La oposici¨®n de comunidades agroecol¨®gicas tumba la primera autopista de alta velocidad de Uruguay
El rechazo a los impactos socioambientales y econ¨®micos contribuy¨® a archivar el proyecto de la primera gran carretera de alta velocidad del pa¨ªs
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Para viajar entre la capital uruguaya, Montevideo, y la ciudad costera de Punta del Este, los conductores deben recorrer una carretera de 132 kil¨®metros, casi totalmente recta, durante unos 90 minutos. En hora pico, el trayecto puede durar m¨¢s de dos horas, lo que provoca largas colas en ambos sentidos de la Avenida General Liber Seregni o, como la llaman los uruguayos, la Interbalnearia.
Para descongestionar el tr¨¢fico, el Gobierno uruguayo ha impulsado desde hace un a?o un proyecto de autopista de alta velocidad. Se trata de la primera v¨ªa de este tipo en el pa¨ªs, con un trazado de hasta 30 kil¨®metros que conectar¨¢ la Interbalnearia y el tramo sur de la Ruta 8, que une la capital y su ¨¢rea metropolitana ¡ªdonde vive el 60% de la poblaci¨®n del pa¨ªs¡ª con las playas m¨¢s populares.
La iniciativa de construir una nueva autopista ha sido respaldada por un consorcio privado de empresas uruguayas que actualmente se encargan del mantenimiento de la Interbalnearia y que han propuesto invertir cerca de 80 millones de d¨®lares en el proyecto. Su principal argumento de venta es que reducir¨¢ en 15 minutos el trayecto entre Montevideo y el aeropuerto, situado al este del trazado propuesto.
Sin embargo, el trazado ha tenido un recorrido accidentado desde su propuesta, con una fuerte oposici¨®n por parte de las comunidades que podr¨ªan verse afectadas por su construcci¨®n, en particular los agricultores ecol¨®gicos que viven y trabajan cerca de la laguna Cisne, en el departamento de Canelones, por donde estaba previsto que pasara el trazado.
Tambi¨¦n se han planteado dudas sobre la viabilidad y el coste del proyecto, y la carretera se ha convertido en un tema pol¨ªtico pol¨¦mico a medida que Uruguay se acerca a las elecciones de 2024, junto con una oposici¨®n m¨¢s amplia en Canelones.
El Ministerio de Transportes y Obras P¨²blicas (MTOP) hab¨ªa empezado a evaluar rutas alternativas que no afectaran a las explotaciones familiares, pero con cada cambio forzoso que se a?ad¨ªa a la ruta, se pon¨ªa en juego la viabilidad del proyecto.
Tras muchas especulaciones y debates, el MTOP anunci¨® a mediados de abril que el proyecto se archivaba y que, tras las conversaciones con las comunidades, la soluci¨®n a la congesti¨®n se buscar¨ªa mediante mejoras en las carreteras existentes, as¨ª como la posible creaci¨®n de carriles r¨¢pidos.
Nunca confirmado, con amplia oposici¨®n
No se hab¨ªa fijado un trazado definitivo para el proyecto de autov¨ªa antes de su archivo. Carlos Gonz¨¢lez, asesor del Ministerio de Transportes y Obras P¨²blicas, declar¨® a Dialogue Earth que se hab¨ªan barajado ¡°una docena¡± de rutas alternativas, cada una con sus ventajas e inconvenientes, y que el objetivo era minimizar el impacto en las comunidades locales. Sin embargo, la opci¨®n principal, favorecida por su proximidad a las zonas m¨¢s pobladas del pa¨ªs, atravesar¨ªa o pasar¨ªa cerca de cientos de campos agr¨ªcolas y ganaderos, vi?edos y caballerizas. La construcci¨®n tambi¨¦n amenazar¨ªa los ecosistemas de dos cuencas hidrogr¨¢ficas cercanas que ya sufren problemas de contaminaci¨®n: el arroyo Pando y la laguna de Cisne.
El Cisne es la ¨²nica laguna natural del departamento de Canelones. Abastece de agua a los animales de pastoreo de los asentamientos rurales situados entre los distintos trazados propuestos para la autopista y a 150.000 familias de la llamada Costa de Oro. Durante la crisis del agua del a?o pasado, Montevideo lleg¨® a tomar agua de la laguna, que cuenta con una planta de extracci¨®n gestionada por la empresa p¨²blica OSE.
En 2014, las autoridades detectaron altos niveles de f¨®sforo en estas aguas, consecuencia del uso excesivo de agroqu¨ªmicos en las explotaciones de soja cercanas, que desde entonces han cesado su actividad en la zona. Se form¨® una comisi¨®n para resolver el problema y, desde 2016, una amplia zona m¨¢s all¨¢ de los l¨ªmites de la laguna se encuentra bajo protecci¨®n judicial; pr¨¢cticas como el uso de fertilizantes se controlan continuamente en la zona para garantizar que los niveles de f¨®sforo se mantienen dentro de los rangos aceptables.
