Argentina elige presidente bajo la amenaza de la ultraderecha
Javier Milei, un negacionista de la dictadura que promete dolarizar la econom¨ªa, encabeza los sondeos frente a opciones m¨¢s moderadas de peronistas y conservadores
Argentina enfrenta las elecciones de resultado m¨¢s incierto desde el regreso a la democracia, hace 40 a?os. La irrupci¨®n de Javier Milei, un candidato que entr¨® por la ventana a la escena pol¨ªtica hace poco m¨¢s de dos a?os, ha trastocado todas las previsiones. Con una agenda que impulsa la dolarizaci¨®n y la reducci¨®n del Estado, negacionista del cambio clim¨¢tico y la dictadura y contrario al aborto legal, Milei encabeza los sondeos de la primera vuelta presidencial que se celebra este domingo. Tiene enfrente al ministro de Econom¨ªa, Sergio Massa, candidato del peronismo en una versi¨®n cada vez m¨¢s alejada del kirchnerismo, la fuerza que domina la pol¨ªtica argentina desde hace dos d¨¦cadas, y a Patricia Bullrich, de Juntos por el Cambio, la alianza que en 2015 llev¨® a Mauricio Macri a la Casa Rosada. La exministra de Seguridad de aquel Gobierno fallido ha perdido la estrella de la opci¨®n de un cambio, valor que le ha arrebatado Milei.
Los argentinos est¨¢n cansados de las crisis econ¨®micas recurrentes y las promesas incumplidas por un Estado con aspiraciones de benefactor que pierde recursos d¨ªa a d¨ªa y cada vez pide m¨¢s y ofrece menos. De ese caldo de cultivo ha salido el votante de Milei, donde abundan j¨®venes, sobre todo varones, convencidos de que vivir¨¢n peor que sus padres. Los seguidores del ultra achacan sus frustraciones al Estado y a sus administradores: los pol¨ªticos. Hacia all¨ª ha apuntado los ca?ones Milei, en un coctel muy efectivo de frases simples que acompa?a con un gran despliegue en redes sociales y una est¨¦tica de campa?a vinculada al rock and roll m¨¢s duro. Cuando un estadio comienza a cantar euf¨®rico ¡°la casta tiene miedo¡± o ¡°dolarizaci¨®n, dolarizaci¨®n¡± sube la adrenalina y queda poco espacio para las sutilezas.
La verba incendiaria de Milei, con llamados a ¡°aniquilar¡± el Estado con una motosierra, ha echado ra¨ªces sobre todo entra las clases baja y media baja. Los enemigos de Milei son la ¡°lacra¡± del kirchnerismo, pero tambi¨¦n la derecha liberal cl¨¢sica, a la que acusa de inepta y tibia. En las elecciones primarias obligatorias de agosto, Milei sum¨® siete millones de votos, el 30% de los emitidos, y qued¨® por delante de Juntos por el Cambio y el peronismo. Si este domingo repite el resultado, pasar¨¢ a la segunda vuelta, agendada para el 19 de noviembre. Si, en cambio, obtiene el 45% o alcanza el 40% con una diferencia de 10 puntos sobre el segundo, ser¨¢ presidente.
Los rivales de Milei tienen poco para ofrecer. Sergio Massa, el elegido por el peronismo gobernante, carga con el lastre de la gesti¨®n econ¨®mica. Sus resultados son catastr¨®ficos. La inflaci¨®n interanual se acerca al 140%, cuatro de cada 10 argentinos son pobres y las reservas del Banco Central est¨¢n en rojo. El descalabro econ¨®mico es tal, que la semana previa a las elecciones muchos comercios cerraron sus puertas por no tener precios de referencia para sus productos. Un acuerdo de ¨²ltima hora con China dio un respiro al Gobierno con el aporte de 6.500 millones de d¨®lares de libre disponibilidad que le permitir¨¢ llegar con la econom¨ªa a flote al menos hasta el 10 de diciembre, cuando asume el nuevo Ejecutivo.
Massa ha hecho campa?a tomando toda la distancia posible del presidente, Alberto Fern¨¢ndez, una figura que se ha hundido en la irrelevancia pol¨ªtica, y de Cristina Kirchner, ausente de la campa?a electoral por voluntad propia. Pese a todas las dificultades, la candidatura de Massa sigue con vida y los sondeos auguran incluso que podr¨ªa pasar a la segunda vuelta. Al final del d¨ªa, tiene detr¨¢s al peronismo, una maquinaria que, aunque en declive, a¨²n mantiene su poder de fuego y a un votante fiel.
La cuesta de Bullrich es m¨¢s empinada. Su alianza, Juntos por el Cambio, no vio venir al tsunami Milei y el segundo puesto que obtuvo en las primarias la sumi¨® en el desconcierto. Los argentinos descontentos con el peronismo en su versi¨®n kirchnerista ya no consideran que el macrismo sea la esperanza de algo nuevo. Macri entreg¨® el Gobierno en 2019 con un 50% de inflaci¨®n y con m¨¢s pobres que cuatro a?os antes. Bullrich, su heredera, estructur¨® su campa?a alrededor de las ideas de seguridad y orden, sin percibir que la profundidad de la crisis econ¨®mica hab¨ªa cambiado las prioridades de los votantes. En ese escenario de incertidumbre lleg¨® Milei con sus promesas de romperlo todo para erigir desde los escombros, aunque no quede claro cu¨¢l es su plan definitivo.
Argentina atraviesa un momento bisagra. La irrupci¨®n de Milei es evidencia de la crisis de un modelo de democracia que se sosten¨ªa sobre el eje peronismo-antiperonismo. El candidato ultra rompe el equilibrio con disparos hacia ambos bandos y se coloca fuera de esa relaci¨®n dial¨¦ctica que, aunque conflictiva, ha garantizado la gobernabilidad durante 40 a?os. La ¨²nica duda que carcome a los electores es la capacidad de gesti¨®n que tendr¨¢, en caso de ganar la presidencia, el reci¨¦n llegado. Sea cual sea el resultado, estar¨¢ en minor¨ªa en las c¨¢maras de diputados y senadores. Su partido no tendr¨¢, adem¨¢s, ni uno solo de los 24 gobernadores que controlan el poder territorial argentino. El lunes se sabr¨¢ tambi¨¦n si el peronista Axel Kicillof logra retener o no el poder en la provincia de Buenos Aires. El mayor distrito electoral del pa¨ªs no prev¨¦ una segunda vuelta y los sondeos son favorables al pol¨ªtico kirchnerista, aunque sea por una m¨ªnima ventaja.
El ¨¦xito encontr¨® desprevenido a Milei, que durante el ¨²ltimo mes ha apurado la construcci¨®n de puentes con el mundo pol¨ªtico y empresarial que no le tiene confianza. Se ha rodeado para ello de pol¨ªticos con historia, muchos de ellos vinculados al menemismo neoliberal de los a?os noventa. La construcci¨®n de lazos no es el punto m¨¢s destacado de un candidato cuyo lema de campa?a es que hay que dinamitarlo todo.
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