La embajada que se convirti¨® en c¨¢rcel en Venezuela
El asedio oficial a los seis opositores asilados en la delegaci¨®n argentina en Caracas es evidencia de la decisi¨®n del chavismo de sincerar sin complejos su condici¨®n tir¨¢nica
El 20 de marzo pasado, en plena campa?a electoral, el r¨¦gimen de Nicol¨¢s Maduro acus¨® por terrorismo, conspiraci¨®n y traici¨®n a la patria a los seis principales integrantes del equipo proselitista de la candidata opositora Mar¨ªa Corina Machado. Los denunciados consiguieron asilo en la embajada argentina y evitaron ir a la c¨¢rcel. Sin embargo, al cabo de casi nueve meses, Maduro consigui¨® convertir a esa sede diplom¨¢tica en una prisi¨®n. El s¨¢bado pasado, los refugiados denunciaron que, carentes de electricidad, se les cort¨® tambi¨¦n el agua. La situaci¨®n de esos asilados en cautiverio es una demostraci¨®n de c¨®mo la dictadura chavista se ha ido radicalizando, en especial despu¨¦s de perder las elecciones y marchar hacia una usurpaci¨®n lisa y llana del poder.
Argentina concedi¨® el refugio a Humberto Villalobos, que era el coordinador electoral de la campa?a de Machado; a Claudia Macero, la coordinadora de comunicaciones; a Omar Gonz¨¢lez, responsable de organizar la estructura pol¨ªtica de ese proselitismo; a Fernando Mart¨ªnez Motola, enlace entre Machado y los dem¨¢s partidos de la coalici¨®n antichavista; y a Pedro Urruchurtu, encargado de relaciones internacionales de la candidata.
Desde la sede diplom¨¢tica, esos opositores pidieron un salvoconducto para salir del pa¨ªs. Les fue negado. A fines de julio, el gobierno venezolano expuls¨® a los diplom¨¢ticos argentinos. No se habl¨® de ruptura de relaciones. El t¨¦rmino fue ¡°congelamiento¡±. El chavismo sigue siendo una m¨¢quina de innovar. Lo cierto es que el 1 de agosto Brasil se hizo cargo de la representaci¨®n de los intereses argentinos en Venezuela. En la embajada se iz¨® la bandera verde y amarilla. Se supon¨ªa que, dada la relaci¨®n amigable de Maduro con Lula da Silva, los refugiados ver¨ªan aliviada su situaci¨®n. Hasta imaginaron, ahora s¨ª, que les permitir¨ªan exiliarse.
La historia tuvo otras ideas. El acoso al candidato vencedor de los comicios, Edmundo Guti¨¦rrez Urrutia, hizo que tambi¨¦n este ex diplom¨¢tico se asilara. Lo acogieron en la embajada de los Pa¨ªses Bajos. Pero, como se hab¨ªa convertido en el emblema de la ilegitimidad del oficialismo, Maduro quiso que abandonara el pa¨ªs. Entre el 6 y el 7 de septiembre comenzaron a registrarse hostilidades sobre la representaci¨®n argentina, en una demostraci¨®n de que no habr¨ªa paz para quienes quisieran asilarse. Guti¨¦rrez Urrutia registr¨® el mensaje. Se mud¨® desde la sede de los Pa¨ªses Bajos a la de Espa?a y, desde all¨ª, march¨® hacia el exilio en Madrid.
Esta oscura historia diplom¨¢tica se va convirtiendo en una reducci¨®n a escala de las relaciones entre el r¨¦gimen chavista y el mundo externo. El 7 de septiembre se le revoc¨® a Brasil el derecho a entender en los intereses argentinos. A partir de ese d¨ªa la casa comenz¨® a estar controlada por un cuerpo policial destinado a las representaciones extranjeras. La vigilancia se ejerce desde el estacionamiento del edificio. Se proh¨ªben las visitas. Tambi¨¦n el ingreso de veh¨ªculos. Las compras de comida o medicamentos son fotografiadas. Las facturas, elevadas a la superioridad de esa fuerza. Adem¨¢s, hay dos destacamentos del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin), cada uno a 200 metros de la residencia. Se controla todo, todo el tiempo. Los asilados son asistidos por personal venezolano de la embajada argentina. Esos empleados hacen de comer, se encargan de la limpieza. De los funcionarios brasile?os no qued¨® nadie. Desde el 6 de septiembre se les impidi¨® el acceso.
