Los ojos bien abiertos de Hebe Uhart
La escritora argentina escrib¨ªa de o¨ªdo y ensalzaba la minucia. Tres novelas in¨¦ditas y la edici¨®n integral de sus cr¨®nicas realzan su reconocimiento tard¨ªo
La argentina Hebe Uhart (1936-2018) pasar¨¢ a la historia de la literatura como una de esas autoras que, a pesar de haber empezado a escribir y publicar muy joven, solamente en la edad tard¨ªa recibi¨® la acogida y el reconocimiento que merec¨ªa. Los lectores con curiosidad hacia su escritura pueden encontrar el grueso de su obra en la editorial Adriana Hidalgo, que ha recopilado todos sus cuentos y novelas, y que esta primavera ha publicado en Espa?a la integral de sus cr¨®nicas y tres nuevas novelas in¨¦ditas, recogidas en el volumen titulado El amor es una cosa extra?a.
El peri¨®dico argentino Clar¨ªn la consider¨® en su d¨ªa ¡°una escritora secreta¡±, si bien Uhart es hoy un secreto a voces, quiz¨¢ desde que el escritor Rodolfo Fogwill, compatriota suyo, la calific¨® como la mejor cuentista argentina. Pero a Hebe Uhart los elogios y los cen¨¢culos literarios le ven¨ªan grandes: dedicada a la ense?anza, tanto en escuelas p¨²blicas como en los talleres literarios que organizaba en su propio apartamento del barrio porte?o de Almagro, su perfil bajo le proporcion¨® una gran libertad que se aprecia en su estilo y en sus tem¨¢ticas, as¨ª como en su mirada atenta a minucias y detalles como los r¨®tulos de las tiendas o la decoraci¨®n de las habitaciones de cualquier pensi¨®n modesta.
Para comenzar a trinchar el vasto universo personal de Hebe Uhart, se puede empezar por El amor es una cosa extra?a, que recopila tres novelas cortas in¨¦ditas tituladas Beni, Leonilda y El tren que nos lleva. En ellas est¨¢ presente su universo caracter¨ªstico: el ambiente de las peque?as localidades de distintas regiones de Argentina que ella recrea con particular encanto, el dilema de elegir entre la vida del campo o la de la ciudad (¡°La ciudad es un puro gasto, nom¨¢s gastadero de plata¡±, dice un personaje de Leonilda), o la reproducci¨®n de voces de personajes de diversa procedencia sociocultural, ya sea el portero de un edificio, una migrante de la regi¨®n argentina de El Chaco que se muda a Buenos Aires o la maestra de una escuela rural.
Lo apasionante de la escritura de Uhart es que convierte en aventura literaria cualquier aspecto de la realidad en el que posa su mirada y, especialmente, su fino o¨ªdo. Los objetos y posesiones con los que la gente se vincula en su cotidianidad cobran un protagonismo inusitado en la literatura de Uhart. As¨ª ocurre en el inicio de Beni, donde se describe de este modo la vivienda de la protagonista: ¡°En 1980, Luisa viv¨ªa en un departamento que parec¨ªa una cajita de zapatos. Si alguien entraba, de una ojeada ve¨ªa toda la casa, incluso el ba?o. Era un departamento tan chico y tan simp¨¢tico, que las visitas de mayor confianza tend¨ªan a usar todas las instalaciones para ver si no eran de juguete.¡±
Los elogios le ven¨ªan grandes. Su perfil bajo le proporcion¨® una libertad que se aprecia en su estilo y en sus tem¨¢ticas
El escritor Eduardo Muslip, antiguo alumno y amigo cercano de la autora, que junto a P¨ªa Bouzas ha recopilado y editado estas tres novelas, anuncia que hay m¨¢s textos in¨¦ditos en preparaci¨®n, si bien Uhart no dej¨® instrucciones espec¨ªficas acerca del destino de su archivo, hoy en la Biblioteca Nacional de Argentina: ¡°La imagen de escritora que ella defend¨ªa era la de alguien que se defin¨ªa por su propia pr¨¢ctica de escritura y no tanto por la creaci¨®n de una idea de autora preocupada por ir armando unas obras completas.¡± Por todo esto, el adjetivo ¨¦pico estar¨ªa en las ant¨ªpodas del universo de Hebe Uhart, mucho m¨¢s cercano al de Georges Perec y a su gusto por lo que ¨¦l consideraba ¡°infraordinario¡± ¡ªlo trivial, la minucia, el ruido de fondo¡ª, si bien entre las influencias de la autora argentina se encuentran principalmente otros nombres como los de Felisberto Hern¨¢ndez, Julio Ram¨®n Ribeyro o Flannery O¡¯Connor.
En su faceta como cronista de viajes, Uhart dej¨® cinco libros, reunidos ahora junto a varios textos in¨¦ditos en el volumen Cr¨®nicas completas, prologado por Mariana Enr¨ªquez. Leer cualquiera de sus narraciones sobre viajes es un modo insuperable de iniciarse en la geograf¨ªa y cotidianidad de la Argentina rural, de esos peque?os pueblos donde apenas pasa nada ¡ªcosa que para Uhart no es en absoluto un inconveniente¡ª y donde la vida transcurre entre la tienda de alimentaci¨®n, la escuela y la plaza central. En estas cr¨®nicas, y tambi¨¦n en las que dedica a otras ciudades de Am¨¦rica Latina como Asunci¨®n o Quito, Uhart despliega su reconocible humor deslenguado, que sorprende doblemente por la aparente ingenuidad de su tono: ¡°Las chicas estaban pintadas, pero en vez de parecer la pintura expresi¨®n de coqueter¨ªa, luc¨ªan como si las fueran a meter en una urna funeraria¡±, leemos en la cr¨®nica Un viaje desusado.
Cualquiera de estos textos es una excusa para que la autora ponga a trabajar su particular agudeza auditiva en lo relativo a las variantes del castellano, a sus acentos, neologismos y peculiaridades sint¨¢cticas. ¡°Es m¨¢s importante el tono, el ¡®c¨®mo lo dicen¡¯, que lo que dicen. En ese ¡®c¨®mo¡¯ se ve al personaje¡±. Esta afirmaci¨®n y otros consejos relacionados con la escritura aparecen en el libro Las clases de Hebe Uhart, de Liliana Villanueva, antigua alumna de los talleres de la autora.
Los universos de Hebe Uhart no solo est¨¢n poblados por gente de clase media o trabajadora, sino tambi¨¦n por animales, por cuyo comportamiento sent¨ªa una enorme curiosidad rayana en la fascinaci¨®n. De hecho, uno de los libros recogidos en sus Cr¨®nicas completas ¡ªel titulado Animales¡ª lo protagonizan distintos tipos de p¨¢jaros y simios, cuyas acciones son el motor de la narraci¨®n. Uhart nunca cesaba de mirar y escuchar con fines literarios, por eso advirti¨® a sus alumnos, acerca de los peligros de acomodarse en exceso al escribir: ¡°Si uno vive siempre en una misma clase y no sale de ah¨ª, no tiene m¨¢s que h¨¢bitos de clase y pierde la riqueza en la mirada desde distintos ¨¢ngulos, lo que da solvencia al escribir. Hay que tratar de pensar un poco ¡®frangollando¡¯, pensar con mezclas¡±.
Hoy seguimos ley¨¦ndola, o abordamos su obra por primera vez, cautivados por ese tono y esa libertad inconfundibles que caracterizan su literatura.
'Cr¨®nicas completas'
'El amor es una cosa extra?a'
Las clases de Hebe Uhart
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