Qu¨¦ hacemos con tanto pl¨¢stico
Cada a?o se producen en el mundo m¨¢s de 400 millones de toneladas de este material. La mitad se destina a un solo uso, menos del 10% se recicla y gran parte del desechado contamina lagos, r¨ªos y mares. Urge que gobiernos, empresas y consumidores tomen medidas para atajar esta gran amenaza para la salud humana y la biodiversidad
Pocos temas son tan pol¨¦micos como el pl¨¢stico. Desde que en 2018 se empez¨® a cobrar por la bolsa en los supermercados, y en casi todos los comercios, y comenzaron a viralizarse im¨¢genes sobre el impacto de la contaminaci¨®n por pl¨¢stico en el medio ambiente, este material ha ido cobr¨¢ndose una fama terrible. Se ha criticado la gesti¨®n de los residuos, las cifras opacas del reciclado, el poco esfuerzo por ecodise?ar, y hay ya cientos de art¨ªculos cient¨ªficos (papers) que advierten de los riesgos para nuestra salud.
¡°El pl¨¢stico est¨¢ implicado en varios de los nueve l¨ªmites planetarios¡±, resume Alberto Vizca¨ªno, consultor de gesti¨®n ambiental. ¡°Adem¨¢s, se relaciona con efectos sobre la integridad de los ecosistemas, cambios en el uso del suelo y alteraci¨®n de ciclos biogeoqu¨ªmicos¡±. Y con secuelas sobre la salud mucho menos conocidas, ¡°a pesar de que existe informaci¨®n relevante sobre su toxicidad desde hace d¨¦cadas¡±, subraya Nicol¨¢s Olea, catedr¨¢tico de la Facultad de Medicina de Granada y estudioso del impacto de los disruptores endocrinos. ¡°Adem¨¢s, participa en la aparici¨®n de c¨¢nceres y otras patolog¨ªas¡±, apunta Vizca¨ªno, que insiste en difundir m¨¢s las investigaciones sobre los da?inos efectos que tienen sobre la salud las sustancias plastificantes.
¡°El discurso se centra en el reciclaje y se evita hablar de prevenci¨®n y reducci¨®n de uso, pero la del pl¨¢stico es una industria que tiene gran influencia en los desarrollos legislativos y sigue la misma estrategia del tabaco para ocultar sus efectos sobre la salud¡±, explica el consultor. Olea insiste en que lleva a?os diciendo que ¡°tenemos que ser m¨¢s estrictos, que la clave no es reciclar, es disminuir. Y a las personas que est¨¢n innovando, haciendo ecodise?os, por favor, lo primero es ser prudente y estudiar, escuchad a la ciencia, incorporadnos al proceso¡±, insiste el tambi¨¦n autor de Lib¨¦rate de t¨®xicos (RBA). ¡°Para proteger nuestra salud la salida es la reducci¨®n, la reparaci¨®n, la reutilizaci¨®n del vidrio¡±.
Por suerte, la ciencia est¨¢ sirviendo para dictar normativas que preserven la salud del planeta y sus habitantes. Sin embargo, no se avanza a buen ritmo. ¡°Es preocupante que desde que empiezan a aparecer estudios que advierten de la toxicidad hasta que se proh¨ªbe pueden pasar 20 a?os¡±, denuncia Kristine Garc¨ªa, especialista del ?rea de T¨®xicos de Ecologistas en Acci¨®n. Pero es que, adem¨¢s, ¡°los residuos pl¨¢sticos mal gestionados son fuente de contaminaci¨®n y de micropl¨¢sticos, un caballo de Troya de qu¨ªmicos y pat¨®genos¡±, recuerda Vizca¨ªno. ¡°?Nadie ha reparado en que los pl¨¢sticos interaccionan con organismos vivos, pero liberan sustancias? Nos deber¨ªa preocupar mucho m¨¢s que son cancer¨ªgenas, y las que jaquean el sistema hormonal o endocrino¡±, a?ade la portavoz de Ecologistas.
