Los ind¨ªgenas brasile?os empiezan a perder la paciencia con Lula por la lentitud en la demarcaci¨®n de tierras
El movimiento ind¨ªgena tambi¨¦n lamenta que el Gobierno no se implique m¨¢s para bloquear retrocesos en el Congreso Nacional
El d¨ªa que tom¨® posesi¨®n como presidente de Brasil, Luiz In¨¢cio Lula da Silva subi¨® la rampa del Palacio del Planalto acompa?ado de varios representantes de la sociedad civil. Entre ellos estaba el venerable cacique Raoni Metuktire, como s¨ªmbolo del compromiso renovado con los pueblos originarios tras los a?os de desidia de Jair Bolsonaro. Hab¨ªa muchas expectativas, pero desde aquella ceremonia del 1 de enero de 2023, los ind¨ªgenas brasile?os han ido acumulando bastantes decepciones.
Hist¨®ricamente, su principal reivindicaci¨®n es la demarcaci¨®n de las tierras que ocupaban antes de la invasi¨®n de los portugueses en 1500. Es un laborioso proceso burocr¨¢tico y judicial, repleto de tensiones con propietarios rurales, para que el Estado reconozca a una determinada etnia como detentora de su territorio hist¨®rico. En la actualidad, esas reservas ocupan alrededor del 14% del territorio de Brasil, y suelen ser grandes bastiones de biodiversidad, donde la naturaleza est¨¢ m¨¢s protegida. La Constituci¨®n brasile?a de 1988 dio un plazo de cinco a?os para que todos los pueblos ind¨ªgenas de Brasil tuvieran sus tierras debidamente reconocidas, pero a¨²n hoy, 36 a?os despu¨¦s, hay decenas de procesos parados en los despachos de Brasilia.
El a?o pasado, durante el llamado Campamento Tierra Libre, que cada mes de abril re¨²ne a miles de ind¨ªgenas en Brasilia, Lula fue el invitado de honor y se esperaba que anunciara la demarcaci¨®n de 14 tierras a las que s¨®lo les faltaba la firma presidencial. Al final, s¨®lo anunci¨® seis. Fue un jarro de agua fr¨ªa. En abril de este a?o, en el mismo evento, los ind¨ªgenas ya no invitaron al presidente, que opt¨® por un acto paralelo en el que tambi¨¦n anunci¨® menos demarcaciones de las esperadas, dos de cuatro. Muchos l¨ªderes ni siquiera acudieron.
La tensi¨®n y el sentimiento de abandono ha ido a m¨¢s esta semana. En el Congreso brasile?o hay mayor¨ªa conservadora (est¨¢ m¨¢s escorado a la derecha incluso que en los a?os de Bolsonaro), y en el Senado empez¨® a tramitarse una propuesta para aprobar el llamado ¡®marco temporal¡¯, la peor pesadilla para los ind¨ªgenas: si sale adelante impedir¨ªa que reivindiquen como propias tierras que no estuvieran ocupando en 1988, cuando se promulg¨® la Constituci¨®n.
El lobby ruralista defiende que es la manera para llevar paz al campo y seguridad jur¨ªdica. Las poblaciones nativas alegan que es injusto porque en muchos casos fueron desplazadas de sus territorios originales, sobre todo durante la dictadura militar (1964-1985). El Tribunal Supremo ya determin¨® que la idea del ¡®marco temporal¡¯ es inconstitucional, pero los parlamentarios contraatacaron proponiendo modificar la Constituci¨®n para que encaje.
El movimiento ind¨ªgena cree que, pese a que Lula no tiene mayor¨ªa en el Congreso, podr¨ªa implicarse m¨¢s para que su base aliada lograse archivar la propuesta, seg¨²n cuenta por tel¨¦fono Dinamam Tux¨¢, el coordinador ejecutivo de la Articulaci¨®n de los Pueblos Ind¨ªgenas de Brasil (APIB), la entidad que re¨²ne a todas las organizaciones regionales. ¡°Echamos en falta una mayor participaci¨®n de la bancada oficialista para intentar archivar esta discusi¨®n (¡) No basta que el Gobierno se posicione en contra, tiene que movilizarse, demostrar una actitud¡±, lamenta. En la sesi¨®n del mi¨¦rcoles, los senadores del Partido de los Trabajadores (PT) optaron por una estrategia menos combativa y lograron aplazar la discusi¨®n a octubre.
El movimiento ind¨ªgena cree que la estrategia del Gobierno prefiere no confrontar a la oposici¨®n en temas considerados ¡°secundarios¡±, como la agenda ind¨ªgena, para no desgastarse y perder votaciones m¨¢s prioritarias en el ¨¢rea econ¨®mica, por ejemplo. Como tel¨®n de fondo tambi¨¦n est¨¢n los malabarismos de Lula para no incomodar m¨¢s de la cuenta al poderoso sector agr¨ªcola y ganadero, un pilar fundamental de la econom¨ªa mayoritariamente conservador y con un potente lobby en el Parlamento.
En una reciente visita al estado de Mato Grosso do Sul, uno de los graneros del pa¨ªs, sobre todo por la producci¨®n de soja, el presidente propuso una soluci¨®n para el largo conflicto de los ind¨ªgenas guaran¨ª-kaiow¨¢, que malviven en las cunetas de las carreteras por falta de tierras propias. Propuso al gobernador del Estado ayudarle a comprar unos terrenos y reasentarlos all¨ª. Las entidades ind¨ªgenas locales pusieron el grito en el cielo: ¡°Jam¨¢s aceptaremos la compra de tierras y ninguna alternativa a la demarcaci¨®n de nuestras tierras tradicionales. Esas propuestas nos ofenden y nos hacen da?o¡±, public¨® en un duro comunicado la organizaci¨®n Aty Guasu. Para Tux¨¢, la idea de Lula fue un traspi¨¦s, aunque simboliza algo que teme que se vuelva realidad: que las demarcaciones de tierras salgan de la esfera de lo puramente t¨¦cnico-administrativo y pasen a dirimirse en funci¨®n del c¨¢lculo pol¨ªtico.
El lunes, la APIB realiz¨® una asamblea para decidir si sigue apoyando formalmente a Lula. Aunque su coordinador admite que hay divisi¨®n interna y ¡°mucha frustraci¨®n¡±, de momento extender¨¢n un poco m¨¢s el voto de confianza. Los ¨ªndices de deforestaci¨®n en la Amazon¨ªa est¨¢n cayendo considerablemente y no hay color en la comparaci¨®n con la gesti¨®n Bolsonaro. Una de las primeras medidas de Lula al llegar al Gobierno fue poner en marcha una amplia movilizaci¨®n para expulsar a miles de garimpeiros de la tierra ind¨ªgena Yanomami, en la frontera con Venezuela, donde se viv¨ªa una aut¨¦ntica crisis humanitaria. Aplauden que el presidente tuviera el gesto de crear el primer Ministerio de Pueblos Ind¨ªgenas en la historia de Brasil, y que pusiera a la activista S?nia Guajajara al frente, pero al mismo tiempo lamentan su aislamiento y escaso presupuesto. ¡°Lo que falta es apoyo, tenemos un ministerio aislado y sin fuerza pol¨ªtica¡±, lamenta Tux¨¢, que avisa que habr¨¢ m¨¢s movilizaciones en los pr¨®ximos meses.
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