¡°Los recicladores de pl¨¢stico somos como fantasmas, pero hacemos un trabajo vital¡±
La ONU negocia esta semana en Nairobi un nuevo tratado mundial para gestionar el enorme problema del pl¨¢stico. John Chweya, l¨ªder de los recicladores de Kenia, reivindica que los representantes de los 20 millones de trabajadores de la basura del mundo sean escuchados
Despu¨¦s de esta entrevista, John Chweya (Kisumu, Kenia, 33 a?os) se va directamente a la sede de la ONU, con las mismas botas y el mismo mono de trabajo rojo con el que ha pasado la ma?ana movi¨¦ndose por el principal vertedero de Dandora, en Nairobi. En este basurero gigante de m¨¢s de 12 hect¨¢reas en el que trabajan 8.000 personas, estos d¨ªas de lluvia en la capital de Kenia, el suelo es una mezcla de pl¨¢stico y barro en el que los cerdos buscan restos de comida. Y los recicladores buscan en monta?as humeantes de residuos algo que revender, a veces sin botas, siempre sin guantes, porque, explica uno, entorpecen la b¨²squeda. Aunque quisieran usarlos, tampoco tienen.
Chewya, que trabaja en el vertedero de su ciudad natal desde que ten¨ªa 12 a?os y hoy lidera la asociaci¨®n de recicladores de Kenia (con 40.000 socios), no cree en disfraces para mezclarse con legisladores en los pasillos donde esta semana la comunidad internacional debate un gran tratado mundial contra los pl¨¢sticos. Unos 20 millones de personas como ¨¦l trabajan en todo el mundo seleccionando pl¨¢stico, latas o cristal en lugares donde no hay servicios p¨²blicos de recogida de basura, la mayor¨ªa sin garant¨ªas de seguridad ni de ganar lo suficiente para comer. ¡°Tenemos que sentarnos a la mesa en las negociaciones¡±, reivindica Chweya, delante de una pila enorme de botellas usadas.
El que se negocia estos d¨ªas en Nairobi es, seg¨²n Naciones Unidas, el tratado multilateral m¨¢s importante desde el acuerdo internacional de Par¨ªs contra el cambio clim¨¢tico. El texto resultante ¡ªtras la conferencia de Kenia habr¨¢ otras dos en 2024¡ª regular¨¢ la vida completa, desde la fabricaci¨®n hasta el basurero (o el mar), de m¨¢s de 400 millones de toneladas de pl¨¢stico que el planeta genera cada a?o. Chwewa es muy consciente de que el mundo cada vez produce m¨¢s pl¨¢stico. ¡°Cuando trabajaba en el basurero, de ni?o, hab¨ªa muchos envases retornables. Hoy el pl¨¢stico est¨¢ por todas partes, hasta para envolver la fruta en el supermercado¡±, lamenta. Y es un pl¨¢stico que a menudo no se recicla, como el 91% del producido en el mundo.
Pregunta. ?C¨®mo recuerda sus comienzos trabajando con basura?
Respuesta. Mi familia viv¨ªa del comercio de ropa de segunda mano. Un d¨ªa, el mercado donde mi madre vend¨ªa ardi¨® y lo perdimos todo. Hab¨ªamos pedido cr¨¦ditos para pagar la mercanc¨ªa, as¨ª que acabamos en una situaci¨®n en la que no pod¨ªamos permitirnos ni dos comidas al d¨ªa. Mis seis hermanos y yo tuvimos que buscarnos la vida. Yo acab¨¦ recogiendo metal en el vertedero de Kisumu porque el pl¨¢stico, por aquel entonces, no val¨ªa mucho. Me pagaban siete chelines (cuatro c¨¦ntimos de euro) por kilo, a veces menos.
P. ?Y c¨®mo es el d¨ªa a d¨ªa de un reciclador hoy en Kenia?
R. Yo me levanto a las cinco. Cuanto m¨¢s temprano empiezas, m¨¢s posibilidades tienes de encontrar reciclables, y cuantas m¨¢s horas, m¨¢s kilos de pl¨¢stico y m¨¢s dinero. Yo recojo la basura en casas. Otros recicladores trabajan en la calle, y otros aqu¨ª, en vertederos. Lo que nos resulta m¨¢s complicado a todos es que los intermediarios ¡ªque venden a las empresas de reciclaje¡ª imponen precios que cambian cada d¨ªa, as¨ª que estamos intentando organizarnos para hacer negociaciones colectivas.
¡°Los legisladores deber¨ªan venir al vertedero¡±
P. ?Qu¨¦ esperan los recicladores de este tratado de pl¨¢sticos?
R. Este acuerdo tiene que reconocer el papel vital de los recicladores en arreglar el problema de la contaminaci¨®n por pl¨¢sticos en el mundo. En una situaci¨®n ideal, el sistema de responsabilidad extendida [por el que el productor de envases se responsabiliza del impacto medioambiental y social de los desechos] absorber¨ªa a los recicladores, y recibir¨ªamos un pago por nuestro trabajo. El nuestro es un rol hist¨®rico, porque, la verdad, el pl¨¢stico que ya hemos producido va a seguir en nuestro entorno los pr¨®ximos 100 a?os. Y seguimos produciendo.
P. ?C¨®mo se siente usted en esos pasillos de la ONU estos d¨ªas?
R. Es una sensaci¨®n devastadora. Entro y encuentro a delegados debatiendo pol¨ªticas que afectan a mis colegas sin tener claras cu¨¢les son nuestras realidades. La mayor¨ªa no han estado aqu¨ª [se?ala el vertedero]. Venir cambia la perspectiva de lo que significa el tratado.
P. Ustedes son la cara invisible del pl¨¢stico, digamos.
R. A¨²n sufrimos mucho estigma social, algunos creen que, porque no pudimos acceder a una educaci¨®n, somos un peligro o no tenemos conocimientos. Y los gobiernos no reconocen y apoyan lo suficiente nuestro trabajo. Somos como fantasmas, pero hacemos un trabajo vital. Pasa en toda ?frica.
P. ?Cree que la conversaci¨®n sobre medio ambiente y cambio clim¨¢tico es elitista?
R. S¨ª, en alguna medida. Por eso creo que los legisladores tienen que venir aqu¨ª, al vertedero. No conocen nuestra realidad. Adem¨¢s, estos debates tienen que estar guiados por el conocimiento. Y los recicladores tenemos ese conocimiento. Trabajamos con pl¨¢stico, lo conocemos, sentimos sus efectos. Literalmente, vivimos entre pl¨¢sticos.
P. ?Cu¨¢les son algunas peticiones concretas de los recicladores para los pol¨ªticos?
R. Primero, que los recicladores reciban un pago por su trabajo en vez de tener que vender de forma individual. Tambi¨¦n garantizar la seguridad y la salud. Aqu¨ª puede ver pl¨¢stico quem¨¢ndose y la gente que lo respira a diario tiene enfermedades respiratorias. Nos cortamos con cristal, con jeringuillas. Hay sospechas de c¨¢ncer, las mujeres ¡ªmuchas trabajan en el vertedero porque es f¨ªsicamente menos demandante que la recogida de basura en la calle¡ª sufren alteraciones hormonales... Para estos 8.000 recicladores de Dandora, por ejemplo, hemos conseguido apenas 500 equipos de protecci¨®n.
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