El nuevo d¨®lar gris en Venezuela es digital
Los venezolanos se est¨¢n volcando a las criptomonedas para tratar de ganarle a la inflaci¨®n antes de una fecha pol¨ªtica clave
Los letreros de ¡°se aceptan criptos¡±, antes muy visibles en los comercios, hoteles y restaurantes en Venezuela, han desaparecido tras una nueva ronda de esc¨¢ndalos de corrupci¨®n y encarcelamientos en el coraz¨®n del Gobierno. Pero esto no quiere decir que la criptoeconom¨ªa venezolana no est¨¦ floreciendo. Al contrario. Lejos de las sanciones estadounidenses, la fiscalizaci¨®n del f¨¦rreo aparato gubernamental o los vaivenes de la inflaci¨®n, una red de intercambio de criptomonedas se est¨¢ fortaleciendo entre los venezolanos que buscan facilidad de transacci¨®n, recibir remesas y encontrar refugio ante la devaluaci¨®n del bol¨ªvar.
Vanesa, una venezolana que desde Caracas y, como millones de sus compatriotas, brinda sus servicios profesionales a empresas extranjeras para hacerle frente al contexto dolarizado y costoso del pa¨ªs, cuenta que este a?o se ha ido aumentando el diferencial entre el d¨®lar oficial (fijado por la autoridad monetaria) y el de precio de mercado, por lo que usar divisas digitales para comprar bol¨ªvares se ha convertido en una mejor opci¨®n. ¡°Si vas sumando, entre una cosa y otra, se puede ahorrar hasta 14 d¨®lares por cada 100 d¨®lares que cambias a bol¨ªvares¡±, detalla. Como es regular entre los usuarios, usa un sobrenombre para operar en Binance, una plataforma global de origen chino, muy popular en Venezuela. Tambi¨¦n lo hacen los vendedores, as¨ª que es imposible saber a ciencia cierta con qui¨¦n se est¨¢ transaccionando.
Esta trama de seud¨®nimos digitales que opera dentro de un mercado gris ¨Cque no es ilegal, pero tampoco regulado¨C es tolerada por el Gobierno de Nicol¨¢s Maduro porque se ha convertido en una v¨ªa para la entrada de las escasas divisas al pa¨ªs, afectado por las denuncias avaladas internacionalmente de fraude electoral en las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio y en las v¨ªsperas de una fecha que genera tensiones pol¨ªticas y financieras: la toma de posesi¨®n del 10 de enero.
¡°He hecho trabajos que me pagan en d¨®lares en una app financiera de afuera, con eso compro USDT (Tether) y, cuando necesito bol¨ªvares, los vendo y recibo un dep¨®sito en mi cuenta de banco en Venezuela. Es f¨¢cil porque no necesitas usar a un cambista. En la aplicaci¨®n te metes a ver qui¨¦n compra y vende y, en menos de 15 minutos, haces tu transacci¨®n y listo¡±, explica.
Un crecimiento sin precedentes
Atr¨¢s quedaron los arrestos masivos ordenados por un Maduro contra los ¡°especuladores cambiarios¡±, que seg¨²n la narrativa oficial originaron una guerra econ¨®mica. En el segundo trimestre de 2024, el mercado de bitcoins, ether y USDT en Venezuela creci¨® un impresionante 110%, frente al mismo per¨ªodo del a?o anterior, m¨¢s que en cualquier pa¨ªs de la regi¨®n, de acuerdo con Chainalysis, una empresa estadounidense que rastrea el uso de activos virtuales que usan tecnolog¨ªas de cadenas de bloques (blockchain).
En lo que va de a?o, estas operaciones representan un volumen estimado de 20.000 millones de d¨®lares que han entrado al ecosistema. Y considerando que las proyecciones privadas plantean que la econom¨ªa cerrar¨¢ 2024 con un Producto Interno Bruto (PIB) de unos 100.000 millones de d¨®lares, estos valores cobran mayor relevancia.
