La canci¨®n de ¡®Friends¡¯ y las mejores sinton¨ªas de las series
El regreso de la serie no ha tra¨ªdo de vuelta a The Rembrandts, el d¨²o responsable de su archiconocida canci¨®n. Estas son algunas de las composiciones m¨¢s populares para los cr¨¦ditos de las series
Por entonces no era m¨¢s que una serie sobre un grupo de amigos que viv¨ªa en Nueva York. Alguien debi¨® de llamar a otro alguien y ese alguien le dijo que hab¨ªa una banda de lo que por entonces se consideraba power pop, o simple pop rock tirando a soft, que ser¨ªa perfecta para componer una sinton¨ªa para la serie en cuesti¨®n, nada m¨¢s y nada menos que Friends. Corr¨ªa el a?o 1994 y la banda estaba preparando su, por entonces, tercer disco, al que pensaba titular simplemente LP. Nadie ten¨ªa ni la m¨¢s remota idea de que esa serie iba a fundar su propio g¨¦nero ¡ªel de la sit com de colegas, entre cuyas principales mutaciones se cuentan desde Big Bang Theory hasta la m¨¢s evidente C¨®mo conoc¨ª a vuestra madre¡ª ni que aquella canci¨®n se tragar¨ªa, al completo, toda su carrera. Porque s¨ª, The Rembrandts siguen hoy en activo, pero ?alguien recuerda algo que no sea I¡¯ll Be There For You?
I¡¯ll Be There For You segu¨ªa la estela de temas como As Long As We Have Each Other, de B. J. Thomas, el tema de apertura de la sit com familiar Los problemas crecen (1986), es decir, canciones que, de alguna forma, resum¨ªan lo que el espectador iba a ver, en fondo y forma. Las letras hablaban de aquello de lo que iba la serie en cuesti¨®n ¡ªla familia que permanece unida pase lo que pase ¡°mientras se tengan el uno al otro¡±, o el grupo de amigos que siempre ¡°estar¨¢ ah¨ª¡±¡ª, y lo hac¨ªan tambi¨¦n de la forma desenfadada o m¨¢s o menos dram¨¢tica en que la cosa iba a desarrollarse. Carole King reform¨® su Where You Lead, el cl¨¢sico de Tapestry, para cantarlo con su hija Louise Griffin y convertirlo en la sinton¨ªa de Las chicas Gilmore, el primer disparo televisivo de Amy Sherman-Palladino, protagonizado por la encantadoramente parlanchina Lorelai y su hija, la leid¨ªsima Rory.
El car¨¢cter telenovelesco de las series en la d¨¦cada de los noventa ¡ªcon temporadas inacabables y argumentos que eran casi un caj¨®n de sastre en el que todo cab¨ªa: se daba el contexto, un instituto, las playas de Santa M¨®nica, una familia disfuncional¡ª hizo de sus temas de apertura casi himnos. Pensemos en el I¡¯m Always Here, del desconocido hard rocker Jimi Jamison, y lo inevitable que es ver correr a David Hasselhoff en ba?ador por las playas de Malib¨² al escucharlo, liger¨ªsimos de ropa. Por supuesto, las hubo tambi¨¦n instrumentales, y entre estas hab¨ªa las que jugaban ya a escapar de lo establecido ¡ªTwin Peaks, por supuesto, pero tambi¨¦n Doctor en Alaska, Seinfeld¡ª y las que simplemente necesitaban de una intro que las distinguiese y no restase protagonismo al verdadero cebo del asunto, la f¨¢brica de adolescentes perfectos de Aaron Spelling: 90210.