Reducci¨®n e investigaci¨®n
?Por qu¨¦ el debate de los residuos se centra en los pl¨¢sticos si los embalajes y la huella de carbono es igualmente grave? ¡°Es un material que flota en el mar; el problema est¨¢ presente porque llama la atenci¨®n, porque se ve. Otros materiales son igualmente problem¨¢ticos, pero tienen menos visibilidad¡±, indica Juan Melgarejo, socio de Partners Connect, grupo empresarial enfocado en la transformaci¨®n industrial a trav¨¦s de la innovaci¨®n y la econom¨ªa circular.
En la opini¨®n de este empresario, con dos patentes para ofrecer soluciones a los pl¨¢sticos de un solo uso, ¡°el primer paso es reducci¨®n¡±. Pero lamenta que ¡°la innovaci¨®n no cuente con ayudas, porque somos responsables de pensar e invertir en soluciones por el bien de todos¡±. Y se?ala que es un freno a la hora de ofrecer soluciones a las empresas envasadoras, porque no les salen las cuentas. Por eso insiste en que los gobiernos ¡°deber¨ªan premiar la reciclabilidad¡± y hacer que los impuestos sobre envases ¡°reviertan en innovaci¨®n¡±.
Y aunque reconoce el coste que est¨¢ llevando esta transici¨®n es optimista. ¡°Que las compa?¨ªas empiecen a certificarse como B Corp, o que sus consejos de administraci¨®n impongan KPI vinculados a la sostenibilidad demostrable, va a ayudar. Aunque la coherencia es algo que se tiene o no se tiene. Y no siempre prevalece la sostenibilidad sobre los dividendos¡±.
Melgarejo insiste en buscar soluciones para aprovechar el material de forma responsable: ¡°No podemos dar la espalda al hecho de que el pl¨¢stico es vers¨¢til, hay que esforzarse por encontrar soluciones que consigan que no impacte ni en el planeta ni en la salud de nadie¡±. ¡°Es imposible vivir sin pl¨¢stico, pero hay que conseguir encontrar la f¨®rmula para que nos d¨¦ la flexibilidad o la rigidez que se precise pudi¨¦ndose reciclar¡±, resume el empresario. Para ¨¦l, una de las v¨ªas a explorar es lo biodegradable y los monomateriales: ¡°No puede ser una soluci¨®n v¨¢lida el material que se mezcla y se contamina; tampoco el que tarda en deshacerse en el suelo, en descomponerse, porque eso son micropl¨¢sticos¡±.
Sobre los monomateriales, Olea hace un apunte: ¡°Solo es v¨¢lido si ha tenido poco uso; si ha hecho su paso por un medio ambiente sucio, ya es un material contaminado¡±. Y pone como ejemplo el hilo hecho con tereftalato de polietileno (PET). ¡°Para poder reciclarlo se deber¨ªa tener una botella de agua limpia que solo haya tenido un uso¡±, e insiste en que ¡°no es cierto que se est¨¦n haciendo abrigos de PET recogido del mar¡±. ¡°Cualquier persona que vea una botella flotando en el mar sabe que est¨¢ gelatinosa, sucia, con hidrocarburos pegados; imposible poder reciclar. Las compran nuevas y las transforman en hilo¡±.
Tambi¨¦n ve ¡°dram¨¢tico¡± que no se separen los tipos de pl¨¢sticos en la recogida y procesamiento del contenedor de envases, el amarillo. ¡°Echas latas, cajas de cart¨®n, envases PET, film¡ Est¨¢s arrojando el pl¨¢stico en el peor sitio, porque adem¨¢s de ser persistente, org¨¢nico, bioacumulable, biomagnificable, es fr¨¢gil, se fragmenta y es suc¨ªsimo¡±, explica. Por otra parte, como explica Vizca¨ªno, ¡°la dotaci¨®n, tanto en volumen de recogida como en capacidad de tratamiento de los residuos, es insuficiente¡±. Ocurre, asimismo, que ¡°las plantas de clasificaci¨®n de residuos del contenedor amarillo tienen que procesar tales cantidades que se centran en unos pocos [como los m¨¢s grandes y duros], condenando al resto al vertedero o la incineraci¨®n¡±.
