El ¡®caso Gamboa¡¯, un triple asesinato que cuestiona la t¨ªpica versi¨®n oficial sobre la violencia policial en Brasil
Tres polic¨ªas militares de Salvador de Bah¨ªa est¨¢n procesados por matar a sangre fr¨ªa a tres j¨®venes, ¡®plantar¡¯ armas y alterar la escena del crimen durante el Carnaval de 2022
La fiesta del martes de Carnaval de 2022 acab¨® con tres vecinos muertos de madrugada por disparos de la polic¨ªa en un barrio pesquero y pobre de Salvador de Bah¨ªa que, con sus casitas de colores, es una de las estampas m¨¢s fotografiadas de la ciudad. La primera versi¨®n policial sigui¨® el patr¨®n t¨ªpico de la guerra contra las drogas: tras una llamada an¨®nima alertando sobre hombres armados, los agentes entran en el barrio de Gamboa, los criminales oponen resistencia, los reciben a tiros y, en el enfrentamiento, tres j¨®venes mueren tiroteados. Dos a?os despu¨¦s, tres polic¨ªas militares est¨¢n procesados por homicidio cualificado de los tres vecinos y por fraude procesal.
El de Gamboa es un caso emblem¨¢tico de la violencia policial en Brasil porque la Fiscal¨ªa sostiene que los agentes actuaron como tantas veces denuncian las familias de las v¨ªctimas: los mataron a sangre fr¨ªa, les plantaron armas, manipularon la escena del crimen y amenazaron a los testigos.
Aquella noche a Silvana dos Santos, de 43 a?os, le arrebataron a uno de sus ocho hijos. ¡°Se los llevaron a una casa abandonada. Fui hasta all¨ª y me present¨¦ como la madre de uno de ellos, no dije de cu¨¢l. Mi hijo estaba todav¨ªa vivo. Lo s¨¦ porque lo o¨ª. [Los polic¨ªas] me apuntaron con un arma en la cabeza. Grit¨¦ mucho pero me fui. Los ejecutaron. Si hubiera insistido, quiz¨¢ yo ser¨ªa otra v¨ªctima y no estar¨ªa aqu¨ª contando la historia¡±, relata entre sollozos.
El radical giro del caso, conocido como la matanza de Gamboa, es muy poco habitual en Brasil, un pa¨ªs donde en 2022 m¨¢s de 6.400 personas ¡ªsospechosos o transe¨²ntes¡ª murieron en operaciones policiales, seg¨²n los ¨²ltimos datos del F¨®rum Brasileiro de Seguran?a P¨²blica. Eso significa que el 13% de las muertes violentas son obra de uniformados.
Bah¨ªa, cuya capital es Salvador, tom¨® hace unos meses el relevo de R¨ªo de Janeiro como el Estado donde la polic¨ªa es m¨¢s letal; los agentes son responsables de una de cada cuatro muertes violentas en esa regi¨®n. En todo Brasil, las v¨ªctimas son casi siempre hombres j¨®venes negros. Los pocos casos de violencia policial que llegan a juicio se alargan durante a?os y suelen sufrir m¨²ltiples vaivenes para acabar en la absoluci¨®n de los polic¨ªas o penas leves. Precisamente hace unos d¨ªas, la Corte Interamericana de Derechos Humanos conden¨® a Brasil por la operaci¨®n Castelinho, en 2002, en la que la polic¨ªa mat¨® a 12 supuestos miembros del Primer Comando de la Capital (PCC) que iban en un autob¨²s en S?o Paulo. Dispararon m¨¢s de 700 balas. Con los a?os, el PCC se ha convertido en el grupo criminal m¨¢s poderoso de Brasil. EE UU acaba de sancionar a uno de sus blanqueadores de dinero.
De vuelta a Salvador de Bah¨ªa y a aquella noche de carnaval, el barrio de Gamboa se moviliz¨® inmediatamente despu¨¦s de la mortal incursi¨®n policial. Cuando ya hab¨ªa amanecido, cortaron una gran avenida adyacente. Interrumpido el tr¨¢fico, la protesta fue noticia. Mientras el jefe de la Polic¨ªa Militar difund¨ªa la versi¨®n oficial en una entrevista televisiva, un grupo de mujeres de Gamboa cortaba el paso a los coches y proclamaba que la polic¨ªa entr¨® disparando a diestro y siniestro. Reclamaban paz y justicia.
Entre ellas, la mencionada se?ora Dos Santos, la madre de Alexandre Santos dos Reis, de 20 a?os. Mujer valiente, cuestion¨® entre l¨¢grimas la versi¨®n policial mientras sujetaba fuerte el micr¨®fono ante la c¨¢mara. Alexandre era uno de sus hijos medianos. ¡°Maravilloso, me respetaba, me trataba como a una madre, me ayudaba¡±, cuenta. Ya aquel d¨ªa apel¨® en televisi¨®n a la justicia divina. ¡°Conf¨ªo m¨¢s en mi dios, que es justo y fiel, que en la justicia de los hombres¡±, afirma. ¡°Las otras madres tienen miedo, yo no. Si me callo, el pr¨®ximo puede ser otro de mis hijos varones o mis nietos¡±. Reclama justicia y una reparaci¨®n: por ejemplo, un empleo.
