De las constelaciones oscuras a los observatorios solares: as¨ª contemplaban el cosmos en la Am¨¦rica prehisp¨¢nica
Por miles de a?os, diferentes grupos y civilizaciones precolombinas observaron el universo para comprender mejor el mundo
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¡°Los incas no solamente ve¨ªan el tipo de constelaciones que nosotros vemos, tambi¨¦n ve¨ªan constelaciones oscuras en las manchas negras de la V¨ªa L¨¢ctea,¡± dice el profesor Dr. Steven Gulberg, astr¨®nomo de la Universidad de Oklahoma, c¨¦lebre por sus estudios de las alineaciones astron¨®micas en diferentes sitios arqueol¨®gicos incas en los Andes.
Las constelaciones oscuras consisten en varias nubes gigantes de polvo interestelar y gas que bloquean la luz en el centro de la galaxia, las cuales solo se pueden ver en el hemisferio sur del planeta. Gulberg recuerda c¨®mo, en una de sus expediciones, su colega peruano Carlos Aranibar Huaman us¨® un l¨¢ser verde para se?alar cada constelaci¨®n, contando la historia de ¨¦stas.
¡°La procesi¨®n comienza con Mach¡¯acuay, la serpiente¡±, recuerda Gulberg. Le siguen Hanp¡¯atu, el sapo, y Yutu, la perdiz. La constelaci¨®n m¨¢s importante es Yacana, la cual consiste en dos llamas, una madre con su cr¨ªa. Al final de la procesi¨®n de estrellas est¨¢ Michiq, un pastor que protege a las dos llamas de Atoq, un zorro. El astr¨®nomo de Estados Unidos reconoce que, a pesar de haber completado un doctorado, nunca hab¨ªa o¨ªdo hablar de las constelaciones oscuras y que aprender su historia en los Andes fue una de las experiencias m¨¢s especiales de su vida.
Por miles de a?os, el estudio del cosmos ha sido parte integral de c¨®mo los humanos buscan comprender el orden de sus vidas y el mundo. En la Latinoam¨¦rica prehisp¨¢nica, las observaciones del universo permitieron a diferentes grupos predecir cambios clim¨¢ticos, desarrollar calendarios precisos y fueron fuente de inspiraci¨®n filos¨®fica, religiosa y mitol¨®gica.
Cerritos de Indios
Los incas no fueron los ¨²nicos en ver constelaciones oscuras en la V¨ªa L¨¢ctea. Algunos grupos ind¨ªgenas en Uruguay y el sur de Brasil vieron en estas manchas estelares a un ?and¨², el ave no voladora m¨¢s grande del continente. Hoy, en esta zona, se encuentran alrededor de 3.000 mont¨ªculos artificiales, conocidos como ¡®cerritos de indios¡¯.
Estos se encuentran en planicies en zonas h¨²medas en el sur del continente, las cuales se inundan f¨¢cilmente. Los cerritos de indios les permit¨ªan a sus constructores proteger sus viviendas, cultivos e incluso les ofrec¨ªan un lugar para enterrar a sus difuntos. En ellos, arque¨®logos han encontrado restos humanos y de animales dom¨¦sticos, los m¨¢s antiguos datan de hace cinco mil a?os. Estos mont¨ªculos son una de las primeras construcciones humanas dedicadas a la observaci¨®n astron¨®mica en el sur de Am¨¦rica.
¡°Lo que m¨¢s llama la atenci¨®n es que no aparecen dispersos por cualquier parte, sino que aparecen en grupos¡±, explica el profesor C¨¦sar Gonz¨¢lez-Garc¨ªa, astr¨®nomo del Instituto de Ciencias del Patrimonio en Espa?a, quien ha estudiado la relaci¨®n de los cerritos de indios en Sudam¨¦rica con el cosmos. Estos aparecen en grupos de 15 o 20 t¨²mulos, alineados, uno tras otro.
Gonz¨¢lez-Garc¨ªa explica que una de las cosas que le llam¨® la atenci¨®n a los investigadores es que, ¡°cuando te pon¨ªas encima de los t¨²mulos, siempre ve¨ªas alguno de ellos que recortaba en el horizonte¡±, lo cual los llev¨® a preguntarse si estos mont¨ªculos artificiales podr¨ªan tener ¡°algo que ver con el cielo¡±.
Para responder la pregunta, un grupo interdisciplinario visit¨® varios cerritos de indios en Uruguay, realiz¨® mediciones y encontr¨® que ¡°casi todos est¨¢n viendo en la misma orientaci¨®n¡±, dice Gonz¨¢lez-Garc¨ªa. Esto sugiere que su orientaci¨®n no es ¡°fortuita¡±, sino est¨¢ basada en patr¨®n sistem¨¢tico.
El equipo encontr¨® que los cerritos estaban alineados con la salida de la luna nueva, antes y despu¨¦s del solsticio de invierno, y con las constelaciones oscuras de la V¨ªa L¨¢ctea, donde se ve la figura del ?and¨². Investigaciones etnogr¨¢ficas con grupos ind¨ªgenas de la regi¨®n como los moqoit o los tob en Argentina, Brasil y Paraguay confirmaron la importancia cultural del ?and¨².