Si bien el pa¨ªs logr¨® superar la hiperinflaci¨®n, sus precios crecen con menor velocidad y se recuper¨® el crecimiento de su vapuleada econom¨ªa, altamente dependiente de las exportaciones petroleras, la situaci¨®n de los venezolanos no se ha resuelto. De acuerdo con los datos del Banco Central de Venezuela (BCV), la inflaci¨®n mensual de octubre creci¨® un 4%, inferior al 5,9% del mismo mes de 2023, pero sustancialmente mayor al 0,8% de septiembre de este a?o, lo que indica un despunte. El emisor enumera una variaci¨®n acumulada de 16,6% entre enero y octubre, aunque en estimaciones privadas el alza de los precios se ubica por encima del 40%.
Adem¨¢s, el BCV parece estar teniendo cada vez mayores dificultades para reducir la brecha entre el d¨®lar oficial y el de libre flotaci¨®n, a trav¨¦s de inyecciones de divisas al sistema financiero. El precio del euro (usado por el banco central como referencia para sus operaciones) ha aumentado un 33% en el ¨²ltimo trimestre, mientras que el emisor ha vendido a la banca 5.385 millones de d¨®lares hasta mediados de diciembre, un 27% m¨¢s que el mismo lapso de 2023.
¡°La econom¨ªa est¨¢ creciendo, pero una econom¨ªa puede crecer sin que necesariamente mejore el nivel de vida¡±, contextualiza Aar¨®n Olmos, economista venezolano y profesor del Instituto de Estudios Superiores de Administraci¨®n (IESA), desde su oficina en Caracas. ¡°No se recupera el salario. Hoy se cumplen m¨¢s de 1.008 d¨ªas sin aumento del salario m¨ªnimo. El poder de compra de un docente en Venezuela tiene un d¨¦ficit de 96,6% de la canasta b¨¢sica¡±, a?ade. El salario m¨ªnimo mensual equivale a 3 d¨®lares.
La importancia de las criptorremesas
En este panorama, las criptomonedas estables (o stablecoins), vinculadas al precio de un activo, materia prima o moneda soberana, han cobrado mayor protagonismo, porque sirven como una representaci¨®n digital de un bien con poder de compra, como el d¨®lar estadounidense (USDT o USDC) o el euro (EUROC). Entre julio de 2023 y julio de 2024, el 47% de las transacciones menores a 10.000 d¨®lares registradas en el pa¨ªs fueron realizadas usando este tipo de criptodivisas, seg¨²n el sondeo de Chainalysis.
¡°Las stablecoins, en particular, se han hecho populares porque est¨¢n vinculadas a monedas fiduciarias m¨¢s estables, como el d¨®lar estadounidense, y ofrecen una cobertura frente a la volatilidad del bol¨ªvar venezolano (...) desempe?ando un papel crucial en las transacciones diarias y las remesas¡±, explica Dan Cartolin, ejecutivo de Chainalysis.
Los pagos internacionales por v¨ªas tradicionales, como bancos o remesadoras, suelen ser costosos y demorar varios d¨ªas, por lo que las opciones digitales, m¨¢s r¨¢pidas y con menores comisiones, est¨¢n ganando espacio en la regi¨®n. Seg¨²n el Banco Mundial, el costo de enviar 200 d¨®lares a Latinoam¨¦rica es de 6% en promedio, es decir, una comisi¨®n de 12 d¨®lares para ese importe.
En l¨ªnea con eso, de acuerdo con investigaciones acad¨¦micas, la mitad de los venezolanos que han migrado de su pa¨ªs y env¨ªan recursos de vuelta a casa ¨Cprincipalmente para la compra de alimentos y gastos m¨¦dicos¨C lo hace a trav¨¦s de plataformas de finanzas digitales (fintech). Al menos un 20% de la poblaci¨®n del pa¨ªs ha migrado por la crisis.
