Los corruptos de Am¨¦rica Latina brindan a la salud de Donald Trump
Aprobada por el Congreso de Estados Unidos en 1977, la FCPA posibilit¨® castigar a las empresas y ejecutivos corruptos, pero tambi¨¦n exponer la impunidad que asola vastas extensiones del mundo.

Donald Trump logr¨® otro imposible: los corruptos del mundo, de todos los credos, naciones e ideolog¨ªas, brindar¨¢n a su salud, unidos, felices y en paz. Porque desde hace una semana, el planeta es m¨¢s corrupto gracias a ¨¦l.
Me explico: el lunes pasado, el presidente de Estados Unidos orden¨® suspender la aplicaci¨®n de la ley que penaliza en Estados Unidos las pr¨¢cticas corruptas cometidas en el extranjero (FCPA, por sus siglas en ingl¨¦s) por empresas y ciudadanos estadounidenses, pero tambi¨¦n por todas las compa?¨ªas e individuos de otros pa¨ªses que cotizan u operan en ese pa¨ªs. Y no solo eso, su Gobierno tambi¨¦n desactivar¨¢ las grandes investigaciones por ¡°cleptocracia¡± contra gobiernos de otros pa¨ªses, como Venezuela o Argentina.
?Motivo? Seg¨²n la Casa Blanca, resulta vital que las empresas estadounidenses puedan competir de igual a igual con sus rivales de otros pa¨ªses ¡ªy, en particular, aunque no lo explicite, de China¡ª, aplicando de ser necesario las pr¨¢cticas que son ¡°habituales entre los competidores internacionales¡±. Es decir, pagando sobornos y repartiendo d¨¢divas.
Notable.
En vez de liderar hacia un mundo mejor, presionando a sus pares del G-7 para reforzar la lucha contra la corrupci¨®n, Trump decidi¨® bajar la vara hasta el lodazal.
El l¨ªder republicano no lo explicit¨® de manera tan cruda, pero cerca estuvo. ¡°Esto va a significar muchos m¨¢s negocios para Estados Unidos¡±, afirm¨®, y dispuso que la secretaria de Justicia, Pamela Bondi, suspenda el avance de las investigaciones en curso basadas en la FCPA hasta que emita nuevas directrices en l¨ªnea con estas pautas.
Sin embargo, la afirmaci¨®n de que las empresas estadounidenses se encuentran en desventaja al competir con sus rivales de otros pa¨ªses es, cuanto menos, ¡°d¨¦bil¡±, al decir del experto en lucha contra la corrupci¨®n Guillermo Jorge, profesor en la Universidad de Nueva York.
Jorge lo ejemplifica con datos. Solo durante 2024, la Comisi¨®n de Valores (SEC) y el Departamento de Justicia multaron a Gunvor (Suiza), Trafigura (Suiza), Adani Group (India), Telef¨®nica Venezolana (subsidiaria de Telef¨®nica Espa?a) y SAP (Alemania), entre otras empresas, como en a?os anteriores sancionaron a Siemens (Alemania, 800 millones de d¨®lares), Alstom (Francia, 772 millones de d¨®lares), BAE (Reino Unido, 400 millones de d¨®lares), Total (Francia, 400 millones de d¨®lares), y Snamprogetti (Holanda/Italia, 350 millones de d¨®lares), entre otras.
La pregunta obvia ahora es qu¨¦ directrices emitir¨¢ Bondi. ?Ordenar¨¢ a los fiscales y al FBI que concentren sus esfuerzos solo en los carteles de la droga y las organizaciones criminales trasnacionales, como deline¨® en un memorando, el 5 de febrero pasado? ?O sumar¨¢ a ese primer objetivo a las empresas extranjeras que cotizan en alguna bolsa de valores de Estados Unidos y se encuentran, por tanto, sujetas a la FCPA? ?Podr¨ªa ocurrir, entonces, una aplicaci¨®n ¡°selectiva¡± de la ley, como temen algunos especialistas?
Todav¨ªa es prematuro, por supuesto, pero los indicios son inquietantes. ¡°Esto puede ser una ¡®carta blanca¡¯ para que las empresas estadounidenses paguen sobornos en Latinoam¨¦rica y en el mundo¡±, lamenta Hugo Wortman Jofr¨¦, presidente de la Fundaci¨®n Poder Ciudadano, que encarna el cap¨ªtulo argentino de Transparencia Internacional. ¡°Esto representa 40 a?os de retroceso en la lucha contra la corrupci¨®n y los corruptos de nuestros pa¨ªses est¨¢n de fiesta¡±.
Aprobada por el Congreso de Estados Unidos en 1977, la FCPA posibilit¨® castigar a las empresas y ejecutivos corruptos, pero tambi¨¦n exponer la impunidad que asola vastas extensiones del mundo. ?Un ejemplo? Solo durante el ¨²ltimo cuarto de siglo, al menos doce multinacionales admitieron en Estados Unidos que pagaron sobornos en Argentina. Desde Siemens a Odebrecht, y de Ralph Lauren a Ferrostaal, pasando por Stryker Corporation, Helmerich & Payne, Ball, Biomet, Dallas Airmotive y Sterycicle, entre otras. De ellas, ?cu¨¢ntas fueron condenadas en Argentina? Cero. Pero al menos ahora sabemos qu¨¦ hicieron y no pueden negarlo, como sol¨ªan.
Durante todos estos a?os, la FCPA tambi¨¦n les ofreci¨® a las empresas una herramienta valios¨ªsima: un escudo protector o, si se quiere, una excusa para esquivar el malhacer cuando un funcionario les exig¨ªa un soborno. Pero ahora que los corruptos saben que las compa?¨ªas estadounidenses no ser¨¢n castigadas, ?habr¨¢ menos o m¨¢s exigencias de dinero?
As¨ª, en su af¨¢n por abrir nuevos negocios para las empresas estadounidenses en desmedro de sus competidoras ¡ªen particular, de China¡ª, Trump abri¨® una compuerta con consecuencias imprevisibles. Mucho depender¨¢ de la fortaleza que muestren la Uni¨®n Europea, la OCDE, los organismos multilaterales y las organizaciones de la sociedad civil para sostener sus pautas y principios en medio del vendaval, y preservar lo que se pueda de la red de prevenci¨®n y contenci¨®n contra la corrupci¨®n global.
Pero aun si eso ocurre, la decisi¨®n de Trump ya le report¨® un beneficio incontestable a los corruptos alrededor del mundo. Dejaron de ser la oveja negra del reba?o o la mosca blanca en la sopa. Con Trump al frente, ahora chapotea con ellos en el barro el pa¨ªs que dec¨ªa ser ¡°la ciudad resplandeciente sobre una colina¡±.
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