Salvar a Nicaragua
Hay dos caminos ante la crisis: uno es destruir al pa¨ªs con sanciones econ¨®micas haciendo lo mismo que los opositores cubanos y venezolanos y el otro es a atreverse a romper esquemas estableciendo nuevos paradigmas
En abril del 2018 una revuelta popular en Nicaragua tom¨® por sorpresa al Gobierno, a la oposici¨®n y a la Comunidad Internacional. Ortega se vio forzado a convocar a un di¨¢logo que encabez¨® ¨¦l mismo. Los opositores divididos, sin estrategia, sin direcci¨®n y dominados por un triunfalismo extremo terminaron levant¨¢ndose de la mesa creyendo que Ortega estaba acabado. Cayeron en el viejo error del ¡°todo o nada que siempre conduce a nada¡±. La oposici¨®n fue derrotada mediante una represi¨®n brutal y el Gobierno fue internacionalmente aislado. Nicaragua apunta ahora a permanecer sin soluci¨®n por muchos a?os en un contexto mundial tan dif¨ªcil, que puede terminar volviendo irrelevantes a los opositores.
Sin oposici¨®n las condenas internacionales no sirven de nada. Nadie invadir¨¢ Nicaragua para derrocar a Ortega, tampoco habr¨¢ otra revuelta popular, esa oportunidad se perdi¨® y no es repetible a voluntad. No habr¨¢ una nueva ¡°contra¡± y un golpe de Estado es imposible e indeseable porque puede convertirse en una guerra civil. En s¨ªntesis, no hay fuerza para lograr un cambio. La comunidad internacional aplic¨® sanciones individuales que sirvieron para que Ortega descabezara a la oposici¨®n. A cada sanci¨®n respond¨ªa condecorando al sancionado y apresando l¨ªderes opositores. El papa Francisco, que intentaba ser un puente, cometi¨® el absurdo error de comparar a Ortega con Hitler; la reacci¨®n fue que Nicaragua rompi¨® relaciones con el Vaticano.
Hay quienes proponen imponer sanciones econ¨®micas, entre estas expulsar a Nicaragua del TLC con Estados Unidos. Esto ser¨ªa como hundir un barco con todos los pasajeros para acabar con el capit¨¢n. Las sanciones econ¨®micas empobrecen pa¨ªses, pero no derrumban dictaduras, sino que las amarran m¨¢s al poder. Esa es la experiencia de Zimbabue, Ir¨¢n, Siria, Corea del Norte, Bielorrusia, Venezuela y Cuba. Las sanciones a Venezuela contribuyeron a destruir la econom¨ªa y a multiplicar la emigraci¨®n de ricos, clases medias y pobres. Esto debilit¨® severamente a la oposici¨®n y afianz¨® a Maduro en el poder. Nicaragua es uno de los pa¨ªses m¨¢s pobres y vulnerables de Latinoam¨¦rica. Destruir su econom¨ªa podr¨ªan convertirla en Estado fallido. Los nicarag¨¹enses han sufrido en medio siglo una insurrecci¨®n, una guerra contrarrevolucionaria, grandes desastres naturales y dos dictaduras bananeras din¨¢sticas, la de los Somoza y la de Ortega-Murillo, ser¨ªa ingrato hacerlos sufrir m¨¢s.
No existen fundamentos estrat¨¦gicos ni evidencias s¨®lidas basadas en otras experiencias que demuestren que destruir la econom¨ªa de Nicaragua traer¨ªa democracia y sacar¨ªa a Ortega del poder. Los cubanos de la Florida llevan 62 a?os con una estrategia irracional contra el castrismo que ha contribuido a prolongar la vida de la dictadura que tanto odian. Han sido tan ilusos que cuando la Uni¨®n Sovi¨¦tica se estaba derrumbando pusieron bombas en hoteles de la Habana para sabotear el turismo. En pol¨ªtica la paciencia es virtud y la impaciencia estupidez.
Cuba tiene m¨¢s de mil presos pol¨ªticos y Venezuela m¨¢s de 250 sin esperanza de que sean liberados. Sin embargo, Ortega liber¨® a 222 sin pedir nada a cambio. Obviamente no pod¨ªa liberarlos sin una acci¨®n que lo justificara frente a las bases radicales que lo sostienen, por ello les quit¨® la nacionalidad. La comunidad internacional puso m¨¢s atenci¨®n a la forma que al importante gesto pol¨ªtico. Es com¨²n que exiliados pol¨ªticos de dictaduras terminen sin pasaportes, un opositor saudita fue descuartizado en una embajada de su pa¨ªs por intentar un tr¨¢mite consular.
Hay tres reglas esenciales en resoluci¨®n de conflictos: solo hay soluci¨®n si los contrarios tienen una salida honrosa, jam¨¢s se deben romper puentes y hay que aprender a razonar poni¨¦ndose en los zapatos del otro. Naciones Unidas conden¨® a Ortega por cr¨ªmenes de lesa humanidad, esta declaraci¨®n no ayuda en nada y traducida a la realidad pol¨ªtica actual podr¨ªa leerse as¨ª: ¡°Naciones Unidas condena a Ortega a mantenerse gobernando Nicaragua hasta que muera¡±. Nicaragua es todav¨ªa un pa¨ªs de caudillos dictadores bananeros y as¨ª deben ser entendidas sus acciones, reacciones y ret¨®rica. Sin embargo, su econom¨ªa capitalista sigue funcionando bastante bien, all¨ª no hay socialismo del siglo XX ni del XXI y sigue siendo un pa¨ªs con baja criminalidad.
Hay dos caminos, uno es destruir al pa¨ªs con sanciones econ¨®micas haciendo lo mismo que los opositores cubanos y venezolanos y el otro es a atreverse a romper esquemas estableciendo nuevos paradigmas. Las dictaduras se alimentan de la polarizaci¨®n y la pobreza. Acaso no ser¨ªa m¨¢s l¨®gico, entonces, exigir que no se apliquen sanciones econ¨®micas para evitar m¨¢s pobreza y sufrimiento al pueblo de Nicaragua. Si las sanciones individuales no han ayudado; lo mejor ser¨ªa pedir que terminen para facilitar un di¨¢logo entre nicarag¨¹enses que ayude a reconciliar al pa¨ªs. Nicaragua necesita construir condiciones para una soluci¨®n futura basada en que nadie deba irse y que todos puedan regresar, no importa qui¨¦n gobierne. La democracia, por ahora, debe ser un objetivo que resulte de progresos en la madurez pol¨ªtica no un dogma resultado de la impotencia. La principal tarea es salvar a Nicaragua y evitar que acabe como Hait¨ª, porque solo si hay pa¨ªs tendr¨¢ sentido hacer pol¨ªtica.
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