El mayor centro de torturas de la dictadura argentina mira al futuro
La antigua Escuela de Mec¨¢nica de la Armada, donde fueron desaparecidas miles de personas, es hoy un espacio de memoria vivo que acaba de ser declarado Patrimonio Mundial por la Unesco
En el barrio de N¨²?ez, uno de los m¨¢s ricos del norte de Buenos Aires, las torres de departamentos de lujo, las cadenas de gimnasios y los caf¨¦s de especialidad conviven con uno de los recuerdos m¨¢s cruentos de la dictadura militar argentina. En su avenida m¨¢s transitada, la Junta Militar que gobern¨® el pa¨ªs entre 1976 y 1983 escondi¨® su mayor centro clandestino de detenci¨®n. Tras las rejas que rodean la ESMA, la Escuela de Mec¨¢nica de la Armada Argentina, la dictadura detuvo, tortur¨® y asesin¨® a miles de militante...
En el barrio de N¨²?ez, uno de los m¨¢s ricos del norte de Buenos Aires, las torres de departamentos de lujo, las cadenas de gimnasios y los caf¨¦s de especialidad conviven con uno de los recuerdos m¨¢s cruentos de la dictadura militar argentina. En su avenida m¨¢s transitada, la Junta Militar que gobern¨® el pa¨ªs entre 1976 y 1983 escondi¨® su mayor centro clandestino de detenci¨®n. Tras las rejas que rodean la ESMA, la Escuela de Mec¨¢nica de la Armada Argentina, la dictadura detuvo, tortur¨® y asesin¨® a miles de militantes, gremialistas, estudiantes, artistas y religiosos. El epicentro del horror fue el antiguo Casino de Oficiales, hoy convertido en un museo que la Unesco acaba de declarar Patrimonio Mundial como ¡°el s¨ªmbolo m¨¢s prominente del terrorismo estatal¡±.
La antigua ESMA sigue en pie con el mismo trazado que dise?¨® la Armada Argentina en 1924, cuando el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires le cedi¨® las 17 hect¨¢reas que la componen para levantar all¨ª su escuela de suboficiales. Sus 34 edificios se terminaron de erigir a mediados de los cincuenta, y el centro de detenci¨®n empez¨® a funcionar en 1976, el mismo a?o del golpe. Este oper¨® a la vez que segu¨ªa abierta la escuela; los organismos de derechos humanos calculan que por all¨ª pasaron unos 5.000 detenidos y que unas 30 mujeres dieron a luz en cautiverio. Sobrevivieron menos de 200 personas.
Emiliano Hueravilo naci¨® all¨ª. Sus padres, Lautaro Hueravilo, de 22 a?os, y Mirta Alonso, de 23, fueron secuestrados el 19 de mayo de 1977, se?alados como militantes del Partido Comunista. Ella estaba embarazada de seis meses. Hueravilo ¨Dcomo medio millar de beb¨¦s, seg¨²n calculan organizaciones como Abuelas de Plaza de Mayo¨D naci¨® en un centros clandestino de detenci¨®n durante la dictadura. Fue uno de los primeros: naci¨® el 11 de agosto de 1977, y cuatro meses despu¨¦s fue abandonado por los militares frente a un hospital de Buenos Aires. Sus padres siguen desaparecidos.
¡°El reconocimiento de la Unesco es muy importante porque ratifica frente al mundo que en ese lugar hubo terrorismo de Estado. Es un paso m¨¢s para garantizar que ese lugar subsista como prueba f¨ªsica de lo que sucedi¨® en nuestro pa¨ªs, como parte de la memoria del pueblo argentino y, ahora, del mundo¡±, dice Hueravilo. ¡°Argentina se ha movilizado siempre por su memoria, lo han hecho las madres y abuelas, los hijos y los nietos. En ese recambio generacional queda plantear a los que vienen que los centros clandestinos existieron y estuvieron al lado de nuestras casas. Ac¨¢, en la ciudad de La Plata, en C¨®rdoba, Tucum¨¢n¡ todo el pa¨ªs fue un centro clandestino de detenci¨®n¡±, dice.
