M¨²sica perfecta desde la p¨¦rfida Albi¨®n
Ninguna naci¨®n es intachable, pero algunas inspiran canciones redondas, como las que recoge esta lista de reproducci¨®n
Hablar de tu pa¨ªs en una canci¨®n es un deporte de riesgo. Si no, que se lo digan a Los Nikis, que en los ochenta escribieron un tema titulado El Imperio Contraataca, una aproximaci¨®n ingeniosa e ir¨®nica a lo espa?ol, y casi cuatro d¨¦cadas despu¨¦s a¨²n hay gente que cree que aquello era un arrebato nacionalista y de nostalgia imperial. Bueno, casi franquista. Los Nikis son fachas y tal. Si hay una naci¨®n que ha masterizado el arte de escribir sobre s¨ª misma esa es la inglesa, donde el pop ha encontrado en el ser y sentir de una naci¨®n una inabarcable fuente de inspiraci¨®n. Para una tierra tan orgullosa de su pasado, de su idiosincrasia y de d¨®nde decidieron colocar el volante en los coches, la verdad es que resulta m¨¢s f¨¢cil hallar temas que hablen de los aspectos menos agradables de la vida en Inglaterra, de las complicaciones de ser ingl¨¦s, del maldito clima o incluso del dudoso comportamiento de un ingl¨¦s de vacaciones en alguna isla mediterr¨¢nea, que soflamas patri¨®ticas. Se intent¨® hacer un festival musical de apoyo al Brexit. Uno de los cabezas de cartel era un imitador de Elvis.
Esta lista contiene 22 temas que hablan de formas muy distintas, pero siempre interesantes, del hecho de ser ingl¨¦s. Morrissey, antes de convertirse en un fantoche, lanz¨® en 1986, cuando lideraba The Smiths, Panic, un corte que habla de caos en las calles y tambi¨¦n de lo muy en serio que los ingleses se toman esto del pop. Es el ¨²nico tema de la lista en que aparecen nombradas ciudades escocesas o irlandesas. Una licencia para empezar. Por su parte, Billy Bragg, un verdadero estudioso de Inglaterra y abogado de un nacionalismo ingl¨¦s dentro de Reino Unido que huya de las connotaciones negativas y fascistoides que siempre ha tenido, se r¨ªe un poco de aquellas ideas que tienen los Estados a veces de reinventarse. No quiere una nueva Inglaterra, no es tan ambicioso, solo quiere una novia. M¨¢s circunspecto, Robert Wyatt habla de reconversi¨®n industrial y de la guerra de las Malvinas en la maravillosa Shipbuilding. Le sigue The Streets con Fit but you know it, que ser¨ªa el equivalente musical a una pandilla de se?ores pelirrojos quemados por el sol haciendo balconing en cualquier isla balear. Solo en este arranque de esta lista hay solipsismo, iron¨ªa, melancol¨ªa y caos. Inglaterra.
Las tem¨¢ticas se van repitiendo con diferentes matices. La nostalgia de The Kinks en Waterloo sunset. La violencia de extrema derecha en un and¨¦n de metro hacia un se?or que le lleva curry y un vino barato a su mujer para la cena de The Jam, en Down in the tube station at midnight. La relaci¨®n tan especial y dram¨¢tica que mantienen los de la isla con los domingos en el Sunday Sunday, de Blur. El racismo y la violencia en ciudades de provincias en el Ghost town de Specials. La defensa de la sanidad p¨²blica en el nhs de Slowthai. La iron¨ªa autolesiva hasta casi dolerte a ti que no has comido nunca salchichas con pur¨¦ en cualquier localidad de Essex que destila esa joya que es England made me, de Black Box Recorder. La revisi¨®n agresiva y creativa de todo lo ingl¨¦s sin mentarlo de Mark Stewart en Jerusalem. El clima y lo raro que a uno le pone tanta lluvia en Can¡¯t be sure, de The Pastels. La monarqu¨ªa, los Sex Pistols, God save the queen. Y ya estar¨ªa todo dicho.
El pasado mi¨¦rcoles, Raheem Sterling, jugador de la selecci¨®n inglesa de f¨²tbol cay¨® en el ¨¢rea al sentir un leve contacto de un defensa en la semifinal de la Eurocopa que enfrentaba a Inglaterra con Dinamarca. El domingo, el conjunto de los tres leones se enfrenta en la final del torneo a Italia. Toda Europa va con Italia. Aqu¨ª hemos incluido dos himnos futboleros, el World in motion de New Order, tema oficial del combinado ingl¨¦s en el mundial de Italia 90, y Three lions, el corte de Baddiel, Skinner & Lightning Seeds, escrito para la Eurocopa de 1996, celebrada en suelo brit¨¢nico.
La lista termina con A day in the life, de Beatles. Porque ninguna naci¨®n es perfecta, pero algunas inspiran canciones perfectas.
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