C¨®mo leen a Borges las nuevas generaciones
El Festival Borges, que se realiz¨® durante la ¨²ltima semana en Buenos Aires, expuso cambios en la lectura y recepci¨®n del gran escritor argentino
¡°Es como si Borges fuera un abuelo y no un padre literario; y con los abuelos uno no tiene conflicto¡±, suele decir el escritor Pedro Mairal (Buenos Aires, 1970) y deja esbozado un cambio de ¨¦poca en la relaci¨®n entre el gran autor argentino y las ¨²ltimas generaciones de escritores nacionales. Es que tanto la adoraci¨®n y el remedo imposible como la pulsi¨®n parricida, que durante a?os llev¨® a muchos a escribir contra Jorge Luis Borges, parecen haber dado paso a nuevas miradas, desprejuiciadas y con mayor libertad para tomar o descartar a gusto. La pregunta sobre c¨®mo se lee hoy al autor de El Aleph fue uno de los ejes del Festival Borges que se desarroll¨® durante la ¨²ltima semana en Buenos Aires. Y las respuestas ensayadas acaso no habr¨ªan disgustado al escritor que defend¨ªa el placer como ¨²nica raz¨®n v¨¢lida para leer: la lectura, dec¨ªa Borges, ¡°debe ser una de las formas de la felicidad¡±.
En el escritor nacido en 1899 y fallecido en 1986 se conjugan una obra cumbre de la alta cultura y una figura de reconocimiento masivo, casi una celebridad popular, el viejo ciego y sabio que armonizaba la ¡°serena modestia¡± con la iron¨ªa iconoclasta. En esa ambivalencia quiz¨¢ radique parte de la perduraci¨®n de su atractivo. ¡°Por un lado, Borges apabulla, ocupa ese lugar can¨®nico en la literatura argentina, es una de las grandes figuras de la literatura universal. Pero, a la vez, hay algo en ¨¦l que parece muy accesible, a pesar de tener muchas complejidades¡±, observ¨® la escritora Olivia Gallo (Buenos Aires, 1995). ¡°Ten¨ªa una visi¨®n de la literatura muy horizontal, muy pura y juguetona. No se pon¨ªa en el lugar de un escritor serio que hablaba desde arriba, hay algo muy punk en su figura, en correrse de ese lugar al que a la vez pertenec¨ªa.¡±
El Festival Borges es un proyecto cultural independiente y con entrada libre que, en su cuarta edici¨®n, se realiz¨® entre el lunes pasado y este s¨¢bado. Incluy¨® talleres, charlas y recorridas ¡ªalgunas actividades virtuales y otras presenciales¡ª, con la participaci¨®n de acad¨¦micos, investigadores, periodistas, escritores y otros artistas.
¡°La literatura de Borges espera, espera a que llegue el momento en que cada uno y cada una pueda encontrar en Borges qu¨¦ nos habla a nosotros, qu¨¦ cuento s¨ª y qu¨¦ cuento no¡±, caracteriz¨® Yamila B¨ºgn¨¦ (Buenos Aires, 1983), autora de Los l¨ªmites del control y Protocolos naturales, entre otros libros. ¡°La literatura de Borges est¨¢ ah¨ª para que podamos volver, no s¨®lo nosotros como individuos a lo largo de nuestras vidas, sino tambi¨¦n como generaciones: mis padres lo leyeron de un modo, yo lo leo de otro, mi hijo lo leer¨¢ de otra manera. As¨ª se configura tambi¨¦n un cl¨¢sico. Es una obra que espera porque tiene la cualidad para esperar, porque hay algo adentro que no se termina de descifrar. Una cualidad de condensaci¨®n, de agujero negro. Estamos ah¨ª rondando todo el tiempo y nos espera, espera a que lleguemos a comunicarnos de un modo m¨¢s directo con esos textos.¡±
La influencia y las palabras
El interrogante respecto del influjo de Borges y su mitolog¨ªa en la producci¨®n literaria actual fue formulado en el festival por la profesora y periodista Gisela Paggi. ¡°Hay una tensi¨®n entre la gente que escribe y Borges¡±, respondi¨® Sonia Budassi (Bah¨ªa Blanca, 1978). ¡°Borges puede inspirar miedo, temor, pero tambi¨¦n a un escritor joven le hace sentir que existe otro mundo y que se puede formar parte. Muchos escritores han confesado que lo primero que les sal¨ªa escribir eran cuentos imitando el gesto de Borges, los laberintos, las ruinas circulares... Si bien es un escritor erudito, tiene eso que Beatriz Sarlo llama la estrategia de lo menor, de no poner palabras de m¨¢s. En toda su sofisticaci¨®n, Borges es realmente estimulante para cualquiera que quiera escribir¡±. La autora de Animales de compa?¨ªa y Donde nada se detiene destac¨® ¡°las herramientas ret¨®ricas¡± que ofrecen los textos borgianos, su empleo de la met¨¢fora y la prosopopeya, ¡°las figuras contradictorias con las que niega algo afirm¨¢ndolo¡±, presente en t¨ªtulos de relatos como ¡°El impostor inveros¨ªmil Tom Castro¡± o ¡°El atroz redentor Lazarus Morell¡±.
