Las letras libres de los nietos de la revoluci¨®n

¡°Sobre el ata¨²d de mi grand?father / hay flores nacionales / ese hombre luch¨® en una guerra / hace m¨¢s de sesenta a?os¡±, dice un poema de la escritora cubana Legna Rodr¨ªguez Iglesias, titulado ¡®Tregua fecunda¡¯ y dedicado a su abuelo revolucionario. ¡°?Qu¨¦ esperaba mi grandfather de m¨ª?¡±, le pregunta ante la tumba, ¡°ya escrib¨ª cosas, grandfather / y esa es la mejor revoluci¨®n que har¨¦¡±. Rodr¨ªguez Iglesias (Camag¨¹ey, 1984), autora de libros como Mi novia preferida fue un bulldog franc¨¦s y Miami Century Fox, es una entre un pu?ado de nietos desilusionados de la revoluci¨®n que intentan transformar el panorama literario de la isla m¨¢s all¨¢ de esa fractura familiar. ¡°Ustedes creen que no existe / aquello que nosotros creemos que s¨ª existe¡±, dice Rodr¨ªguez en ¡®Chicle (ahora es cuando)¡¯, ¡°porque ustedes creen que no puede ser / aquello que nosotros creemos que s¨ª puede ser¡±.

Estos escritores, nacidos en los a?os ochenta, tienen novelas o poemas que reformulan los conceptos mismos del exilio o de la revoluci¨®n con su literatura, e introducen all¨ª debates globales como el feminismo, el medio ambiente y, sobre todo, el enorme poder de internet, que viene quebrando poco a poco el curado discurso oficial dentro de la isla. Las recientes protestas fueron evidencia de ese quiebre que desde hace un tiempo vienen tallando los escritores cubanos.

¡°Se trata de una literatura que cuenta historias futuristas, tecnol¨®gicas, globales o personales porque se produce desde nuevas comunidades conectadas e intercambiables, que ya no se piensan como aisladas o excepcionales¡±, ha escrito el historiador cubano Rafael Rojas. ¡°Parece ser una literatura que busca colocar en el detr¨¢s de su temporalidad conceptos b¨¢sicos de la vida cultural y pol¨ªtica del ¨²ltimo tramo del siglo XX cubano como revoluci¨®n, socialismo o transici¨®n. Es otro pa¨ªs el que narra esta literatura porque es otro el pa¨ªs que la produce¡±.

Este a?o la revista brit¨¢nica Granta promov¨ªa a tres de esas j¨®venes promesas en su lista de los 25 mejores autores latinoamericanos menores de 35 a?os y que ilustran bien esta transformaci¨®n: Carlos Manuel ?lvarez (Matanzas, 1989), Dainerys Machado Vento (La Habana, 1986), y Eudris Planche Sav¨®n (Guant¨¢namo, 1985). ¡°Me tienen bloqueada en Instagram¡±, dice la protagonista de un cuento escrito por Machado, en el que una mujer narra conversaciones con la di¨¢spora cubana en Miami utilizando hashtags (#elcomunistam¨¢sgrandedeMiami cuando habla de un dem¨®crata en Florida).

Una prosa digital que le hace eco al escritor Osdany Morales (Nueva Paz, 1981) en El pasado es un pueblo solitario, donde cada poema era titulado con las preguntas que hacen logaritmos para recuperar una contrase?a del e-mail. ¡®?Cu¨¢l era el n¨²mero de placa del auto de su padre?¡¯, se titula uno. ¡°Creo que lo que exasperaba a mi padre era que yo asignara a cada una de las piezas de su mundo otro significado¡±, responde el final del poema, con su propia fractura familiar.

Carlos Manuel ?lvarez, tambi¨¦n hijo de internet y director de la revista literaria cubana El Estornudo, public¨® este a?o un libro sobre el exilio, Falsa guerra, con un ¨¢ngulo muy distinto a lo que hubiera hecho una escritora como Zo¨¦ Vald¨¦s d¨¦cadas antes: menos nost¨¢lgico y con una visi¨®n m¨¢s global que patriota. ¡°Hoy no es lo mismo que en los a?os sesenta o en los setenta. Sales del socialismo real y ya no caes en el mundo estructurado de la Guerra Fr¨ªa, sino en el mundo neoliberal¡±, dijo recientemente a El PA?S. ¡°Hay mucha gente de mi generaci¨®n que ya no est¨¢ pagando estos peajes ni estas deudas sentimentales a conceptos como patria, pa¨ªs o casa. T¨² no estableces una pertenencia con el lugar del que vienes. Mi generaci¨®n trabaja desde los 15 a?os para irse de Cuba¡±. Poetas como Jamila Medina (Holgu¨ªn, 1981), Yenys Laura Prieto Velasco (Sancti Spiritus, 1989) o Yanelys Encinosa Cabrera (Bejucal, 1983) tambi¨¦n traen nuevas perspectivas frescas a los procesos que vive su isla con respecto a otras ciudades, baj¨¢ndose de la excepcionalidad cubana. ¡°Cualquier isla puede ser un universo¡± y ¡°cualquier universo puede ser una isla¡±, escribe Encinosa Cabrera en Alguna definici¨®n muchas veces repetida.

El desencanto con la revoluci¨®n ya se hab¨ªa vuelto protagonista con escritores nacidos en los setenta, con escritoras como Ena Luc¨ªa Portela (Cien botellas) o Wendy Guerra (Todos se van). ¡°Nacer en Cuba ha sido mimetizarme en esa ausencia del mundo al que nos sometemos¡±, dice la protagonista de Guerra en Todos se van. ¡°No he aprendido a usar una tarjeta de cr¨¦dito, no me contestan los cajeros. Un cambio de avi¨®n de pa¨ªs en pa¨ªs puede descontrolarme, dislocarme, dejarme sin aliento. Afuera me siento en peligro, adentro me siento confortablemente presa.¡± Una protagonista a¨²n lejana al mundo digital.

¡°Es otro pa¨ªs el que narra esta literatura porque es otro pa¨ªs el que la produce¡±, afirma Rafael Rojas

Jorge Enrique Lage (La Habana, 1979) en ese sentido podr¨ªa considerarse un pionero de lo que vendr¨ªa con los nacidos en los ochenta. En 2012, el autor public¨® una famosa novela dist¨®pica llamada Carbono 14, en la que una ni?a aterriza en una Habana futurista despu¨¦s de ser expulsada de un pa¨ªs llamado Cuba. Cuando alguien le pregunta c¨®mo era Cuba, ella habla ¡°de algo parecido a una secta, de ¨ªdolos muertos, de profec¨ªas. De signos que aparecen por todas partes, de un refugio artificial¡±. Un libro de ciencia ficci¨®n intentando imaginar un futuro posrevolucionario, m¨¢s digital y que quiebra con las profec¨ªas revolucionarias de los abuelos. Un futuro que quiz¨¢s a¨²n no llega del todo a la isla, pero s¨ª a la imaginaci¨®n de cualquier lector y escritor con banda ancha.

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