Seg¨²n Gonz¨¢lez-Garc¨ªa, los cerritos de indios ayudaban a observadores a determinar ¡°ciertos ciclos clim¨¢ticos y de movimiento de los animales¡±, lo cual le permit¨ªa a estos grupos un manejo del tiempo y espacio hace miles de a?os.
Observatorios Solares en Mesoam¨¦rica
¡°Pr¨¢cticamente en todos los pueblos mesoamericanos vamos a encontrar contadores de d¨ªas que ven a las estrellas y ven al sol¡±, dice el profesor Rub¨¦n Bernardo Morante L¨®pez, de la Universidad Veracruzana, quien lleva cuatro d¨¦cadas estudiando la astronom¨ªa prehisp¨¢nica en Centroam¨¦rica. Por ejemplo, los mayas usaban dos calendarios solares de 365 d¨ªas, e incluso pod¨ªan predecir eclipses cientos de a?os antes de que ocurrieran.
El antrop¨®logo mexicano explica que estos pueblos estudiaban los movimientos de los cuerpos celestes para poder predecir de forma precisa los mejores momentos para la siembra, las ¨¦pocas de lluvias y varios aspectos rituales.
Para desarrollar algunas de sus observaciones, varios grupos construyeron observatorios solares subterr¨¢neos. Morante ha estudiado m¨¢s de 20 observatorios por toda Mesoam¨¦rica, en importantes sitios arqueol¨®gicos como Chich¨¦n Itz¨¢, Monte Alb¨¢n, Teotihuacan y Taj¨ªn. Uno de los m¨¢s importantes se encuentra en Xochicalco, una ciudad maya construida alrededor del a?o 700. Este observatorio solar es similar al telescopio que us¨® Galileo Galilei en 1612 para ver las manchas de sol, pero en vez de usar lentes para magnificar la imagen del sol, usa un disco con cinco orificios y una chimenea para proyectarla en el suelo.
El observatorio proyectaba, cuando ten¨ªa el disco en la parte superior, la luz del sol en la b¨®veda durante 105 d¨ªas, desde el 29 de abril hasta el 13 de agosto. La luz pasaba por uno de los peque?os c¨ªrculos el primer d¨ªa y m¨¢s aparec¨ªan gradualmente. Solo dos d¨ªas del a?o, el 14 de mayo y el 29 de julio, aparec¨ªan los cinco c¨ªrculos reflejando la luz del sol. En el ¨²ltimo d¨ªa, solo se proyectaba el c¨ªrculo opuesto y, durante el resto del a?o, la caverna permanec¨ªa en oscuridad (asumiendo que el disco estuviera colocado en la parte superior). Cada cuatro a?os, el 29 de abril, no se proyectaba la luz solar en la b¨®veda, lo que significaba que el sistema autom¨¢ticamente a?ad¨ªa un d¨ªa al calendario en los a?os bisiestos.
Con la llegada de los conquistadores y la Inquisici¨®n espa?ola, muchos de estos conocimientos se perdieron. ¡°A los primeros que van a perseguir son a los l¨ªderes, los que est¨¢n difundiendo el culto de los antiguos dioses¡±, explica el antrop¨®logo mexicano. Seg¨²n ¨¦l, los espa?oles no ten¨ªan inter¨¦s o conocimiento para entender la agricultura ind¨ªgena, que se regulaba con los calendarios y observaciones astron¨®micas.
Sin embargo, estos conocimientos no desaparecieron. Varios cronistas buscaron documentar los saberes y creencias prehisp¨¢nicas. La evidencia de sus observaciones existe en sitios arqueol¨®gicos y en comunidades ind¨ªgenas a trav¨¦s de todo el continente. Las vidas de los diversos grupos ind¨ªgenas prehisp¨¢nicos se extend¨ªan al horizonte y al universo. Estudiar su forma de ver el cosmos, nos permite entender el pasado m¨¢s all¨¢ de las construcciones f¨ªsicas, las cr¨®nicas hist¨®ricas o los restos materiales.
Por ejemplo, en los Andes, el comienzo de la temporada de siembras en junio coincide con la aparici¨®n del c¨²mulo estelar de las Pl¨¦yades en el cielo. Seg¨²n La extirpaci¨®n de la idolatr¨ªa en el Per¨², escrita por el jesuita Jos¨¦ de Arriaga en 1621, cuando las siete hermanas aparecen n¨ªtidas y sin nubes en el sexto mes del a?o, los incas predec¨ªan que iba a ser un mal a?o para los cultivos en el imperio. Sin embargo, cuando Oncoy, el nombre que ellos dieron a esta constelaci¨®n, aparec¨ªa borrosa y con nubes alrededor, se interpretaba como un momento propicio para comenzar a cultivar. Investigaciones climatol¨®gicas y astron¨®micas han confirmado que existe relaci¨®n entre c¨®mo aparecen estas estrellas en el firmamento con el fen¨®meno de El Ni?o, que reduce las lluvias y aumenta las posibilidades de sequ¨ªas en los Andes.
Cientos de a?os antes, los incas hab¨ªan encontrado, a trav¨¦s de la observaci¨®n de las estrellas, una forma de predecir el cambio de temperaturas en el oc¨¦ano Pacifico y anticipar sus efectos en los Andes. Hoy en d¨ªa, comunidades rurales quechua y aymara siguen usando este m¨¦todo de observaci¨®n.
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