Para Hueravilo, el reconocimiento del antiguo Casino de Oficiales como patrimonio mundial tiene un valor m¨¢s pr¨¢ctico que sentimental. El antiguo predio de la ESMA es todav¨ªa una prueba en la megacausa judicial que investiga los delitos cometidos solo en ese centro de detenci¨®n, entre los que se cuentan casi 300 causas judiciales que siguen abiertas. El edificio no ha sido modificado tras su recuperaci¨®n por ese motivo.
Fue un trabajo cuesta arriba. La Escuela de la Armada sigui¨® funcionando durante casi 20 a?os como centro educativo tras del fin de la dictadura mientras la sociedad argentina debat¨ªa qu¨¦ hacer con ese espacio. En 1998, el entonces presidente Carlos Menem lleg¨® a proponer su demolici¨®n. Menem quer¨ªa trasladar la escuela a una base naval en el sur de Buenos Aires y construir en su lugar un parque como s¨ªmbolo de unidad nacional, pero la iniciativa fue frenada por organismos de derechos humanos. Su presidencia estaba por acabar, y junto a ella la tolerancia a los indultos y las leyes de prescripci¨®n que beneficiaron a los militares desde finales de los ochenta. En 2004, el presidente N¨¦stor Kirchner firm¨® el desalojo de la Armada, y en los a?os siguientes el predio abri¨® al p¨²blico.
La recuperaci¨®n del espacio, impulsada desde el regreso a la democracia por los organismos de derechos humanos, tom¨® impulso cuando empez¨® el kirchnerismo. Mientras se rehabilitaba la antigua ESMA como museo tras el desalojo de la Armada, los organismos de derechos humanos como Abuelas de Plaza de Mayo o la organizaci¨®n de hijos recuperados se instalaron en el predio. La consonancia entre organizaciones y los Gobiernos de N¨¦stor (2003-2007) y Cristina Kirchner (2007-2015) fue tal que, cuando Mauricio Macri gan¨® las elecciones en 2015, su Gobierno habl¨® de ¡°deskirchnerizar¡± el predio.
La ESMA cambi¨® junto al barrio en el que se ubica. Mientras en N¨²?ez se empezaban a demoler casas para construir edificios con vistas al R¨ªo de La Plata, la antigua Escuela de Mec¨¢nica de la Armada se convert¨ªa en una espacio de memoria que se narra con la voz de los testigos de los cr¨ªmenes que ocurrieron entre sus paredes. Adem¨¢s, se convirti¨® en un espacio vivo, que programa actividades educativas y culturales. En el predio funciona un centro cultural que gestiona uno de los mejores microcines de la ciudad; hay un bar regentado por una cooperativa; exposiciones de arte; deportes; y funcionan las sedes de la Secretar¨ªa de Derechos Humanos y de organismos como Abuelas y Madres de Plaza de Mayo. Algunos d¨ªas de sol, entre sus calles arboladas, se escuchan grupos de j¨®venes ensayando m¨²sica de carnaval.
¡°La memoria es un campo de disputa, la significaci¨®n del pasado siempre est¨¢ en revisi¨®n¡±, se?ala Florencia Larralde Armas, doctora en Ciencias Sociales y autora de un libro sobre el proceso de resignificaci¨®n de la ESMA. Para Larralde Armas, investigadora del Conicet, fue ¡°positiva¡± la multiplicidad de actores que intervinieron en la gesta del espacio de memoria. ¡°Todo lo que sucede ah¨ª est¨¢ muy discutido¡±, cuenta la acad¨¦mica y rechaza que las perspectivas dentro del espacio sean homog¨¦neas. Al contrario, asegura: ¡°Dentro del predio tambi¨¦n se dan disputas por el sentido, como en la sociedad¡±.
El Museo Sitio de Memoria, inaugurado en 2015, se encuentra en uno de los extremos del predio. All¨ª estaban las habitaciones y el comedor de los oficiales. Los detenidos eran ingresados al edificio y conducidos hacia el s¨®tano, donde eran torturados. Muchos de los supervivientes recuerdan la viga baja con la que se chocaban la frente al bajar. Algunos eran llevados despu¨¦s al tercer piso, con los ojos tapados y grilletes en los pies, y permanec¨ªan recluidos en espacios peque?os.