¡°Borges no solo escribe sobre lectura, sino que escribe todo el tiempo sobre escritura. Entonces a la hora de escribir o de acercar herramientas a otros para que escriban, en un taller o una clase, es fundamental¡±, estim¨® Yamila B¨ºgn¨¦. Record¨® que en el ensayo ¡°La poes¨ªa gauchesca¡±, Borges advierte que conocer c¨®mo habla un personaje es conocer al personaje: ¡°Ese es un consejo insoslayable para construir un personaje o un narrador. Si conocemos esa voz, si la internalizamos, el camino de la escritura, que nunca es f¨¢cil, va a tener una gu¨ªa¡±.
Ausencia presente
?Los j¨®venes leen a Borges? Sin datos disponibles, las respuestas compartieron sensaciones y percepciones. Olivia Gallo, autora de Las chicas no lloran y No son vacaciones, cont¨® que, con sus amistades interesadas en la literatura, no suelen hablar de Borges. ¡°No est¨¢ en la conversaci¨®n, tampoco aparece tanto en los talleres literarios. Pero hay algo de su presencia que se cuela por otros lados, quiz¨¢ por otros autores argentinos tocados por su obra. En su momento, Borges fue discutido, criticado, canonizado, hay algo del debate en esos t¨¦rminos que ya est¨¢, ya no se discute y eso puede alejar a un autor y que se lo lea menos. Pero, a la vez, la gente de mi generaci¨®n, creo, no estamos peleados con la idea de leerlo¡±, dijo y record¨® aquella frase de Mairal: ¡°Con los abuelos uno no se pelea, se pelea con los padres¡±.
Como profesora de primer a?o en la universidad, en el ¨¢rea de las ciencias sociales, B¨ºgn¨¦ coment¨® que sus actuales alumnos ¡°por supuesto conocen a Borges, pero pocos lo leyeron. S¨ª leyeron a escritoras como Mariana Enr¨ªquez o a Samanta Schweblin. Tienen otras opciones m¨¢s visibles y m¨¢s cercanas de llegar a la literatura. Ya tendr¨¢n tiempo para llegar a Borges y, si no llegan, tampoco me parece un pecado capital. Hoy quiz¨¢ puede haber grandes lectores que no hayan le¨ªdo a Borges¡±, arriesg¨®, sabiendo, dijo, que iba a arrepentirse.
En los a?os cincuenta y sesenta, cuando aconsejaba a sus estudiantes que no leyeran libros que los aburrieran, Borges suger¨ªa algo parecido sobre el poder latente, en permanente suspenso, de la literatura: ¡°Lean ustedes a Shakespeare. Si Shakespeare les interesa, muy bien. Si Shakespeare les resulta tedioso, d¨¦jenlo. Shakespeare no ha escrito a¨²n para ustedes. Llegar¨¢ un d¨ªa en que Shakespeare ser¨¢ digno de ustedes y ustedes ser¨¢n dignos de Shakespeare. Pero mientras tanto no hay que apresurar las cosas¡±.
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