Posteriormente, estas protecciones han empezado a obligar a la agricultura de la cuenca a pasar del monocultivo a m¨¦todos agroecol¨®gicos. Esto hizo que muchas explotaciones abandonaran la zona, dejando que las restantes, en su mayor¨ªa familiares, reconvirtieran sus campos. Ahora, para cualquier cambio que pretendan hacer en sus tierras -desde instalar un estanque hasta aplicar materiales distintos a los cultivos-, los habitantes deben pedir permiso a los tribunales.
Este hab¨ªa sido un punto clave de discordia sobre el proyecto de carretera para los miembros de la comunidad: calificaban de cruel iron¨ªa que las autoridades pretendieran construir una autopista en esta zona, en gran parte protegida, sin consultarles.
Gabriel de Souza es profesor de biolog¨ªa y vive en la zona con su familia desde hace casi una d¨¦cada. En declaraciones a Dialogue Earth en marzo, afirm¨® que el barrio se hab¨ªa adaptado a la reconversi¨®n ordenada: los residentes ¡°pusieron dinero, hicieron pozos, invernaderos, bebederos para los animales que no pod¨ªan beber agua de los arroyos [por estar contaminados]. Muchas cosas, mucho dinero, mucho tiempo y tambi¨¦n un cambio de mentalidad. Y ahora dicen: ¡®?Sabes qu¨¦? Est¨¢ muy bien lo que han hecho, pero les vamos a pasar una autopista por encima¡±.
De Souza compr¨® su finca en Sosa D¨ªaz, al norte de la laguna, con la intenci¨®n de construir un bosque sintr¨®fico, que imita los intrincados sistemas de un bosque natural para permitir una agricultura positiva para el medio ambiente. Como muchos hogares de la zona, la familia cre¨® un entorno autosuficiente. Empezaron por reciclar los envases de su casa y pasaron a la bioconstrucci¨®n y el tratamiento de sus propios residuos.
Hoy, la familia de Souza y el resto de la comunidad agroecol¨®gica de la cuenca subsisten con lo que cultivan. Est¨¢n demostrando que el cultivo ecol¨®gico y sostenible es posible en Uruguay, en contraste con las pr¨¢cticas agroindustriales que han contaminado las aguas en muchas otras partes del pa¨ªs.
Daniel Panario, profesor de Ciencias Ambientales de la Universidad de la Rep¨²blica en Montevideo, afirm¨® que la autopista propuesta habr¨ªa destruido el modo de vida de estos pueblos, que describi¨® como ¡°el ¨²nico experimento v¨¢lido que se ha llevado a cabo en Uruguay¡± dedicado a la producci¨®n comunitaria ¡°responsable¡± y ¡°org¨¢nica¡±.
Los expertos en medio ambiente tambi¨¦n hab¨ªan expresado su preocupaci¨®n por las posibles repercusiones del proyecto en la vida salvaje, fragmentando los h¨¢bitats y provocando contaminaci¨®n lum¨ªnica.
Panario dijo que ¡°una carretera es una barrera para todo... para el agua, para las personas y para la fauna¡±. Se?al¨® que nutrias, carpinchos, zorros y alg¨²n que otro guazubir¨¢, un tipo de ciervo, son algunas de las especies animales que pueden verse afectadas por la nueva carretera asfaltada. Pero es la fauna que no es tan visible para los humanos -especialmente anfibios, insectos y polinizadores- la que le preocupaba especialmente.
Esto se debe a que m¨¢s del 85% del departamento de Canelones, por donde estaba previsto que pasara la autopista, ya est¨¢ muy afectado por la contaminaci¨®n lum¨ªnica artificial nocturna (ALAN), generada en parte por las carreteras existentes, seg¨²n el ¨²ltimo informe medioambiental del departamento. Esta contaminaci¨®n lum¨ªnica hace que los insectos vuelen directamente hacia la luz, evitando las rutas establecidas de forma natural.
Pablo Bianchi es un vecino de toda la vida de la ciudad de Pando, en las afueras de Montevideo, que regenta un vi?edo y una bodega urbana por detr¨¢s de los que amenazaba con pasar la autopista. ¡°Se habla de ahorrar 15 minutos en el viaje a Punta del Este, pero tiene un coste medioambiental muy alto para el poco beneficio que generar¨ªa¡± dice.
