60 horas semanales, sueldo bajo y desprotecci¨®n laboral: radiograf¨ªa del repartidor por apps en Uruguay
Dos investigaciones de universidades uruguayas detallan la precariedad que predomina en el sector y cuestionan la supuesta autonom¨ªa de los trabajadores de plataformas digitales
¡°?Quieres manejar tu propio tiempo y obtener ganancias?¡±. ¡°Con¨¦ctate cuando t¨² quieras¡±. ¡°La ciudad es tuya¡±. ¡°?Genera experiencias incre¨ªbles!¡±. Propuestas de este tipo desplegadas en las plataformas digitales de reparto llamaron la atenci¨®n de Juan (nombre ficticio) cuando lleg¨® a Uruguay desde Venezuela en 2019. No le dio muchas vueltas. A poco de haberse instalado en el pa¨ªs sudamericano pidi¨® un pr¨¦stamo, se compr¨® una moto y se lanz¨® a vivir la prometedora experiencia de ser su propio jefe y manejar su tiempo seg¨²n le conviniera. ¡°Soy un empresario, pero un empresario fantasma¡±, le dice a EL PAIS cuatro a?os y muchos kil¨®metros despu¨¦s, recorridos para multinacionales del sector como Rappi, Glovo o PedidosYa.
En los comienzos, cuando la pandemia se antojaba eterna, este repartidor de 40 a?os lleg¨® a trabajar un promedio de 80 horas semanales, como muchos de sus pares ¡®riders¡¯ venezolanos, cubanos o dominicanos. ¡°Pero no hay cuerpo que aguante¡±, explica Juan, que prefiere no figurar con su verdadero nombre. Actualmente reparte comida y otros productos durante 60 horas semanales, de lunes a domingo, sin d¨ªa de descanso. Y de ese ritmo no puede bajarse, asegura, para poder asumir los gastos familiares y los costos derivados del mantenimiento del veh¨ªculo, el consumo de gasolina, el plan telef¨®nico, as¨ª como de la empresa unipersonal que PedidosYa le exige tener abierta para facturar.
Ser repartidor, sostiene Juan, tiene su lado positivo. ¡°Est¨¢s al aire libre y no hay un jefe directo¡±, se?ala. Sin embargo, matiza aquello de ser jefe de s¨ª mismo. ¡°Soy un empresario fantasma¡±, dice en tono jocoso, que desaparece cuando habla de las condiciones laborales puestas unilateralmente por la multinacional. Las explica con dos ejemplos concretos: el precio por viaje lo establece la empresa y la libertad de elegir los horarios es relativa, porque PedidosYa clasifica a los repartidores en un ranking del 1 al 5. De la posici¨®n que ocupe, detalla Juan, depender¨¢n su capacidad de elecci¨®n de turnos y, por ende, sus ingresos. ¡°?Si soy una empresa, tu prestador de servicios, por qu¨¦ no tengo una voz para negociar?¡±, pregunta.
En Uruguay, poco y nada se sab¨ªa de los trabajadores que como este venezolano forman parte del paisaje urbano, sobre todo desde la pandemia de covid-19. El Sindicato ?nico de Repartidores estima que en el pa¨ªs hay unos 5.000 ¡®deliverys¡¯ por aplicaciones en el pa¨ªs, pero todav¨ªa no existe ning¨²n relevamiento formal. ?En qu¨¦ condiciones se encuentran? ?Su trabajo es aut¨®nomo o subordinado? ?Qu¨¦ hay de las empresas? ¡°Este proceso se ha dado de forma muy acelerada y ha habido muy poco control por parte del Estado¡±, dice a EL PAIS Nicol¨¢s Marrero, soci¨®logo e investigador de la Universidad de la Rep¨²blica, coordinador del libro Emprendedores Ya. Capitalismo de plataformas en Uruguay, que intenta responder las preguntas planteadas.
Esta investigaci¨®n, la primera en el pa¨ªs sobre este sector, revela que casi el 90% de los repartidores est¨¢ conformado por varones y que el 60% proviene del extranjero, sobre todo de Cuba, Venezuela y Rep¨²blica Dominicana. En promedio trabajan 58 horas semanales, aunque un 46% reparte comida y otros productos durante m¨¢s de 60 horas semanales (el m¨¢ximo permitido por ley son 44), seg¨²n detalla este estudio que empez¨® en plena pandemia y deriv¨® en un libro que recoge encuestas, entrevistas y an¨¢lisis. ¡°Las empresas sostienen que se trata de un trabajo extra o de pocas horas¡±, dice el texto presentado d¨ªas atr¨¢s, ¡°sin embargo, la evidencia indica que el trabajo de reparto es una fuente de ingresos principal¡±.
