n de una ¡°nueva econom¨ªa del pl¨¢stico¡± m¨¢s sustentable.

Bajo la premisa de reducir la contaminaci¨®n, en la Argentina se multiplican proyectos para reemplazar a los pl¨¢sticos de un solo uso con materiales de todo tipo, desde hongos hasta desechos de yerba mate, almid¨®n de mandioca y harina, entre otros, aunque la falta de inversi¨®n y la ausencia de leyes espec¨ªficas para generar mayor conciencia ambiental suponen un conflicto para avanzar en desarrollos que puedan ser masivos y a un precio accesible, seg¨²n explican cient¨ªficas y emprendedoras que desde hace a?os trabajan en iniciativas sostenibles.

Almid¨®n de mandioca y yerba mate para fabricar envases para alimentos

A nivel global, la industria de los alimentos es una de las que m¨¢s utiliza los pl¨¢sticos de un solo uso, con envases, botellas, bandejas descartables y papel adherente, entre muchos otros. Con la mira puesta en ese rubro, Luc¨ªa Fam¨¢, investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Cient¨ªficas y T¨¦cnicas (Conicet) y coordinadora del Laboratorio de Pol¨ªmeros y Materiales Compuestos de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires, trabaja en decenas de proyectos para eliminar totalmente el uso del pl¨¢stico y en otras iniciativas para reemplazarlos de forma parcial.

Fam¨¢ y su equipo trabajan en varias l¨ªneas de investigaci¨®n, una de ellas es el desarrollo de films (papel adherente) a partir de almid¨®n de mandioca y del extracto de t¨¦ negro y yerba mate, dos elementos de mucha presencia en el pa¨ªs, que adem¨¢s tienen propiedades naturales antioxidantes y antibactericidas. ¡°El material es comestible, apto para personas cel¨ªacas y tiene mayor adaptabilidad y vida ¨²til a la hora de guardar un alimento¡±, explica en di¨¢logo con Am¨¦rica Futura.

En otra de sus investigaciones, combina el almid¨®n de mandioca con pol¨ªmeros que, si bien no son 100% biodegradables, se degradan mucho m¨¢s r¨¢pido que el polietileno convencional. ¡°Esos pol¨ªmeros mezclados con el almid¨®n generan un material muy resistente, y aunque no sean comestibles, s¨ª tienen una r¨¢pida biodegradabilidad¡±, explica. La cient¨ªfica describe que se pueden utilizar como envase para cualquier producto, pero aclara que el mayor atractivo est¨¢ en el rubro de los alimentos. ¡°Tenemos muchos proyectos en camino, incluimos otros extractos para generar materiales antioxidantes y tambi¨¦n los combinamos con nanopart¨ªculas que tienen actividad antimicrobiana¡±, resalta.

A nivel mundial, se producen unas 430 millones de toneladas m¨¦tricas de pl¨¢stico al a?o y la proyecci¨®n es alarmante. De acuerdo con datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), ¡°si se mantiene la tendencia actual, de aqu¨ª a 2060 se va a triplicar la producci¨®n¡±. S¨®lo en 2021, el mundo gener¨® 139 millones de toneladas m¨¦tricas de residuos pl¨¢sticos, equivalente a 13.700 torres Eiffel.

En un documento titulado El ABC de los pl¨¢sticos, el organismo resalta que ¡°dos tercios de los pl¨¢sticos son ef¨ªmeros¡± y que ¡°pronto se convertir¨¢n en basura¡±, entre los que se encuentran bolsas, empaques de alimentos y botellas. Adem¨¢s, llama a pensar nuevas estrategias y plantea una ¡°nueva econom¨ªa vinculada al pl¨¢stico¡± que, de un modo m¨¢s sustentable, podr¨ªa generar 700.000 puestos de trabajo en las pr¨®ximas dos d¨¦cadas.

Un biomaterial a base de hongos

Ayel¨¦n Malgraf es bi¨®loga y de ni?a descubri¨® su amor por los hongos cuando sal¨ªa junto a su abuelo a recolectarlos para utilizar en recetas de cocina que a¨²n hoy recuerda. D¨¦cadas m¨¢s tarde, esa pasi¨®n la llev¨® a dedicarse de lleno al cultivo con fines gastron¨®micos en Cerrillos, provincia de Salta, en el norte argentino. Estudiando las propiedades del fungi en su laboratorio descubri¨® que exist¨ªan otras aplicaciones ¡°m¨¢s all¨¢ de lo comestible¡±, lo que abri¨® las puertas a la creaci¨®n de materiales resistentes que puedan reemplazar al pl¨¢stico.

