La ¡°revoluci¨®n¡± de Milei, m¨¢s conservadora que libertaria
El presidente trabaja convencido de que lidera una gesta y no transigir¨¢, a riesgo de, como decimos en Argentina, ¡°chocar la calesita¡±. Es decir, estropear lo que parec¨ªa irrompible
Dispuesto a redoblar la apuesta cada d¨ªa de su mandato, el presidente Javier Milei lanz¨® a Argentina a una aventura de resultados impredecibles. Firm¨® un decreto ¡°de necesidad y urgencia¡± con el que pretende derogar 360 leyes que acumulan a?os o d¨¦cadas de vigencia. Y este mi¨¦rcoles envi¨® un proyecto de ley al Congreso que titul¨® con grandilocuencia: ¡°Bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos¡±. Pero ni los opositores, ni sus colaboradores, ni los argentinos en general, ni el propio Milei saben qu¨¦ ocurrir¨¢ ahora.
El libertario de cabellera enrevesada, recordemos, lleva apenas 19 d¨ªas en la Casa Rosada. Pero sumi¨® a su gesti¨®n en un v¨¦rtigo que contrasta much¨ªsimo con la parsimonia de su antecesor, Alberto Fern¨¢ndez, tan indolente como irresoluto y, en la pr¨¢ctica, irrelevante. Ni los suyos lo escuchaban cuando hablaba, como s¨ª prestaban atenci¨®n cuando mov¨ªan sus fichas los otros dos socios en la coalici¨®n peronista, Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner y Sergio Massa.
Milei es lo opuesto. Impuls¨® un abanico ampl¨ªsimo de reformas tributarias, econ¨®micas, financieras, laborales, previsionales, sociales, pol¨ªticas, electorales y hasta deportivas durante sus menos de tres semanas en el poder. ?C¨®mo es eso? En el decreto de ¡°necesidad y urgencia¡± dedic¨® todo un cap¨ªtulo a la creaci¨®n de las ¡°sociedades an¨®nimas deportivas¡± que modificar¨ªan de ra¨ªz los clubes de f¨²tbol tal y como los conocemos.
La ¡°revoluci¨®n¡± de Milei, sin embargo, parece por momentos m¨¢s conservadora que libertaria y all¨ª puede radicar el germen de su eventual debacle. Depender¨¢ de sus talentos, capacidades y suerte ¨Cque combinadas, hay que reconocerlo, lo llevaron a la Presidencia-, como tambi¨¦n de c¨®mo reaccionen los partidos pol¨ªticos tradicionales, los tribunales y la sociedad civil, que observa las propuestas entre la ilusi¨®n y la inquietud.
Los ejemplos son elocuentes. En un pa¨ªs que, seg¨²n el propio Milei, viene con un ritmo del 300% de inflaci¨®n anual, el libertario propuso eliminar la actualizaci¨®n autom¨¢tica de las jubilaciones y dejarla supeditada a criterios discrecionales del propio Ejecutivo que se basar¨ªan en la ¡°equidad y sustentabilidad econ¨®mica¡±.
?Otro ejemplo? Milei propuso la libre competencia entre las farmacias o las librer¨ªas de barrio y las grandes cadenas comerciales que, con otras espaldas financieras y otros reg¨ªmenes de costos y promociones, pueden quebrarle el espinazo a esos peque?os comercios que funcionan como poco m¨¢s que miniempresas familiares.
?Otro ejemplo m¨¢s? Milei quiere destrabar las importaciones y pretende que los productores locales compitan con sus rivales del mundo y hasta exporten, pero con una carga impositiva que les impide competir y, para peor, tambi¨¦n quiere imponerles retenciones del 15% a las exportaciones que hasta ahora estaban exentas, como productos de econom¨ªas regionales, y aboga subir del 31% al 33% las retenciones para harinas y aceites.
?Un ¨²ltimo ejemplo? Milei no descarta reimponer el impuesto a las Ganancias que afecta a la clase media argentina a¨²n cuando ¨¦l mismo vot¨® como diputado para derogar ese tributo durante la campa?a presidencial ¨Ces decir, hace apenas semanas-, mientras que al mismo tiempo le pide al Congreso que apruebe un convenio con Luxemburgo que evite la doble imposici¨®n tributaria, lo que beneficiar¨¢ a un pu?ado de grandes compa?¨ªas y empresarios.
La pregunta, ahora, es si el DNU y este megaproyecto de ley superar¨¢n los filtros del Congreso ¨Cdonde Milei s¨®lo cuenta con 38 de 257 diputados y 7 de 72 senadores-, y la revisi¨®n del Poder Judicial, donde acumula planteos de inconstitucionalidad que muchos abogados de renombre ven con fundamento: desde Andr¨¦s Gil Dom¨ªnguez, Daniel Sabsay y Ra¨²l Ferreyra a F¨¦lix Lo?igro, Antonio Mar¨ªa Hern¨¢ndez o Ricardo Gil Lavedra, entre otros.
Tanto o m¨¢s inquietante es, no obstante, si las iniciativas de Milei no consumir¨¢n el cr¨¦dito que le dieron los votantes en el balotaje del 19 de noviembre. Porque el libertario lleg¨® aupado a la promesa de que ir¨ªa contra la ¡°casta pol¨ªtica¡±, en la que cifr¨® las causas de la decadencia argentina, pero al asumir dijo que ¡°casi¡± todo el esfuerzo lo har¨ªa la ¡°casta¡±, despu¨¦s sostuvo que ser¨ªa 60% la casta y 40% la poblaci¨®n, y ahora parece otro cantar.
Mientras le dure ese respaldo popular, no obstante, el presidente invoca que ¨¦l gan¨® la segunda vuelta electoral con el 55% de los votos y que tiene una imagen positiva cercana al 60%, respaldo que fogonea con discursos populistas que buscan acorralar a los l¨ªderes opositores. Los acusa de corruptos por resistirse a apoyar sus iniciativas a libro cerrado. ¡°A esos que les gusta tanto la discusi¨®n y discutir la coma y todo eso es porque est¨¢n buscando coimas¡±, dijo. ¡°Coimas¡±, en Argentina, significa ¡°sobornos¡±.
Milei tambi¨¦n combin¨® las p¨ªldoras m¨¢s agrias de su ofensiva con otras m¨¢s dulces al paladar de un sector del electorado, como sus propuestas para restringir y penalizar las protestas callejeras que bloquean el libre tr¨¢nsito por las calles del pa¨ªs o para cobrarle una matr¨ªcula a los extranjeros que vienen a estudiar en las universidades p¨²blicas argentinas.
En suma, el libertario trabaja convencido de que lidera una gesta y no transigir¨¢, a riesgo de, como decimos en Argentina, ¡°chocar la calesita¡±. Es decir, estropear lo que parec¨ªa irrompible. Pero Milei lo apuesta todo a que la inflaci¨®n baje, la econom¨ªa se enderece y el cuadro se revierta, aunque los primeros meses de 2024 se avizoran complicad¨ªsimos. Debe llegar, como sea, a abril, cuando en teor¨ªa llegar¨ªan los d¨®lares de la cosecha de la soja.
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