Invertir en recuperaci¨®n
La recogida de envases es uno de los caballos de batalla del debate. Casi nadie es ajeno al hecho de que empresas como Ecoembes no son claras en sus procesos de gesti¨®n. Alberto Vizca¨ªno hace un repaso al asunto en su libro Contenedor Amarillo S.A. (Fuera de Ruta), quien propone ¡°mejorar la inversi¨®n para las envasadoras y distribuidoras de producto envasado, que mejorar¨ªan las cifras de recuperaci¨®n¡±. ¡°En Espa?a se recoge de forma selectiva el 15% de los residuos pl¨¢sticos procedentes de envases que se producen y se recicla el 11%¡±, apunta Jos¨¦ F. L¨®pez Aguilar, investigador en Elisava Research y fundador de Oiko Design Office. Pero tener mejores cifras, a?ade, ¡°no implica que se vaya a obtener mejor material reciclado para volver a utilizarlo¡±.
¡°Falta control por parte de las autoridades competentes: asumen el coste de la recogida y limpieza de los residuos en lugar de exigir el cumplimiento legal por parte de los responsables de la puesta en el mercado de los envases de usar y tirar que se convierten en residuos¡±, zanja el autor de Contenedor Amarillo S.A. El portavoz de Oiko Design Office pone el foco en el problema que existe con el film, con los pl¨¢sticos que recubren objetos y alimentos. ¡°El 48% no es reciclable; s¨ª lo es el que se usa de forma industrial, por ejemplo en pal¨¦s, ese se transforma en bolsas de la compra¡±.
Y argumenta que ¡°sin un dise?o que tenga en cuenta los ciclos de vida de un material y un producto es imposible hablar de reciclabilidad¡±. Adem¨¢s, el film es un material que se percibe como no reciclable, es decir, que es m¨¢s f¨¢cil que creamos que podemos tirar al contenedor amarillo un bote de detergente que el pl¨¢stico que recubre los filetes en una bandeja (por cierto, a¨²n las hay que est¨¢n hechas de poliestireno, prohibido en muchos pa¨ªses).
Transformaci¨®n sist¨¦mica
El ecodise?ador tampoco es partidario de eliminar el pl¨¢stico. ¡°Los materiales no son buenos o malos per se, depende de su aplicaci¨®n. ?Cu¨¢l es la alternativa, el cart¨®n, los biopl¨¢sticos procedentes de cultivos intensivos? Hay que dejar que la ciencia asuma su papel para que nutra de razones a la pol¨ªtica, porque, si no, las percepciones y esl¨®ganes r¨¢pidos toman el mando¡±, resume. Es optimista al defender que ¡°estamos en una etapa incipiente en la que se est¨¢n llevando a cabo muchos avances prometedores, cada d¨ªa hay una nueva marca que decide el desarrollo de un producto con pl¨¢stico reciclado¡±.
¡°Pero¡±, insiste, ¡°me preocupa que se tomen como acciones aisladas, no como transformaciones sist¨¦micas¡±. Esa transformaci¨®n del sistema pasa, irremediablemente, por repensar lo que pasa alrededor del contenedor amarillo. Vizca¨ªno es contundente cuando hace su radiograf¨ªa del sector. ¡°Hay muchos intereses monetarios alrededor del pl¨¢stico. El primero, el inter¨¦s de las empresas petroleras¡±.
