Es cocinera de oficio y por vocaci¨®n. Durante m¨¢s de veinticinco a?os ha trabajado en restaurantes de Espa?a y Francia. Autora del libro ¡®Cocina o Barbarie¡¯, prologado por Joan Roca en catal¨¢n y Dabiz Mu?oz en castellano. Actualmente vive en Vilanova de Sau, Osona, donde ha conducido el restaurante de cocina catalana El Ferrer de Tall.
Si el camarero me sirve algo que no he pedido expresamente, lo interpreto como una cortes¨ªa de la casa. Si va a cobr¨¢rmelo, su precio tiene que constar por escrito y tengo que poder no quererlo
En el mercado hay m¨¢s de 70 patentes de licuados vegetales registradas. Para elaborar las principales marcas, sus fabricantes extraen anualmente cerca de 200.000 metros c¨²bicos de agua de los manantiales del Montseny
Siempre me ha parecido curiosa esta costumbre tan extendida de salir de casa con una lista hecha, m¨¢s all¨¢ de los art¨ªculos de fondo de armario y de los productos no perecederos.
Cada ma?ana lleno el cacillo de mi cafetera de moka de rosca de toda la vida, una de esas que hacen ¡®gru-gru¡¯ cuando el caf¨¦ est¨¢ listo, con tres cucharadas de caf¨¦ de supermercado
Trabajar por amor al arte y trabajar por dinero son dos extremos de una misma calle. Uno tiene que saber qui¨¦n es y decidir en qu¨¦ n¨²mero de esa calle quiere plantar la bandera
En la olla en la que guisemos nuestra cena esta noche estar¨¢n nuestros valores, nuestros ideales y nuestra visi¨®n de qui¨¦nes somos. No es banal sentir el abrazo de una madre en el plato de sus lentejas
En mi imaginaci¨®n se alzan, como castillos hinchables gigantescos, los campos de f¨²tbol y los grandes estadios deportivos convertidos en magn¨ªficos campos de nabos regados por aspersores
En nuestra realidad cotidiana hay m¨¢s carne de salm¨®n en filete procesado que salm¨®nidos vivos remontando r¨ªos en Idaho, Alaska, California o Escocia
El de huesos es un fiambre que surgi¨® en las matanzas de cerdo domiciliarias de la comarca del Vall¨¨s Oriental, tierra de mondongueras de pro, donde yo nac¨ª; y solo se elabora y se consume en esa zona
Para una ni?a de clase obrera nacida en los ochenta, Semana Santa significaba irse al pueblo a subirse a los ¨¢rboles, a cazar cangrejos de r¨ªo, a pescar lucios, a mear en cuclillas en un mar de espigas y amapolas, a mascar polvo y a degustar la mona de Pascua con los padrinos