¡°Vend¨ªamos kits de cultivo de hongos que utilizaban caf¨¦ como sustrato. Cuando cosech¨¢bamos, nos quedaba un bloque bien duro, como un ladrillo, que era resistente al agua¡±, recuerda en una entrevista con Am¨¦rica Futura. En 2019, junto a dos socios, le dio vida a Fungipor, un emprendimiento que fabrica macetas, embalajes, paquetes y otros elementos de dise?o que reemplazan al pl¨¢stico, a base de micelio de hongos, el material que est¨¢ ¡°entre la hojarasca o rama seca¡± y que, combinado con la paja del poroto, genera un material resistente. ¡°Al secarse siguiendo un proceso espec¨ªfico, el micelio adquiere las caracter¨ªsticas de un pl¨¢stico o telgopor (poliestireno)¡±, explica.

Para Malgraf, es importante reducir la cantidad de pl¨¢stico que se produce a nivel mundial. ¡°La industria del empaquetado creci¨® mucho. Para 2030 se estima una producci¨®n mucho mayor, y casi no hay alternativas¡±, razona la bi¨®loga y emprendedora. Sin embargo, advierte que la industria en su pa¨ªs no est¨¢ desarrollada, por lo que requiere ¡°del apoyo de pol¨ªticas p¨²blicas y de leyes que obliguen a los productores a hacerse cargo de la gesti¨®n de sus residuos¡±.

Adem¨¢s de tratarse de un material biodegradable, Malgraf precisa que tiene propiedades ign¨ªfugas y ac¨²sticas, es liviano y, por su resistencia, funciona como un buen protector ante golpes o ca¨ªdas.

Leyes, regulaciones e inversi¨®n, los desaf¨ªos del futuro

Fam¨¢ celebra la inversi¨®n del Estado para financiar este tipo de investigaciones, aunque aclara que tambi¨¦n es necesario que el sector privado sume su cuota y se involucre. ¡°Las peque?as y medianas empresas son las m¨¢s interesadas. Este es un producto en desarrollo, no terminado, que puede ser muy competitivo, no s¨®lo por el precio, sino por la funcionalidad, porque permite guardar un alimento por m¨¢s tiempo, lo hace m¨¢s duradero¡±, describe.

¡°Hay que pensar en la situaci¨®n de la Argentina y ver c¨®mo se puede aplicar en un pa¨ªs donde la situaci¨®n econ¨®mica complica a la poblaci¨®n. Sabemos que hay mucha gente que llega con el dinero justo a fin de mes y le cuesta pensar en un cambio de estas caracter¨ªsticas, pero si hubiese inversi¨®n de las empresas para el desarrollo a gran escala, un producto as¨ª podr¨ªa tener precios muy competitivos¡±, remarca la investigadora.

Con la reciente victoria del ultra Javier Milei, que ser¨¢ investido este domingo presidente, reina la incertidumbre respecto de cu¨¢l ser¨¢ el financiamiento que tendr¨¢n iniciativas de estas caracter¨ªsticas y a¨²n se desconoce qui¨¦nes estar¨¢n a cargo de ¨¢reas sensibles como Ciencia, Tecnolog¨ªa o Ambiente. Durante la campa?a electoral, Milei anticip¨® recortes presupuestarios en todas las ¨¢reas y afirm¨® que este tipo de desarrollos y otros similares deb¨ªan ser financiados por el sector privado, con el perjuicio que supone para investigaciones en marcha. De hecho, Fam¨¢ dijo que teme que su laboratorio sea desfinanciado y que su desarrollo quede trunco por la falta de recursos.

Malgraf, por su parte, apunta a la necesidad de ¡°leyes que obliguen a las empresas a cuidar el ambiente¡±. Aunque resalta que ya hay compa?¨ªas interesadas en seguir un modelo de producci¨®n m¨¢s sustentable, aclara que todav¨ªa ¡°falta un mont¨®n de camino por recorrer¡±. ¡°En Chile se aplica una ley de Responsabilidad del Productor, que lo obliga a hacerse cargo de los residuos que genera. Ser¨ªa necesaria una ley similar¡±, propone la bi¨®loga y emprendedora.