Los polic¨ªas segaron las vidas de su hijo Alexandre, de Cleverson Guimar?es Cruz, de 22 a?os, y de un menor, Patrick Sousa Sapucaia, de 16.
Detalla el pliego de acusaci¨®n de la Fiscal¨ªa, publicado por Ponte Jornalismo, que aquel 1 de marzo de 2022 los tres vecinos est¨¢n de fiesta en Gamboa cuando la polic¨ªa abre fuego. Dos son alcanzados por disparos y, junto al tercero, llevados por los agentes a una casa abandonada. Las pruebas periciales muestran disparos de subametralladora en el pecho de los tres. Despu¨¦s, los uniformados limpian la sangre (y de paso destruyen pruebas) ¡°usando una escoba y un balde de agua¡± confiscados a alg¨²n vecino con el fin de ¡°eximirse de responsabilidad en el proceso penal¡±. En un movimiento tambi¨¦n habitual, ¡°fingiendo que estaban con vida, [los polic¨ªas] los llevaron al hospital¡±, en donde al ingresar certificaron las muertes. El escrito a?ade que plantan una pistola y un revolver a las v¨ªctimas para sostener la tesis del enfrentamiento y ¡°acogerse a la excluyente de ilicitud de la leg¨ªtima defensa¡±. Las armas colocadas estaban oxidadas e inservibles y las pruebas indicaron que ninguna de las v¨ªctimas ten¨ªa restos de p¨®lvora en las manos.
El abogado Wagner Moreira, de 38 a?os, coordinador de Ideas Assesoria Popular, una organizaci¨®n de la sociedad civil, se incorpor¨® al caso para ayudar a los vecinos de Gamboa a difundir la contranarrativa frente a la versi¨®n oficial, defender sus derechos y presionar a las autoridades competentes. Durante el primer a?o, no hubo ni un avance, pero s¨ª alguna visita intimidatoria a la barriada por parte de los polic¨ªas implicados.
Moreira destaca, en una entrevista, el coraje de las familias y los vecinos. Con ese apoyo, ¨¦l y su equipo lograron que los fiscales especializados en seguridad p¨²blica (agrupados en el Geosp) se fijaran en el caso Gamboa y lo investigaran a fondo. Realizaron pericias t¨¦cnicas y una reconstrucci¨®n. Una comisi¨®n de asuntos internos de la Polic¨ªa Militar ¡°lleg¨® a la conclusi¨®n de que hab¨ªa fuertes indicios de ejecuci¨®n y de que les plantaron las armas¡±, recuerda el coordinador de Ideas. A?ade que, sin embargo, otra comisi¨®n del mismo cuerpo policial concluy¨® que ¡°no hubo delito ni irregularidades¡± por parte de los agentes. Prevaleci¨® la tesis que desde el principio defendieron las familias.
Por eso, tres polic¨ªas militares se sentar¨¢n en el banquillo por el asesinato del tr¨ªo de vecinos. Adem¨¢s, los agentes, junto a un cuarto polic¨ªa que conduc¨ªa la patrulla, ser¨¢n juzgados ante un tribunal militar por manipular la escena del caso. La primera audiencia, prevista para el mi¨¦rcoles de esta semana, ha sido aplazada a mayo, seg¨²n la se?ora Dos Santos.
Recalca la Fiscal¨ªa que el triple crimen fue consecuencia del escaso valor que se da a las vidas de los j¨®venes negros de favelas y barriadas. ¡°Fue cometido por un motivo vil, debido a que la polic¨ªa supuso que todas las v¨ªctimas eran delincuentes y que pod¨ªan reaccionar a la ofensiva para matarlos dada la devaluaci¨®n de sus vidas, incluso sin que hubiera ninguna reacci¨®n armada ni resistencia¡±.
Reflejo de que la letalidad policial no entiende de colores pol¨ªticos, R¨ªo de Janeiro, que ten¨ªa el r¨¦cord de violencia policial, lleva a?os con gobiernos aliados al ultraderechista Jair Bolsonaro. En Bah¨ªa, en cambio, gobierna desde hace 16 a?os el Partido de los Trabajadores de Luiz In¨¢cio Lula da Silva. Sostiene Moreira, de Ideas Assesoria Popular, que ¡°la premisa de la izquierda de que, reduciendo la pobreza y con una mejor distribuci¨®n de la renta, la violencia disminuir¨ªa se ha demostrado fallida¡±. Critica ¡°el negacionismo ante los datos¡± de las autoridades estatales y que no apuesten por una pol¨ªtica alternativa de seguridad p¨²blica.
A?ade que sentar a los polic¨ªas en el banquillo ¡°es una victoria de una primera batalla, pero nada asegura que sean responsabilizados¡±. Recuerda otro caso emblem¨¢tico de Salvador de Bah¨ªa, la matanza de Cabula, con 12 asesinados, cuyo proceso judicial se ha reactivado tras nueve a?os, una absoluci¨®n sumaria y la anulaci¨®n de un juicio. Critica el letrado y activista que la Polic¨ªa Militar de Bah¨ªa invierta un dineral en reconocimiento facial ¡ªla medida estrella de seguridad p¨²blica en el reciente Carnaval¡ª, pero no en c¨¢maras en los uniformes, m¨¢s baratas y que han demostrado su eficacia en otros rincones de Brasil.
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