¡°Dados los desaf¨ªos econ¨®micos actuales en Venezuela, es probable que la adopci¨®n de stablecoins y otras criptodivisas contin¨²e y potencialmente se fortalezca. El uso de estos activos digitales ofrece a los venezolanos una manera de preservar su riqueza y realizar transacciones en una moneda m¨¢s estable, lo cual es esencial en un entorno de incertidumbre¡±, proyecta.
Un superintendencia cripto en postergada intervenci¨®n
Y la incertidumbre es una constante econ¨®mica en Venezuela. En septiembre, el Ejecutivo extendi¨® por tercera vez la intervenci¨®n de la Superintendencia Nacional de Criptoactivos y Actividades Conexas (Sunacrip), lo que prolongar¨¢ por dos a?os una auditor¨ªa inicialmente planificada para hacerse en seis meses. La instituci¨®n fue creada ante la necesidad del Gobierno de Maduro de procurar caminos alternos a las sanciones internacionales impuestas a funcionarios de alto rango, que aunque han sido generalmente individuales, generaron que el sistema financiero global congelara cuentas y pusiera al pa¨ªs en listas negras.
Atareados, y en medio de una crisis humanitaria y econ¨®mica sin precedentes, las autoridades decidieron en 2019 relajar su postura en contra del ¡°d¨®lar negro¡±, que aunque reg¨ªa mucho el d¨ªa a d¨ªa, no era bien percibido porque les restaba control sobre la balanza de pagos. Decenas de personas fueron enviadas a prisi¨®n acusadas de azuzar los precios que superaron el 30.000% en 2018, y m¨¢s del 6.000% en 2019.
Adem¨¢s, tuvieron que tomar otras posturas liberales. Esa fue la puerta de la ¡°Ley Antibloqueo¡± que permiti¨® al Estado utilizar criptomonedas para hacer y recibir pagos internacionales y emitir el petro, una stablecoin centralizada y atada a materias primas: la riqueza de las reservas petroleras. Adicionalmente, se aprob¨® una normativa contable que permiti¨® ¨Cy motiv¨®¨C a los comerciantes a vender en bitcoins y otros criptoactivos y anotar los equivalentes en sus libros.
¡°En el pa¨ªs se comenz¨® a crear una situaci¨®n en que buena parte de la econom¨ªa flotaba a trav¨¦s de las plataformas de Blockchain y bajo la figura de bitcoin, USDT y DASH. Tanto as¨ª que, cuando se interviene la Sunacrip la econom¨ªa venezolana ralentiza su velocidad de crecimiento¡±, explica Olmos.
El a?o pasado, el pa¨ªs fue sorprendido por la suspensi¨®n de las operaciones del petro, la criptominer¨ªa y la actividad de las exchanges. Esto fue seguido por el encarcelamiento del, hasta ese momento, poderoso Ministro de Petr¨®leo, Tareck El Aissami, y del l¨ªder de la Sunacrip, Joselit Ram¨ªrez, ambos en la lista de los m¨¢s buscados del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, acusados de narcotr¨¢fico y lavado de activos, respectivamente. Aunque, en esa ocasi¨®n, fueron responsabilizados por la p¨¦rdida de 21.000 millones de d¨®lares provenientes de la venta de petr¨®leo de la estatal PDVSA, que en parte deb¨ªa estar en las arcas cripto.
Las autoridades dieron la orden a todas las apps, nacionales e internacionales, de congelar las transacciones en un intento de recolectar informaci¨®n, seg¨²n relata una fuente de la industria cripto local. Otro ejecutivo de una exchange latinoamericana que estaba intentando tramitar una licencia de proveedor de servicios de activos virtuales relat¨® que desistieron porque fue imposible lidiar con los cambios abruptos.
Esto dio paso a que se descolgaran los carteles y que las operaciones pasaran a ser m¨¢s discretas. ¡°Ac¨¢ todo es gris. Es imposible saber si le estoy lavando el dinero a alguien, pero mi dinero es de mi sueldo¡±, se lamenta Vanesa.
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