A ritmo de tarantela, la danza m¨¢s estival
De Rossini a Daniele Sepe, pasando por Roberto Murolo, John Corigliano o Canzionere Grecanico Salentino, un repaso por la danza popular que se us¨® como remedio para combatir las picaduras de una ara?a
¡°Mamma mia, mamma mia, en medio del mar bailaremos mientras en el cielo brilla una estrella y luce la luna¡±. ?Ojal¨¢! La Danza de Rossini, que forma parte de sus Soir¨¦es musicales, fue uno de los ¨¦xitos de su tiempo y a¨²n hoy es una tonadilla muy popular. Lleva el ritmo de la tarantela, la danza en 6/8, 12/8 o 4/4 que se supon¨ªa curaba la picadura de una venenosa ara?a natural del sur de Italia. El temido tarantismo era m¨¢s com¨²n en los meses de verano, y tra¨ªa consigo depresi¨®n, melancol¨ªa, catatonia y dolores por todo el cuerpo. Se trataba con m¨²sica: al sujeto envenenado se lo hac¨ªa bailar a unos ritmos fren¨¦ticos, que interpretaban los del pueblo con sus panderetas, violines, casta?uelas, acordeones y arm¨®nicas. El enfermo ten¨ªa libertad para aullar adem¨¢s de brincar, hasta que el veneno se expulsaba del cuerpo en virtud del retumbe desenfrenado.
Ottorino Respighi recuper¨® la tarantela de Rossini para su ballet La Boutique fantasque, una historia de amor entre bailarines de canc¨¢n en una tienda de juguetes que estren¨® Diaghilev en el teatro Alhambra de Londres en 1919; Fr¨¦d¨¦ric Chopin se inspir¨® en la misma pieza para su Tarantella op. 43 en La bemol mayor. No es raro encontrar aires tarantelescos en composiciones para escena o en piezas de piano, como en las Gazebo Dances de John Corigliano.
Quiz¨¢ las ara?as no sigan picando como acostumbraban desde la Edad Media hasta el siglo XIX, y la depresi¨®n estival tenga en nuestros tiempos otros or¨ªgenes, pero la tarantela sigue interpret¨¢ndose en las regiones de Apulia, Basilicata, Calabria, los Abruzos, Molise, Campania y Sicilia (los que los del Norte llaman ¡°terroni¡±). En la fastuosa boda de Connie Corleone, en El Padrino, los emigrados sicilianos se acuerdan de su isla a ritmo de tarantela. La fadista Amalia Rodrigues, en su disco de versiones italianas A una terra che amo, incluy¨® una c¨¦lebre tarantela (¡°Vamos a la costa a ver c¨®mo sale la luna llena¡±) tambi¨¦n famosamente interpretada por Roberto Murolo, el emperador de la canci¨®n napolitana.
Los temas de la tarantela son los propios de las canciones populares. Las letras suelen ser autorreferenciales y hablan de noches de luna, de raptos de amor, de pescadores y personajes populares y hacen una invitaci¨®n permanente a unirse al baile. A pesar del ritmo danzante, y como se trata de una tradici¨®n que se?ala las cosas del mundo, a veces aparece una nota amarga, el lamento por la dureza y los desenga?os de la vida.
Entre los numerosos grupos que interpretan tarantelas hay formaciones musicales que investigan en los fondos del folclore y que han recuperado piezas antiguas para su repertorio, muchas veces mezclados con ritmos e instrumentos a¨²n m¨¢s meridionales, como hace el grupo Tamburi del Vesuvio, de Nando Citarella, o que, con planteamientos de m¨²sica culta, conectan la tarantela con las tradiciones renacentistas y barrocas, como hace el grupo L¡¯Arpegiatta en la emocionante versi¨®n de la Tarantella del Gargano que cierra esta lista: ¡°?C¨®mo debo hacer para amar a esta mujer? / De rosas debo hacer un bello jard¨ªn, / un bello jard¨ªn alrededor para que caiga enamorada, / de piedras preciosas y de oro fino / y en el centro pondr¨¦ una hermosa fuente / de la que mane el agua, / e la que mane el agua. / Encima pondr¨¦ un p¨¢jaro. / Un p¨¢jaro cantor / cantaba y reposaba / y dec¨ªa: Bella / por ti me he transformado en p¨¢jaro / para dormir a tu lado, bella mujer. / Me han hecho enamorarme / tu caminar y tus palabras. / Si t¨², bella, no te hubieses ido / no me habr¨ªa enamorado. / Ah, ?qu¨¦ quiere este tormento de m¨ª? / Tu madre lo sabe y quiero dec¨ªrtelo a ti tambi¨¦n¡±. Feliz verano.
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