Sin contacto humano
Ese es el caso de Juan, que echa en falta poder negociar con un intermediario humano de la empresa los aspectos sustanciales de su tarea. ¡°Todo lo que pasa est¨¢ en la aplicaci¨®n. Nadie me llama, nadie me pregunta, nadie nada¡±, remarca. La aplicaci¨®n digital, sus algoritmos y respuestas autom¨¢ticas, rigen su trabajo: Por ese medio recibe ¨®rdenes, es vigilado y tambi¨¦n sancionado. ¡°Si pincho una rueda o me accidento, la aplicaci¨®n me da una pausa¡±, ejemplifica, ¡°pero eso puede tener consecuencias¡±. La m¨¢s com¨²n es que el algoritmo lo baje de categor¨ªa, asegura, por lo que tendr¨¢ menos chances de elegir turnos. Es decir, tendr¨¢ menos horas de reparto y sus ingresos bajar¨¢n. ¡°Esto se traduce en un estr¨¦s que en alg¨²n momento puede explotar¡±, a?ade.
Sobre estas pr¨¢cticas laborales mediadas por la tecnolog¨ªa trata tambi¨¦n otro informe de la Universidad Cat¨®lica del Uruguay, como parte del proyecto Fairwork, de la Universidad de Oxford. El estudio presentado a finales de febrero eval¨²a el comportamiento de las plataformas digitales presentes en el pa¨ªs, a partir de cinco principios: pago, condiciones de trabajo, contratos, gesti¨®n y representaci¨®n justas. De acuerdo con ese an¨¢lisis, llevado a cabo en 2023, la empresa de reparto SoyDelivery cumple con 7 de los 10 puntos evaluados; Rappi y Cabify con 1 de 10, mientras que Uber y PedidosYa no cumplen con ninguno. (A ra¨ªz de estas investigaciones, este diario intent¨® contactar con representantes de PedidosYa, la principal del sector, pero no tuvo respuesta).
El informe de la Universidad Cat¨®lica indica que los trabajadores de estas empresas se enfrentan a bajas remuneraciones teniendo en cuenta el costo de vida en Montevideo, donde reside la mayor¨ªa. Nuestro interlocutor venezolano, que trabaja para PedidosYa, es el t¨ªpico caso promedio recogido en este estudio: Tras descontar los gastos vinculados a la empresa unipersonal, el mantenimiento del veh¨ªculo, la gasolina y el celular, percibe alrededor de 30.000 pesos uruguayos al mes (785 d¨®lares), por 60 horas semanales de reparto. En el estudio se se?ala que el alquiler de una vivienda en Montevideo, por ejemplo, ronda los 19.000 pesos (casi 500 d¨®lares).
¡°El asunto central es que el trabajo del repartidor tiene que estar encuadrado en la legislaci¨®n protectora del trabajo que las empresas han evadido¡±, dice el soci¨®logo Marrero. Asimismo, subraya que detr¨¢s de la aparente ¡°neutralidad¡± de la gesti¨®n algor¨ªtmica, que controla, sanciona o despide, ¡°hay decisiones humanas y una pol¨ªtica laboral¡±. En ese sentido, hace hincapi¨¦ en que las plataformas fomentan la competencia entre los trabajadores por horas alcanzadas, porque el modelo empresarial requiere que est¨¦n atomizados. ¡°Un trabajador individualizado, no sindicalizado, forma parte de este modelo de negocio¡±, afirma.
Seg¨²n Marrero, el ejemplo m¨¢s reciente de esto fue el despido de 250 trabajadores del centro de atenci¨®n de PedidosYa, ocurrido en Montevideo en enero pasado, entre los que se encontraban todos los integrantes del sindicato de la empresa. Desde la compa?¨ªa aseguraron que se trat¨® de una ¡°decisi¨®n de negocios¡± para mejorar ¡°la atenci¨®n al usuario y el servicio al cliente¡±. Ese despido masivo, que se produjo por videoconferencia, motiv¨® que el ministro de Trabajo, Pablo Mieres, concurriera al Parlamento para dar detalles de la situaci¨®n de los trabajadores. En esa instancia, el jerarca aprovech¨® para pedir la aprobaci¨®n del proyecto de ley enviado por su cartera en 2022 para ¡°regular y proteger los derechos laborales de quienes trabajan en las aplicaciones¡±, seg¨²n escribi¨® en X.
Pero Marrero advierte que el proyecto del Gobierno no apunta a regular la naturaleza del v¨ªnculo laboral que establecen los trabajadores con las empresas de plataformas digitales. Y al no hacerlo, contin¨²a el soci¨®logo, consolidar¨ªa el modelo del ¡°falso trabajador aut¨®nomo¡± que predomina en el sector. El investigador entiende que otra propuesta de ley que estudia actualmente el Frente Amplio (oposici¨®n) est¨¢ m¨¢s en sinton¨ªa con lo que sucedi¨® en Espa?a y su pionera ¡°ley rider¡±. Esta ley establece la presunci¨®n de dependencia, cuando la empresa ejerce sus facultades de organizaci¨®n, direcci¨®n y control mediante la gesti¨®n algor¨ªtmica. ¡°El v¨ªnculo laboral se debe discutir¡±, insiste Marrero.
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