El argentino que pas¨® de talar ¨¢rboles a producir harina con sus frutos en El Impenetrable
Elpidio Palavecino y su familia usan chauchas de algarrobo blanco para conservar el bosque en una regi¨®n afectada por el avance del desmonte y la escasez de agua
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Elpidio Palavecino convida un mate con salvia en su casa en Paraje Nueva Poblaci¨®n, un caser¨ªo de la provincia de Chaco donde viven unas 300 personas. A sus espaldas, en el campo, hay algunos quebrachos en pie, algarrobos y muchos otros de los que s¨®lo queda el toc¨®n, troncos cortados a ras de suelo. Hasta hace un tiempo, el hombre que vive en la zona conocida como El Impenetrable se dedicaba al obraje. ¡°Fui uno que lo vend¨ª. Fui uno que lo volte¨®¡±, dice ¡°Elpi¡± -como lo conocen todos- sobre el trabajo que hac¨ªa con la motosierra. ?sta es una de las provincias m¨¢s pobres del pa¨ªs y ac¨¢ la econom¨ªa es de subsistencia: las familias tienen ganado y, cuando se puede, venden alg¨²n excedente para obtener ingresos. Durante mucho tiempo, el desmonte se present¨® como la ¨²nica alternativa econ¨®mica para tener una mejor calidad de vida.
El Impenetrable es la gran regi¨®n de bosque nativo de la Argentina, que ocupa m¨¢s de 40.000 kil¨®metros cuadrados en las provincias de Chaco, Formosa, Salta y Santiago del Estero. La p¨¦rdida de bosques, principalmente por el avance de la frontera agropecuaria para ganader¨ªa y soja, es brutal.
Mediante sobrevuelos y la comparaci¨®n de im¨¢genes satelitales, la organizaci¨®n Greenpeace inform¨® que entre enero y abril de este a?o se deforestaron 19.776 hect¨¢reas s¨®lo en la provincia de Chaco, una superficie equivalente a la ciudad de Buenos Aires, pese a los fallos que suspenden los desmontes y a una Ley de Bosques que no se hace cumplir o que aplica multas m¨ªnimas.
La familia de Elpidio es una de las que busca mantener al bosque en pie. A ra¨ªz del programa Emprendedores por Naturaleza de la Fundaci¨®n Rewilding Argentina, un grupo de 40 familias comenzaron a cosechar en 2020 las chauchas del algarrobo blanco para realizar un emprendimiento productivo de harina. Hicieron un convenio con un molino de la provincia de Salta y las certificaciones requeridas para venderla a nivel nacional. La chaucha contiene unas semillas, parecidas a una lenteja, que sirven como forraje y alimento.
¡°El algarrobo blanco es una especie emblem¨¢tica del Gran Chaco¡±, dice Guadalupe Molinaro, coordinadora local del proyecto de comunidades de Rewilding Argentina en el paraje Nueva Poblaci¨®n. ¡°Hist¨®ricamente, fue un recurso maderable muy explotado y devastado, que est¨¢ desapareciendo debido a la sobreexplotaci¨®n. Y se trata de un gran eslab¨®n dentro del ecosistema: le hace frente a las consecuencias del cambio clim¨¢tico, controla la temperatura y su chaucha es un alimento para la fauna nativa y el ser humano. Aprovechar su fruto es una oportunidad de ingreso econ¨®mico genuino, que se puede sostener en el tiempo. El ¨¢rbol da chauchas todo el a?o. Cuando lo cort¨¢s, pueden pasar m¨¢s de 50 a?os hasta que crezca nuevamente¡±.
Cada ¨¢rbol es capaz de dar entre 50 y 70 kilos de chauchas por a?o, que se cosechan de octubre a noviembre. Despu¨¦s de un proceso de secado, tostado suave y molienda, se obtiene la mitad de kilos de una harina arom¨¢tica y muy dulce, de sencilla asimilaci¨®n, que los pueblos originarios usaron hist¨®ricamente para su subsistencia.