Algunas novedades de las ¨²ltimas semanas agravaron la situaci¨®n. Una ocurri¨® a fines de octubre. Fue el conflicto abierto entre el r¨¦gimen chavista y el gobierno de Lula da Silva por el veto que introdujo Brasil a la pretensi¨®n venezolana de incorporarse a los Brics. Maduro llam¨® en consulta a su embajador en Brasilia. Y la Asamblea Nacional, presidida por Jorge Rodr¨ªguez, hermano de Delcy, la canciller, declar¨® persona non grata a Celso Amorim, el asesor internacional de Lula. Amorim hab¨ªa sido, hasta las elecciones de julio, el funcionario m¨¢s contemplativo con la radicalizaci¨®n autoritaria del chavismo.
El otro hecho irritante para el r¨¦gimen fue la publicaci¨®n de una lista de sancionados por parte de los Estados Unidos. Son 21 jerarcas del gobierno de Maduro, entre los que se encuentra la hija del poderoso Diosdado Cabello. A partir de esa decisi¨®n, la agresividad sobre los asilados-cautivos se agrav¨®. Al esquema de seguridad existente se agreg¨® una patrulla que vigila la embajada ma?ana, tarde y noche. Empleados oficiales cortaron la electricidad y se llevaron los fusibles. La energ¨ªa se raciona con el uso de un generador. El agua tambi¨¦n se cort¨®. El domingo se consumi¨® la ¨²ltima que quedaba en un tanque. El ingreso de camiones cisterna est¨¢ prohibido. Los repartidores que llevan la comida desde los comercios de la zona son revisados e interrogados durante horas.
Estas operaciones son simult¨¢neas con un asedio sistem¨¢tico contra la l¨ªder de la oposici¨®n, Machado. Desde las oficinas del poder se lanzan versiones sobre un inminente pedido de captura, al mismo tiempo que la casa de la madre de la excandidata se convierte en blanco de agresiones.
Es dif¨ªcil encontrar antecedentes de un Gobierno que ataca una embajada de otro pa¨ªs como est¨¢ haciendo el de Maduro con la de Argentina, administrada por Brasil. Por eso llama la atenci¨®n la escasa repercusi¨®n que ha tenido este comportamiento en las canciller¨ªas de los dos pa¨ªses agredidos. Ni la argentina ni la brasile?a levantaron la voz. S¨ª lo hicieron 28 ex presidentes de distintos pa¨ªses que reclamaron a Lula y al Vaticano que intervengan ante Maduro a fin de terminar con la crisis humanitaria, ya no del pa¨ªs, sino del interior de una casa en la que se mortifica a un grupo de seis asilados.
El caso de la embajada argentina es un indicador de un proceso m¨¢s general e inquietante, que es la decisi¨®n del chavismo de sincerar sin complejos su condici¨®n tir¨¢nica. El 10 de enero habr¨¢ un hito en esa trayectoria: reasumir¨¢ el poder el dictador, sirvi¨¦ndose de la excusa de elecciones fraudulentas.
Diez d¨ªas m¨¢s tarde comenzar¨¢ a despejarse otra inc¨®gnita: ?qu¨¦ pol¨ªtica seguir¨¢ Donald Trump frente al r¨¦gimen venezolano? Una posibilidad es que repita su primera experiencia, muy inspirada en los consejos del senador Marco Rubio. Fue cuando se apost¨® a que los militares dejar¨ªan caer a Maduro. En el Departamento de Estado hasta se fantase¨® con la invasi¨®n de un ej¨¦rcito multinacional a Venezuela.
Hay quienes aventuran que ese escenario habr¨ªa cambiado. Aun cuando Rubio vaya a ser el canciller de la administraci¨®n que asumir¨¢ el poder en Washington el 20 de enero. Influyen las circunstancias de un mundo en el que la incertidumbre energ¨¦tica otorga otro poder a los pa¨ªses productores de hidrocarburos. Influyen intereses financieros, como los de los grandes fondos involucrados en el negocio de los bonos venezolanos.
Los asilados de la sede diplom¨¢tica argentina siguen los vaivenes de esa geopol¨ªtica, mientras se angustian por la falta de agua dentro de una casa en penumbras.
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