Presidente Biden, no pierdas tu ¨²ltima oportunidad en Venezuela
Es imperativo que la Administraci¨®n de Estados Unidos mire m¨¢s all¨¢ de las sanciones y enfoque sus esfuerzos en catalizar el renacimiento de la democracia en Venezuela
Joe Biden lleg¨® hace tres a?os al poder en Estados Unidos con una misi¨®n compleja pero muy clara: sacar a su pa¨ªs de la pandemia del Coronavirus, recuperar una econom¨ªa golpeada por una crisis global y proteger el sistema democr¨¢tico del ataque de sus enemigos internos y externos. Su Gobierno ha tenido ¨¦xitos incontrovertibles en los dos primeros puntos. La pandemia ha quedado atr¨¢s y el coronavirus es hoy tratado como una gripe severa para la que hay medicamentos. La inflaci¨®n ha sido dominada. Despu¨¦s de un pico de 9% en 2022, los ¨²ltimos reportes la ubican en un moderado 3.4%. En el tercer punto, sin embargo, su ¨¦xito no est¨¢ claro y pende de un hilo. La democracia se encuentra amenazada como nunca antes.
Aunque Biden derrot¨® a Trump de manera contundente en 2020, el l¨ªder nacional populista es el casi seguro candidato republicano para un rematch el 5 de noviembre. Tras las primarias de Iowa y New Hampshire, Trump se ha movido (r¨¢pido y furioso) para despachar a Nikki Haley, su ¨²nica rival en pie, y asegurar su candidatura. Si Trump ganara la presidencia ¨Cy hoy tiene buenas probabilidades¨C, sabemos lo que viene: un ataque sin precedentes a la democracia estadounidense desde adentro, empezando con cambios en la Constituci¨®n, continuando con la purga del Gobierno (apodado por los trumpistas como el ¡°deep state¡±) y terminando con el cierre de la frontera Sur para contener la inmigraci¨®n.
Dentro y fuera de Estados Unidos, la democracia se encuentra en el punto m¨¢s bajo de las ¨²ltimas tres d¨¦cadas, tras la gran oleada democr¨¢tica producto de la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn. Desde Ucrania a Taiw¨¢n, muchas democracias se encuentran en jaque por poderes expansionistas. Otras, como en El Salvador, han comenzado a ser desmanteladas con la vieja ¡°t¨¢ctica del salami¡±, esto es, una rebanada por vez. Pero es Am¨¦rica Latina donde presenta el mayor retroceso democr¨¢tico, como recuerdan Jorge Sahd K., Daniel Zovatto y Diego Rojas, del Centro de Estudios Internacionales (CEIUC), en Riesgo Pol¨ªtico Am¨¦rica Latina 2024.
Biden tiene conciencia de que el indetenible flujo migratorio es uno de los puntos m¨¢s vulnerables de su Gobierno. Se estima que solo en diciembre de 2023, 300.000 migrantes trataron de entrar desde M¨¦xico a Estados Unidos. Algunas encuestas ya lo muestran como una de las principales preocupaciones de los electores a la par de la situaci¨®n econ¨®mica y se ha convertido en el tema caliente de la pelea a muerte que ya libra con Trump. Es por eso que la recuperaci¨®n y fortalecimiento de la democracia como mecanismo para empezar a frenar la migraci¨®n deber¨ªa ser la prioridad n¨²mero uno de su agenda para Am¨¦rica Latina en lo que queda de su mandato.
Venezuela, el mayor productor de migrantes del hemisferio, pone a prueba este objetivo como ning¨²n otro pa¨ªs de las Am¨¦ricas, porque en esa naci¨®n suramericana se materializa una encrucijada donde la pol¨ªtica interna de Estados Unidos se entrelaza con la crisis migratoria.
La reciente inhabilitaci¨®n de Mar¨ªa Corina Machado amenaza la esperanza de elecciones libres y justas, pactada en los Acuerdos de Barbados entre la Plataforma Democr¨¢tica de la oposici¨®n venezolana y la dictadura chavista. Mientras, el Gobierno de Estados Unidos levant¨® las sanciones petroleras impuestas por Trump, a cambio de restablecer el suministro de crudo venezolano a Estados Unidos, la liberaci¨®n de presos pol¨ªticos ¡ªentre ellos una decena de presos estadounidenses¡ª, y la vaga promesa de un cambio democr¨¢tico, su apuesta de fondo radica en la resoluci¨®n del problema migratorio.
Aunque Biden cumpli¨® con lo pactado, la respuesta de Maduro ha sido una pu?alada. Pocos se han sorprendido despu¨¦s de muchas negociaciones violadas por el chavismo. Pero la r¨¦plica del Departamento de Estado es neta: ¡°Estados Unidos est¨¢ revisando actualmente su pol¨ªtica de sanciones contra Venezuela, bas¨¢ndose en estos hechos y en la reciente persecuci¨®n pol¨ªtica de candidatos de la oposici¨®n democr¨¢tica y de la sociedad civil¡±. Desde la Casa Blanca remataron: ¡°Hemos dejado claro que todos los que quieran presentarse a las elecciones presidenciales deben tener la oportunidad de hacerlo, y tienen derecho a la igualdad de condiciones electorales, a la libertad de movimiento y a garant¨ªas para su seguridad f¨ªsica¡±.