¡°Ac¨¢ siempre cosechamos la chaucha, pero no le daba el valor que hoy s¨¦ que tiene. Cuando cortaba los ¨¢rboles, a veces pensaba: ¡®Un d¨ªa voy a perder la vida ac¨¢ y no voy a ganar nada¡¯. Si uno de esos palos te cae encima, no sal¨ªs vivo¡±, cuenta Elpidio, mientras recorre su campo. ¡°Era un trabajo muy pesado y nuestra ¨²nica alternativa. Pero ya no voy a aceptar que volteen m¨¢s ¨¢rboles. Yo aprend¨ª a tener un amor por la naturaleza, por todas las plantas que hay en el monte. Muchas dan frutos comestibles. Vi las l¨¢grimas de los ¨¢rboles cuando les sacamos la corteza¡±.
La producci¨®n de harina es s¨®lo una forma de darle valor al algarrobo blanco y, por consiguiente, al monte en pie. Hay otros emprendimientos de producci¨®n de alimentos en la zona. Alina Andrea Ruiz es cocinera y productora de harina de algarroba, adem¨¢s de mandioca y verduras de hoja. En su restaurante Anna, ubicado en el paraje Colonia El 44 cerca de la localidad de Juan Jos¨¦ Castelli, ofrece platos con sabores del monte chaque?o. Y dice que a¨²n se deben derribar algunos prejuicios sobre su consumo.
¡°El lugare?o todav¨ªa mantiene un prejuicio: piensa que la algarroba es algo que s¨®lo comen los animales. Y que la familias que la consumen son pobres y no tiene otras posibilidades. Queremos que la tomen como una alimentaci¨®n aut¨®ctona; algo que tienen al alcance de la mano y a costo cero. Me gustar¨ªa que sea aceptada y consumida para una calidad de vida mejor¡±, dice Ruiz.
Aunque la carta de su restaurante var¨ªa todas las semanas, siempre se encuentran delicias hechas a base harina de algarroba y otros productos locales. Hay helado de algarroba, brownie, trufas, copos dulces, pastas y panificados. ¡°Hacemos tambi¨¦n un macerado de algarroba, con la misma t¨¦cnica que se usa para elaborar whisky¡±, se entusiasma la chef, que destaca no s¨®lo la versatilidad del producto sino tambi¨¦n su caracter¨ªstica de superalimento libre de gluten, sin trigo avena cebada ni centeno.
¡°Al no tener az¨²car agregada, es buena para los ni?os. Hist¨®ricamente, las madres usaron la molienda cruda con leche. Incluso por el aroma puede confundirse con el cacao. Al no tener gluten como el trigo, se trabaja de otra forma en el horno. Necesit¨¢s tener buen ¡®timing¡¯ para su cocci¨®n. Es una harina muy nutritiva. Para m¨ª, la ecuaci¨®n resulta sencilla: si tenemos ¨¢rboles en pie, tendremos chauchas. Si hay chauchas, existe una chance de alimentaci¨®n sana¡±, dice la chef, que se alarma por el ¡°grave desmonte¡± en su zona.
Cuando cae la tarde, Elpi invita a recorrer su campo. Nos acompa?a su madre, quien es testigo vivo del desmonte en la zona. ¡°Cuando yo era muy peque?a, ya cortaban ac¨¢¡±, recuerda la mujer. ?l le da palmadas a un algarrobo y calcula: ¡°Debe tener unos 200 a?os¡±. En algunas ocasiones, tal¨® un algarrobo a cambio de tan solo un poco de mercader¨ªa.
En estos meses, el ¨¢rbol comienza a florecer, a brotar, a reverdecer, a darlo todo. Elpi se despide dando sus razones para mantenerlo en pie. ¡°Cuando pienso en el algarrobo, se me vienen a la cabeza la sombra y la frescura que se siente al estar bajo sus ramas. Ac¨¢ el calor es muy fuerte en verano. La algarroba me sirve para alimentar a los animales porque la alfalfa est¨¢ muy cara. Ahora hacemos harina. Es mejor para mi futuro y mi trabajo. Ojal¨¢ podamos cuidar el bosque entre todos¡±.
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