Durante las etapas exploratorias del proyecto, se permiti¨® a los vecinos expresar sus inquietudes ante los concejales departamentales de Canelones en una reuni¨®n de apenas 15 minutos. Tambi¨¦n se abri¨® un canal en la intendencia de Canelones para que los concejales pudieran representar a los vecinos en un di¨¢logo con el Ministerio de Transporte y Obras P¨²blicas -al que los vecinos presentaron solicitudes de acceso a informes p¨²blicos sobre la zona, incluido el lugar donde se habr¨ªa construido la autopista.
Un grupo de vecinos de varios pueblos del este de Canalones, autodenominados Guardianes de las Cuencas, envi¨® a principios de a?o una carta al presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, sobre el proyecto de autopista. En ella, afirman que el proyecto ¡°destruir¨ªa la paz¡± de la zona y ¡°el fr¨¢gil equilibrio medioambiental de toda una regi¨®n¡±.
Tambi¨¦n llevaron a cabo campa?as de concienciaci¨®n y protestas en la carretera Interbalnearia existente, e hicieron llamamientos a la prensa para que diera relevancia a sus preocupaciones en torno a los impactos de las carreteras. Con estos esfuerzos, pretend¨ªan llamar la atenci¨®n de los veh¨ªculos que transitan por la zona en la que viven, que han luchado por preservar.
¡°Estamos muy contentos con las declaraciones del ministro [Jos¨¦ Luis] Falero [del MTOP] de que la construcci¨®n de la autopista no seguir¨ªa adelante, al menos no como estaba previsto, atravesando las cuencas del arroyo de Pando y las cuencas de la laguna de Cisne¡±, declar¨® De Souza a Dialogue Earth tras el archivo del proyecto.
Y a?adi¨®: ¡°Parece que nuestras reivindicaciones fueron escuchadas. Siempre tuvimos la convicci¨®n de que estas zonas no pod¨ªan seguir degrad¨¢ndose de esta manera, que est¨¢n protegidas y que, en definitiva, el ser humano no puede seguir degrad¨¢ndolas con este tipo de construcciones.¡±
Una decisi¨®n pol¨ªtica
Marcelo Metediera es el jefe interino del municipio de Canelones, mientras que su predecesor Yamand¨² Orsi se presenta como candidato de la coalici¨®n Frente Amplio a las elecciones presidenciales de este a?o, previstas para el 27 de octubre. Metediera fue tambi¨¦n director de Transportes de Canelones durante cuatro a?os, y afirm¨® que le resultaba dif¨ªcil separar sus ideas personales y profesionales sobre el proyecto.
Metediera reconoce que algunos tramos de la Interbalnearia se han urbanizado mucho, lo que ha obligado a instalar sem¨¢foros y cruces y a convertir la carretera en una arteria similar a una avenida urbana. Por otro lado, afirma que ¡°es necesario aumentar un poco m¨¢s la velocidad¡± en la Interbalnearia para tranquilizar a los conductores; mientras que los pa¨ªses vecinos han fijado sus l¨ªmites de velocidad en 130 km/h en algunos tramos, el m¨¢ximo en Uruguay suele ser de 90 km/h. Muy pocos tramos de carretera permiten el l¨ªmite m¨¢ximo nacional de 110 km/h.
En general, Metediera dijo a Dialogue Earth que estaba en contra del proyecto, citando su car¨¢cter contencioso dentro de la comunidad local, una situaci¨®n que caracteriz¨® como ¡°un l¨ªo¡±.
El problema de la congesti¨®n en Uruguay, sin embargo, no es uno que vaya a desaparecer: seg¨²n datos de 2022, el n¨²mero de veh¨ªculos en el pa¨ªs hab¨ªa crecido m¨¢s de un 60% en los 11 a?os anteriores; en ese a?o, hab¨ªa 2,84 millones de veh¨ªculos para 3,5 millones de uruguayos. La mejora de las carreteras, por su parte, no ha ido a la par de este aumento y se ha ce?ido a dos convenciones: mantener cada carretera en dos carriles y respetar los l¨ªmites de velocidad existentes.
La actitud hacia la limitaci¨®n de las carreteras a s¨®lo dos carriles parece estar cambiando a ra¨ªz de la propuesta de la autopista, dijo De Souza.
¡°Lo otro que parece que se tuvo en cuenta es nuestra propuesta de descongestionar el tr¨¢nsito a trav¨¦s de las v¨ªas que ya est¨¢n, como ensanchar la ruta 101 y conectarla con la ruta 8, eliminar las rotondas y hacer pasos a nivel, que tambi¨¦n fue algo que mencionamos en la carta enviada al ministro, al presidente y a las comisiones legislativas.¡±
Los Guardianes de la Cuenca, por su parte, dicen estar satisfechos con el resultado, pero a?aden que seguir¨¢n vigilantes contra cualquier proyecto futuro que pueda degradar el ecosistema que tanto les ha costado construir.
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