Con la sofisticaci¨®n de las series lleg¨® tambi¨¦n la sofisticaci¨®n de las sinton¨ªas, que de repente eran incluso peque?os tesoros de artistas gigantescos, como Fiona Apple, que compuso y cant¨® a capela el tema ¡ªContainer¡ª con el que se abre The Affair, o la versi¨®n que Elvis Costello hizo de This Year¡¯s Girl para The Deuce; o simplemente se eleg¨ªa un tema enorme, como Way Down In The Hole, de Tom Waits ¡ªversionada por The Blind Boys of Alabama¡ª, para dejar claro que lo que iba a verse a continuaci¨®n, nada menos que The Wire, ten¨ªa mucho de tormentosamente genial. Lo mismo ocurre con el Woke Up This Morning, de Alabama 3, que sirve de arranque a Los Soprano, y que hizo mundialmente famosa a esta banda de acid house de Brixton no del todo conocida. En este caso, la canci¨®n ya exist¨ªa y fue una decisi¨®n de autor ¡ªde showrunner¡ª elegirla.
Alan E. Ball que, recordemos, estuvo en los inicios de esa sofisticaci¨®n ¡ªsuya es A dos metros bajo tierra¡ª, eligi¨® para su True Blood, uno de los primeros shows en apostar por lo fant¨¢stico de esa nueva era de lo plataf¨®rmico, el Bad Things del casi clon de Chris Isaak, Jace Everett, del que nada se sab¨ªa antes ni se ha sabido despu¨¦s, pero que durante los a?os en que se emiti¨® la serie recibi¨® un buen pu?ado de nominaciones a todo tipo de extra?os premios ¡ªincluido el Scream Award a Mejor Canci¨®n del A?o¡ª. No era en ning¨²n caso una ruptura como la que se dio con Big Little Lies, en 2017. La elecci¨®n de la brumosa, mutante y perfecta Cold Little Heart, de Michael Kiwanuka, era m¨¢s que una declaraci¨®n de intenciones. La m¨²sica es tan esencial en el trabajo de Jean-Marc Vall¨¦e como los planos desde el interior del coche, como puede comprobarse tambi¨¦n en Heridas abiertas, por lo que deb¨ªa quedar claro, contundentemente, desde el principio.
A diferencia de la de The Rembrandts, la obra de Kiwanuka no puede ser absorbida por la serie ¡ªpese a lo mucho que la representa¡ª en parte porque las series ya no se han vuelto interminables, y tambi¨¦n, por supuesto, porque la canci¨®n no se pliega por completo a los intereses de la misma, como lo hac¨ªa el tema de The Rembrandts. Ocurre lo mismo, por ejemplo, con la genial I¡¯ll Be Fine, de Clairy Browne and The Bangin¡¯ Rackettes, banda australiana de soul deliciosamente sesentero, que serv¨ªa de apertura a Please Like Me ¡ªserie que innov¨® dedicando cada inicio de cap¨ªtulo a preparar alg¨²n tipo de comida mientras el tambi¨¦n genial Josh Thomas, creador y protagonista, cantaba y bailaba la canci¨®n en cuesti¨®n¡ª. La canci¨®n tiene una vida dentro de la serie, y luego tiene otra fuera, como parte de una compacta obra en marcha.
Dos curiosidades m¨¢s. La primera tiene que ver con la evoluci¨®n de esa idea de la obra en marcha y, sobre todo, de considerar al m¨²sico como parte indispensable de, incluso, la trama. The End of the Fucking World, la portentosa obra de culto del indie grunge de los casi a?os 20 del siglo XXI, no tiene una intro propiamente dicha, pero todo lo que suena lo ha compuesto para la ocasi¨®n Graham Coxon, el exguitarrista de Blur, rendido a un folk decididamente hura?o y dulce a un tiempo, como demuestra Walking All Day. De otra forma, pero en el mismo sentido, apunta la banda sonora de Stranger Things, a cargo de Survie, el d¨²o de Austin, Texas, formado por Kyle Dixon y Michael Stein, que hacen un claro homenaje al cine de los ochenta con esa sinton¨ªa que, para siempre, eso s¨ª, como el famos¨ªsimo I¡¯ll Be There For You, de The Rembrandts, no podr¨¢ evitar sonar a la serie y siendo, a su vez, otra cara, muy distinta, de la misma moneda.
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