El acoso a una embajada
Seis ciudadanos venezolanos est¨¢n sometidos a prisi¨®n domiciliaria en la sede de la residencia de la Embajada de Argentina, ubicada en Caracas, y est¨¢n privados de agua potable, entre otros recursos
La arremetida del r¨¦gimen madurista contra todo el que disienta de sus dislates no tiene l¨ªmites. Encarcela a menores de edad, persigue a ni?os con discapacidad, ordena detener a ciudadanos venezolanos ind¨ªgenas, violenta los derechos humanos de mujeres embarazadas y pare usted de contar.
Se trata de la aplicaci¨®n de las m¨¢s aberrantes medidas de hostigamiento que han dado lugar a la aplicaci¨®n de sanciones por parte de gobiernos democr¨¢ticos y de la Uni¨®n Europea, entre otras resoluciones, que buscan castigar y contener, de alguna manera, esa escalada persecutoria del r¨¦gimen que desarrolla un terrorismo de Estado, tal cual como lo ha determinado la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos.
Por tales violaciones, que son continuas de los m¨¢s elementales derechos humanos, cursan denuncias documentadas en la Corte Penal Internacional, instituci¨®n a donde llegan, d¨ªa tras d¨ªa, expedientes que dan cuenta de las arremetidas ejecutadas por los funcionarios del r¨¦gimen madurista, (todos identificados), agresiones que han sido calificadas como parte de un patr¨®n de conducta, del cual es directamente responsable Nicol¨¢s Maduro.
En el inventario de las v¨ªctimas de esos acosos est¨¢n centenares de medios de comunicaci¨®n, con una larga lista de editores y periodistas violentados; empresas y f¨¢bricas del sector privado asaltadas; prelados de la Iglesia cat¨®lica y feligreses de diferentes agrupaciones religiosas, y dirigentes pol¨ªticos, gremiales y estudiantes detenidos arbitrariamente. Nos llevar¨ªa mucho tiempo e infinidad de cuartillas, plasmar aqu¨ª, el cat¨¢logo completo de las instituciones y personas lesionadas por tales embestidas. Por eso me limitar¨¦ a enumerar y citar algunos ejemplos que denotan que todo cuanto escribimos tiene asidero en la verdad.
En esa relaci¨®n no puedo dejar de colocar en alto relieve la ins¨®lita situaci¨®n que padecen los seis ciudadanos venezolanos sometidos a prisi¨®n domiciliaria en la sede de la residencia de la Embajada de Argentina, ubicada en la ciudad de Caracas. All¨ª est¨¢n Magaly Meda de Olavarr¨ªa, la exitosa jefa de campa?a de Edmundo y Mar¨ªa Corina; Claudia Macedo, una brillante joven periodista a cargo del equipo de prensa; el exministro Fernando Mart¨ªnez Mottola, quien solo prest¨® su contribuci¨®n para articular acuerdos unitarios entre los m¨¢s variados factores pol¨ªticos de la oposici¨®n; el doctor Pedro Urruchurtu, un destacado profesional, experto en relaciones internacionales, consagrado por m¨¢s de 15 a?os a coordinar las relaciones en ese campo, del equipo pol¨ªtico de Mar¨ªa Corina Machado; el ingeniero Humberto Villalobos, un t¨¦cnico que se ocup¨® de organizar todo lo concerniente a las garant¨ªas electorales, y el periodista Omar Gonz¨¢lez Moreno, exgobernador del Estado Bol¨ªvar, l¨ªder del movimiento VENTE, con una gran ascendencia en la estructura pol¨ªtica de las regiones de todo el pa¨ªs.
Todos los ciudadanos antes citados, no tienen ninguna mancha en sus respectivas hojas de vida, son gente decente, con una excelente y reconocida reputaci¨®n, y dedicados ¨²nicamente a defender los principios democr¨¢ticos en los que creen. Ellos fueron diana de esa asechanza pol¨ªtica y se vieron obligados a resguardarse, activando el dispositivo de asilo, en una sede diplom¨¢tica. La verdad, en esta circunstancia, es que no se trata de un mero asilo, lo cierto y cruel es que el r¨¦gimen de Maduro ha trastocado ese recurso concebido legalmente mediante acuerdos internacionales, y viendo lo que ocurre en la hora en que escribo estas l¨ªneas, lo que escarmientan esos seis ciudadanos es un carcelazo. Ya van para diez meses encerrados, incomunicados y aguantando la presi¨®n que ejerce el r¨¦gimen madurista, colocando en los alrededores de la vivienda diplom¨¢tica a funcionarios encapuchados y armados, en actitud amenazante, dejando entrever con sus agresivos desplazamientos que en cualquier momento se atrever¨¢n a ingresar a la sede diplom¨¢tica. Mientras tanto, les han privado de agua potable, interrumpen el servicio de energ¨ªa el¨¦ctrica y no permiten el ingreso de persona alguna, ni siquiera diplom¨¢ticos adscritos a la representaci¨®n de Brasil, pa¨ªs a cargo de la custodia de la sede argentina.
Esperamos una respuesta m¨¢s contundente de los gobiernos democr¨¢ticos y de las instituciones concebidas para contener tales desprop¨®sitos. No dejaremos de decirle al mundo, que esos valiosos ciudadanos est¨¢n en muy serio peligro y que no debemos dejarlos abandonados a su peor suerte.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.