Est¨¦ticas de la asamblea
De los finalistas al Premio Turner a la pr¨®xima Documenta, los colectivos ganan protagonismo en el arte, alej¨¢ndolo del viejo ideal rom¨¢ntico del genio individual
En mayo de 2011, un extraordinario rayo de luz atraves¨® la oscuridad del kil¨®metro cero espa?ol. J¨®venes indignados, artistas, activistas y otros enemigos de la autoridad reclamaron incansablemente la necesidad de pensar de nuevo los principios b¨¢sicos de la pol¨ªtica y la democracia en el mundo. Meses despu¨¦s, la revista Artforum publicaba una lista de las mejores obras de arte de ese a?o firmada por Manuel Borja-Villel. Consciente de la importancia que la contingencia jugaba en esos asuntos, el director del Reina Sof¨ªa hab¨ªa decidido que la m¨¢s significativa deb¨ªa ser el propio 15-M. Tambi¨¦n incluy¨® el Arquivo para uma obra-acontecimento, proyecto de la comisaria Suely Rolnik sobre Lygia Clark y la misi¨®n de catalogar experiencias que solo existen en el momento de su expresi¨®n; Le Havre, la pel¨ªcula de Aki Kaurism?ki, y la muestra del MoMA Picasso: Guitars 1912-1914, que valorizaba la pintura como eficaz construcci¨®n ling¨¹¨ªstica antes que como recurso ¨®ptico.
Aquel inesperado repertorio se convirti¨® r¨¢pidamente en el manifiesto de la suprema gobernanza de la programaci¨®n muse¨ªstica: la celebraci¨®n de la imaginaci¨®n radical y la identidad colectiva en red, de nuevas figuras de identificaci¨®n alejadas del ideal del h¨¦roe y la hero¨ªna rom¨¢nticos. Los que en ese momento se burlaron de aquella provocadora top list tienen ahora sus posaderas bien situadas en los despachos de los museos y programan los ¨²ltimos gritos de los artivistas m¨¢s radicales: el llamado pr¨ºt-¨¤-revolter.
Borja-Villel conoc¨ªa muy bien c¨®mo se hab¨ªa gestado la jarana activista, pues ya trabajaba in mente con una nueva visi¨®n de la cultura revolucionaria de lo com¨²n, donde la autor¨ªa perder¨ªa importancia paulatinamente. A?os atr¨¢s, hab¨ªa amparado en el Macba a los activistas de Las Agencias en talleres realizados en el museo justo antes de la celebraci¨®n de la cumbre del Banco Mundial en Barcelona, dejando libre el camino de colaboraci¨®n entre activismo e instituci¨®n muse¨ªstica. Traspasar la espinada divisoria entre la arrogancia acad¨¦mica y la protesta social ayud¨® a colocar la primera piedra del aprisco mundial en el que hoy se encuentra el activismo dentro del sistema del arte, hasta el punto de que la ¨²ltima Power List de la revista ArtReview ¡ªque, patrocinada por la marca automovil¨ªstica BMW, re¨²ne a las personalidades m¨¢s influyentes del mundo del arte¡ª sit¨²a a Black Lives Matter en la primera posici¨®n, seguido de otro colectivo, los indonesios de Ruangrupa, encargados de conducir la 15? edici¨®n de Documenta, que se celebrar¨¢ en Kassel en 2022. Demostrada su afabilidad y sentido del momento social, el grupo de artistas y comisarios de Jakarta se apresur¨® a anunciar que no juntar¨¢n grandes nombres del arte contempor¨¢neo, sino el trabajo de sus iguales de todos los rincones del mundo, activistas y comunidades comprometidas con su entorno desde cualquier pr¨¢ctica social, y eso inclu¨ªa la sociolog¨ªa, la arquitectura, la medicina, la ingenier¨ªa o la econom¨ªa.
En el listado de ArtReview, el MeToo aparece en cuarta posici¨®n y, unos puestos m¨¢s abajo, los colectivos Forensic Architecture y Feral Atlas, mezclados entre la sant¨ªsima trinidad, blanca, masculina y no tan joven, de Hans Ulrich Obrist, Glenn D. Lowry y Larry Gagosian. En el futuro veremos c¨®mo la potente cuadriga del arte combinar¨¢ el incitante y cada vez menos tenso tir¨®n de estos colectivos con el del comisario estrella, el director del museo ¡°por excelencia¡± y el galerista global.
Los Premios Turner tambi¨¦n han seguido la l¨®gica del pacto dumasiano del ¡°uno para todos y todos para uno¡±. Empezaron en 2019 con la aceptaci¨®n del jurado, a la petici¨®n de los cuatro finalistas (Lawrence Abu Hamdan, ?scar Murillo, Helen Cammock y Tai Shani), de compartir la retribuci¨®n como si funcionaran en colectivo. El a?o pasado, el premio art¨ªstico m¨¢s conocido del mundo se transform¨® en una serie de ¡°becas Turner¡± dotadas con 10.000 libras (11.500 euros) para apoyar a los creadores durante el periodo de la pandemia.
Pr¨¢cticas colaborativas
En la presente edici¨®n, que se fallar¨¢ el 1 de diciembre, los cinco nominados son, por primera vez en la historia del premio, cinco colectivos. Todos ellos trabajan estrechamente con las comunidades del Reino Unido, lo nunca visto en un lauro que se caracterizaba por ir delante, y no detr¨¢s, de los acontecimientos. B.O.S.S., las iniciales de Black Obsidian Sound System, organizan raves, fiestas en clubes y talleres para recaudar fondos destinados al colectivo QTIBPOC (queer, trans, intersexuales, negros y personas de color). El d¨²o londinense Cooking Sections aborda la cuesti¨®n de c¨®mo nuestra dieta puede responder a la emergencia clim¨¢tica. Gentle/Radical crean espacios reales y virtuales para las comunidades galesas, igual que otro de los grupos nominados, Doorstep Revolution, que comparti¨® historias de vecindario durante la pandemia, una inquietud coincidente con las pr¨¢cticas colaborativas del grupo Project Art Works. Finalmente, Array Collective, afincados en Belfast, combinan actuaciones, protestas y exposiciones por medio del humor y el folclore para desafiar la discriminaci¨®n legislativa contra la poblaci¨®n queer y apoyar el movimiento para la despenalizaci¨®n del aborto.
Y ahora la ense?anza: tal vez deseemos ver a todos estos colectivos activistas que se mueven a lo ancho del orbe art¨ªstico como los pr¨®ximos mandamases que decidir¨¢n las pol¨ªticas de los museos y su huella en las mejoras sociales, pero no hay ninguna garant¨ªa de que vaya a ser as¨ª. El mercado y sus malas costumbres no detendr¨¢n la m¨¢quina productiva, pese a que hace una d¨¦cada parec¨ªa que nadie quisiera poner normas de precisi¨®n y pragmatismo al idioma vern¨¢culo de la protesta.
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