Alberto Fern¨¢ndez cede al kirchnerismo la gesti¨®n de la econom¨ªa argentina
Tras la renuncia del ministro Mart¨ªn Guzm¨¢n, asumir¨¢ Silvina Batakis, una economista de confianza de Cristina Kirchner
El presidente de Argentina, Alberto Fern¨¢ndez, ha cedido definitivamente a las presiones de Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner. Desde este lunes, la gesti¨®n econ¨®mica estar¨¢ en manos de Silvina Batakis, una funcionaria t¨¦cnica y de baj¨ªsimo perfil que responde a la vicepresidenta. El nombre de Batakis sali¨® tras una conversaci¨®n telef¨®nica entre Fern¨¢ndez y Kirchner, la primera despu¨¦s de un mes en el que solo intercambiaron agravios en eventos p¨²blicos. Fern¨¢ndez perdi¨® el s¨¢bado a su ministro de Econom¨ªa, Mart¨ªn Guzm¨¢n, y lo reemplaz¨® por alguien que no le responde. El recambio mina a¨²n m¨¢s la autonom¨ªa pol¨ªtica del presidente, cada vez m¨¢s solo en la lucha fraticida que mantiene con su mentora pol¨ªtica.
Batakis fue ministra de Econom¨ªa de la provincia de Buenos Aires entre 2011 y 2015, cuando gobernaba el peronista Daniel Scioli. Dej¨® su cargo junto con el gobernador, quien cay¨® derrotado como candidato de Cristina Kirchner en las presidenciales frente a Mauricio Macri. Ahora ocupaba la secretar¨ªa de Provincia en el ministerio de Interior, bajo el paraguas del ministro Eduardo de Pedro, el hombre de Kirchner en el Gabinete del presidente Fern¨¢ndez. Batakis tiene muy buena relaci¨®n con los gobernadores, incluso los opositores, consecuencia del cargo que ten¨ªa hasta este domingo.
La negociaci¨®n para elegir al sucesor de Guzm¨¢n llev¨® buena parte del s¨¢bado y todo el domingo. La duda era si Fern¨¢ndez optar¨ªa por reemplazar solo a Guzm¨¢n o por emprender una profunda reforma de su Gabinete que diera ox¨ªgeno a su gesti¨®n y, al mismo tiempo, saldase cuentas con Kirchner. Durante la tarde, se especul¨® con el ingreso al Gabinete de Sergio Massa, presidente de la C¨¢mara de Diputados y l¨ªder de la tercera pata de la coalici¨®n gobernante. El acuerdo supon¨ªa poner en Econom¨ªa a un hombre de Massa, con ¨¦l como jefe de Ministros. Pero no sucedi¨®.
La soluci¨®n de Fern¨¢ndez fue, finalmente, solo ocupar el cargo que dej¨® vacante Guzm¨¢n con una figura sin peso propio y dejar para otro momento los cambios estructurales. La llegada de Batakis permitir¨¢ a Fern¨¢ndez reducir, al menos por un tiempo, los ataques de Kirchner a su gesti¨®n; Massa deber¨¢ esperar, luego de que su nombre circulase durante todo el domingo por los medios locales.
Ha sido un pase de equilibrista del presidente Fern¨¢ndez, obligado a buscar estrategias de supervivencia pol¨ªtica. La intenci¨®n del presidente es llegar con vida hasta diciembre de 2023, cuando termina su mandato; sus sue?os de reelecci¨®n parecen definitivamente enterrados. La salida del Guzm¨¢n dej¨® a Fern¨¢ndez a la intemperie y puso en evidencia las restricciones que tiene para ejercer su liderazgo.
El ministro saliente le hab¨ªa pedido durante la semana el control del sector a cargo de las pol¨ªticas energ¨¦ticas, hoy en manos del kirchnerismo. Le dijo al presidente que desde all¨ª trababan los aumentos de las tarifas de gas y electricidad y demoraban la aplicaci¨®n de un esquema de subidas segmentadas por nivel adquisitivo, como se hab¨ªa acordado con el FMI en enero. El kirchnerismo se negaba, y se niega, a aumentar las tarifas, que est¨¢n congeladas desde el final del mandato de Mauricio Macri, en 2019, y condenan al Gobierno a destinar miles de millones de d¨®lares al subsidio de las empresas de energ¨ªa. Solo el a?o pasado, las ayudas supusieron 2,3 puntos del PIB, mientras el Banco Central hace malabares para tener d¨®lares suficientes para cubrir la demanda de divisas de los importadores.
Guzm¨¢n argument¨® en su carta de renuncia que sin el control de los resortes de la administraci¨®n de la econom¨ªa era poco lo que pod¨ªa hacer para, por ejemplo, controlar la inflaci¨®n, hoy el principal flagelo de los argentinos, con una proyecci¨®n del 70% para 2022. Mientras tanto, las cr¨ªticas de Kirchner hacia el ministro fueron cada vez m¨¢s expl¨ªcitas y violentas. La lectura de la expresidenta es que las restricciones al d¨¦ficit y la emisi¨®n de moneda acordadas con el Fondo incuban una estrepitosa derrota del peronismo en las generales de octubre del a?o pr¨®ximo. La estrategia de Kirchner ha sido entonces demoler a Fern¨¢ndez, el hombre que ella misma puso en la Casa Rosada, y despegarse as¨ª del fracaso de la gesti¨®n.
Est¨¢ por verse si la jugada terminar¨¢ con una candidatura presidencial de Cristina Kirchner o alg¨²n otro tipo de experimento pol¨ªtico. El s¨¢bado, mientras Guzm¨¢n publicaba su renuncia en redes sociales, la multitud que se hab¨ªa reunido para conmemorar el aniversario de la muerte de Juan Per¨®n cant¨® ¡°Cristina, presidente; Cristina presidente¡±. La aludida hizo un gesto con la mano para apagar ese improvisado operativo clamor, pero la idea ya est¨¢ instalada en la opini¨®n p¨²blica. Si las encuestas finalmente no acompa?an ¨C hoy dan poco m¨¢s de 25% de imagen positiva a Kirchner- siempre queda la opci¨®n de atrincherarse en la provincia de Buenos Aires, basti¨®n electoral del kirchnerismo, y desde all¨ª resistir un Gobierno opositor. El final de la historia depender¨¢ de c¨®mo resulta el nuevo Gabinete de emergencia ideado por Fern¨¢ndez.
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