Horas antes de anunciarse la medida contra Machado, un pol¨ªtico de la oposici¨®n venezolana, cercano a las negociaciones y desenga?os previos a Barbados, me dijo: ¡°Maduro ya obtuvo buena parte de lo que quer¨ªa, como lo muestra el regreso de las petroleras, la entrega de Alex Saab ¡ªsupuesto testaferro de Maduro¡ª y anteriormente de los narcosobrinos. A cambio ha dado muy poco. Solo le falta obtener la legitimidad internacional y para ello se mantendr¨¢ jugando con las elecciones. No va a negociar porque no hay una amenaza cre¨ªble por parte de Estados Unidos y porque est¨¢ convencido que no le van a quitar lo que ya le han dado. Pero como a ambos les interesa que se mantengan los acuerdos, con o sin Mar¨ªa Corina Machado como candidata, el Gobierno de Biden seguir¨¢ alimentando la percepci¨®n de que est¨¢ haciendo cosas importantes en Venezuela, aunque sepa que no puede resolver la situaci¨®n¡±.
Como escribi¨® Cior¨¢n, ¡°toda lucidez es consecuencia de una p¨¦rdida¡±. Ser¨ªa tonto negarse a ver el hecho objetivo: las posibilidades de la democracia en Venezuela acaban de recibir una nueva derrota. Pero, en este caso, Biden debe decir basta y demostrar que no se dejar¨¢ tomar el pelo por Maduro. Para ello, es imperativo que su Administraci¨®n mire m¨¢s all¨¢ de las sanciones y enfoque sus esfuerzos en catalizar el renacimiento de la democracia en Venezuela. La inhabilitaci¨®n de Machado solo demuestra que no basta con liberar a la dictadura de sus grilletes econ¨®micos para frenar la di¨¢spora venezolana.
Los ocho millones de venezolanos que han huido de Maduro son un factor significativo en la inestabilidad de muchos de los pa¨ªses de tr¨¢nsito y acogida, incluyendo Estados Unidos. Sin mencionar su nacionalidad, Trump los ha convertido en carne de ca?¨®n de su discurso xen¨®fobo: son los que llegan a robar, matar y envenenar la sangre blanca. De modo que promover la causa democr¨¢tica venezolana ser¨ªa un paso decisivo para ayudar a aliviar la presi¨®n migratoria y le restar¨ªa fuerza a los ataques de Trump en la campa?a presidencial. Devolver a Venezuela al camino democr¨¢tico tendr¨ªa adem¨¢s un efecto tect¨®nico en la regi¨®n y enviar¨ªa ondas de cambio y esperanza a Cuba y Nicaragua, cuyas sociedades viven aplastadas bajo el autoritarismo. Si lograra la transici¨®n democr¨¢tica en Venezuela, Biden podr¨ªa recibir un bono de popularidad entre los votantes latinos, muchos de los cuales le han perdido afecto.
Diplomacia es la palabra clave para todo esto. No es un secreto que la estrategia empleada por Washington con Maduro ha sido la del palo y la zanahoria. En este caso, ambas son la misma cosa: sanciones. Pero el levantamiento de sanciones y el intercambio de prisioneros que le sigui¨®, han sido sobre todo regalos para Maduro. Y no hay tiempo para seguir dej¨¢ndose marear con promesas vagas del chavismo.
Una pauta de acci¨®n est¨¢ en Guatemala. Como apunt¨® Ben Gedan, director del Programa Latinoamericano del Wilson Center, en un reciente art¨ªculo en Project Syndicate, para disuadir al pacto de corruptos de ese pa¨ªs de abandonar su intento de impedir a Ar¨¦valo tomar la presidencia el 15 de enero, el Gobierno de Biden orquest¨® una estrategia de dos niveles. En el primero, impuso sanciones y retir¨® las visas para viajar a Estados Unidos de 300 legisladores y oligarcas afectos al Gobierno de Alejandro Giammattei. Un segundo nivel consisti¨® de un claro espaldarazo a Ar¨¦valo ¡ªquien visit¨® la Casa Blanca¡ª acompa?ado de firmes pronunciamientos de los voceros de la diplomacia americana, con el Subsecretario de Estado para Am¨¦rica Latina, Brian Nichols, a la cabeza.
Para lidiar con Maduro hay que ir m¨¢s lejos. Primero, Biden debe apoyar a la opositora Mar¨ªa Corina Machado de manera p¨²blica, inequ¨ªvoca y contundente. Segundo, tiene que sumar a los l¨ªderes democr¨¢ticos latinoamericanos, empezando por Ar¨¦valo y Boric terminando con Lula y Petro, a una campa?a por elecciones justas en Venezuela. A cambio de esto, deber¨¢ ofrecer una zanahoria. ?Qu¨¦ tal acordar la salida del pa¨ªs de Maduro, la nomenklatura del r¨¦gimen y sus familiares, como se hab¨ªa discutido en negociaciones anteriores?
Es un punto controversial, cuando millones de venezolanos sue?an con el d¨ªa en que llegue la justicia. Es una opci¨®n dura, terrible, repugnante y hasta obscena. Pero es tambi¨¦n la posibilidad m¨¢s realista para desalojar a la autocracia. De lo contrario, Biden perder¨¢ su mejor oportunidad de apuntalar la democracia en Latinoam¨¦rica y los venezolanos seguir¨¢n huyendo del horror interminable de la pesadilla chavista.
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