Y, en el fondo de todo, ¡°el problema que tenemos es que hemos organizado un sistema econ¨®mico dependiente del pl¨¢stico que ha generado inercias dif¨ªciles de cambiar¡±, explica este especialista. ¡°Lo ideal ser¨ªa trabajar en las cadenas de valor de productos y materiales de modo que no se partiese de la premisa del uso del pl¨¢stico¡±, a?ade. El sector que m¨¢s retos tiene por delante es el alimentario, ¡°porque cada vez est¨¢n m¨¢s industrializados los procesos¡±. ¡°El modelo productivo se podr¨ªa organizar de un modo que priorizarse la proximidad; reducir¨ªa la dependencia de envases de usar y tirar¡±.
En este sentido, Vizca¨ªno alaba el esfuerzo de los comercios que dan alternativas al consumo, que ofrecen productos a granel o favorecen que se pueda comprar con recipientes reutilizables. Tambi¨¦n se?ala el buen funcionamiento de cooperativas de consumidores y productores, que se organizan para no tener que plastificar los productos, consumiendo los de temporada y de proximidad. ¡°La legislaci¨®n avanza t¨ªmidamente mientras hay muchas personas concienciadas¡±.
Carla Llamas Pe?a, periodista y fundadora de ¡®Viajar sin pl¨¢stico¡¯
Llamas responde desde Corea del Sur. Está recorriendo Asia con su pareja y su hija pequeña, de dos años. “Nosotros empezamos a vivir reduciendo drásticamente los residuos plásticos cuando empezamos a hacer un ejercicio de observación en casa y vimos cuánto podemos llegar a acumular”, explica esta comunicadora, también conocida como La Maleta de Carla (en sus perfiles sociales). Desde hace unos años, Llamas viaja y se dedica a la divulgación del turismo sostenible. “Cuando empezamos esta aventura no existían tantos estudios sobre la salud y los plásticos, nuestra motivación fue el impacto físico en el medio ambiente. Enterarme de que había una isla de plástico,viajar y ver la cantidad de plástico que hay en los sitios”, relata. “Como ya lo hacíamos en casa, intentamos trasladar esta coherencia a nuestros viajes. Llevando cubiertos reutilizables, bolsas de tela o alguna tartera. Botella de agua para rellenar, por supuesto”. En sus crónicas de viajes, esta periodista siempre indica dónde se pueden encontrar las fuentes, por ejemplo, y cuáles son las formas más sostenibles de moverse por el territorio, además de puntuar cómo es el país en función del reciclaje y la limpieza de playas y espacios. “Teniendo una niña te haces más flexible, porque la sostenibilidad es un camino que tienes que transitar con las herramientas que tienes en cada momento. No puedo aspirar a la perfección, hay cosas que se escapan a mi control, pero estoy en el camino desde hace años”.
Rosa Castizo, activista ambiental
Politóloga y socióloga, Castizo lleva décadas divulgando que el planeta está agotado. Coordinadora del Observatorio de La Rábida, esta andaluza es una de las personas más concienciadas con la vida consciente y regeneradora. “Hay dos tipos de plásticos con los que intento no convivir: los de un solo uso y aquellos con obsolescencia, que solo duran unos pocos años”. Su fórmula pasa por eliminar todo el plástico de un solo uso y legislar de forma más contundente contra la obsolescencia del material. “No se puede vivir sin plástico, está en mi bici, en este reloj que espero que me dure muchos años, en la furgoneta. Pero sí se puede legislar para que dure más”. Para ella, la información científica y rigurosa en el tema del plástico es clave. “Mucha gente cree que las bolsas de tela son mejores, pero para producirlas hace falta muchísima energía, agua… Necesitas usarla 7.000 veces para que sea más sostenible que una de plástico”. Y profundiza en el tema del textil. “La gente no es consciente de que bebemos plástico, porque la ropa lo lleva, y al lavarla con determinados productos, contaminamos el agua”. Para el consumo, la activista recomienda “localizar dónde podemos comprar productos de cercanía, y hacer compras más grandes e informadas un par de veces al mes”. Por último, Castizo hace un llamamiento a unir la salud planetaria con la personal. “Si es bueno para nosotros es bueno para el planeta, y al revés”.
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