Hoy, las pasarelas de madera en las que se amontonan los visitantes marcan la distancia con el espacio hist¨®rico. No hay objetos, solo los testimonios de los supervivientes proyectados en las paredes. ¡°Hab¨ªa un olor insoportable, olor a sudor acumulado, olor a terror¡±, describi¨® el detenido Alberto Girondo en una audiencia de 2010. ¡°No puedo olvidar el caminar de las ratas por los cuerpos de todos¡±, relat¨® Lidia Cristina Vieyra el mismo a?o. En los muros, tambi¨¦n se conservan nombres, tel¨¦fonos, iniciales, fechas y dibujos escritos por los detenidos.
Los actuales gestores del espacio se proponen que el museo sea un lugar de pensamiento y discusi¨®n. Pero la arque¨®loga Antonela Di Vruno, directora de Relaciones Institucionales del Museo Sitio de Memoria ESMA, marca un l¨ªmite ante los discursos negacionistas que sugieren que el Museo Sitio es un ¡°espacio de desmemoria¡± o ante quienes cuestionan la cercan¨ªa del espacio con el kirchnerismo: ¡°Esto no es nuestro relato: es el relato del Estado nacional a trav¨¦s de la voz de los sobrevivientes, cuyos testimonios fueron comprobados por la justicia¡±, defiende. ¡°Hay sentencias, hay gente que est¨¢ procesada y cumpliendo una condena por esto¡±.
Las gestiones para presentar la candidatura ante la Unesco empezaron en 2015 y en enero del a?o pasado el Gobierno present¨® el expediente de nominaci¨®n. El objetivo era que el edificio que alberg¨® el mayor centro de torturas de la ¨²ltima dictadura argentina fuera reconocido como un espacio que contribuya a la visibilidad internacional del terrorismo de Estado. Argentina propon¨ªa como antecedentes espacios como el campo de exterminio de Auschwitz, en Polonia, o el Memorial de la Paz de Hiroshima.
El anuncio lleg¨® el pasado martes. ¡°Es el s¨ªmbolo m¨¢s prominente del terrorismo estatal¡±, determin¨® la conclusi¨®n del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios, que consider¨® que el espacio tiene ¡°un valor universal excepcional¡± y es representativo de la represi¨®n ilegal ejecutada por las dictaduras de Am¨¦rica Latina en las d¨¦cadas de los setenta y ochenta sobre la base de la desaparici¨®n forzada de personas.
La delegaci¨®n argentina que hab¨ªa viajado a Riad, en Arabia Saud¨ª, se emocion¨® hasta las l¨¢grimas. En un video grabado, el presidente Alberto Fern¨¢ndez, que estaba en Nueva York en un viaje oficial, expres¨® su agradecimiento: ¡°No puedo contarles la tranquilidad que me da que la Escuela de Mec¨¢nica de la Armada sea un sitio de memoria declarado por Unesco para que nadie en Argentina puedan negar ni olvidar el horror que se vivieron all¨ª¡±.
El espacio recibi¨® m¨¢s de 44.440 visitas el a?o pasado y este agosto, el ¨²ltimo mes con registro, tuvo cerca de 230 visitantes por d¨ªa. Los encargados del espacio esperan a mucha m¨¢s gente a partir de ahora. El reto no es solo ese aumento de afluencia. ¡°Una gran mayor¨ªa del p¨²blico naci¨® en democracia. Es un desaf¨ªo poder generar esa empat¨ªa con el lugar¡±, cuenta Di Vruno. Parte de ese camino ya est¨¢ hecho. La mayor¨ªa de las visitas que recibe el espacio memoria son de estudiantes de secundario. ¡°Por ac¨¢ pasan cientos de j¨®venes¡±, dice Di Vruno, ¡°y de unos a?os a ahora se animan a intervenir m¨¢s durante las visitas, hasta haciendo preguntas inc¨®modas, que antes no pasaba¡±.
El antiguo Casino de Oficiales de la Armada es, desde esta semana, el s¨ªmbolo universal del horror de las dictaduras latinoamericanas. Su recuperaci¨®n como espacio de memoria cumplir¨¢ 20 a?os el pr¨®ximo 24 de marzo, y Argentina espera el aniversario en medio de la incertidumbre de unas elecciones marcadas por la derecha radical y el resurgimiento de voces negacionistas. El pa¨ªs ya ha demostrado su compromiso con la memoria hist¨®rica, y la declaraci¨®n es un paso m¨¢s: desde esta semana, la Unesco hace responsable al Estado argentino de la preservaci¨®n del lugar.
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