Colombia, m¨¢s grande que Macondo
Opacada durante d¨¦cadas por la brillante figura de Garc¨ªa M¨¢rquez, la literatura colombiana vive un momento dorado fruto del reconocimiento de su enorme diversidad geogr¨¢fica, ling¨¹¨ªstica y ¨¦tnica
El editor, escritor y librero ?lvaro Castillo Granada lleva 33 a?os al frente de San Librario, en Bogot¨¢, una librer¨ªa de viejo que ocupa un espacio reducid¨ªsimo con miles de libros forrando las paredes y creando columnas imposibles hasta el techo. Castillo resume el momento actual de la literatura colombiana como ¡°un archipi¨¦lago gigantesco de autores en el que uno puede ir, como de isla en isla, saltando¡±. Sin modas, ni escuelas. Como un totum revolutum ¡°fascinante¡±, en el que varias generaciones coexisten, se han encontrado y se leen entre s¨ª.
J¨®venes que releen y rescatan a escritor...
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El editor, escritor y librero ?lvaro Castillo Granada lleva 33 a?os al frente de San Librario, en Bogot¨¢, una librer¨ªa de viejo que ocupa un espacio reducid¨ªsimo con miles de libros forrando las paredes y creando columnas imposibles hasta el techo. Castillo resume el momento actual de la literatura colombiana como ¡°un archipi¨¦lago gigantesco de autores en el que uno puede ir, como de isla en isla, saltando¡±. Sin modas, ni escuelas. Como un totum revolutum ¡°fascinante¡±, en el que varias generaciones coexisten, se han encontrado y se leen entre s¨ª.
J¨®venes que releen y rescatan a escritores en una necesidad de entender una naci¨®n marcada por diferencias territoriales y una guerra de m¨¢s de 50 a?os. Un pa¨ªs en el que varias literaturas, con caracter¨ªsticas propias, construyen una sola. La del Atl¨¢ntico, la del Pac¨ªfico, en plena efervescencia. Reviven autores como los afroamericanos Manuel Zapata Olivella, con su obra Chang¨®, el gran putas (1983) o En Chim¨¢ nace un santo, editado en Espa?a por primera vez en 1964 y reeditado en 2018 por el Ministerio de Cultura colombiano. Aparecen desde la sombra mujeres como Elisa M¨²jica o Helena Ara¨²jo. Sobre la primera, Pilar Quintana, uno de los mayores exponentes de la literatura colombiana actual, se preguntaba en un art¨ªculo en 2019: ?Por qu¨¦ nadie me habl¨® de Elisa M¨²jica?
Algo parece haber brotado de la tierra. El acuerdo de paz con las FARC en 2016 abri¨® el deseo de repensar una naci¨®n que hab¨ªa sufrido una guerra soterrada. De esa cicatriz profunda han surgido y surgen centenares de t¨ªtulos que siguen dando cuerpo a la literatura colombiana.
En 2019, ¨²ltima fecha de la que hay datos, en Colombia se editaron 17.075 t¨ªtulos, de los que se imprimieron 32,9 millones de ejemplares, seg¨²n los datos de la C¨¢mara Colombiana del Libro. El negocio mueve un volumen de 177 millones de euros. El 73% de los libros hechos aqu¨ª se venden en Colombia, mientras que el 10% lo hace fuera. Ese es el deber de la industria, exportar m¨¢s y mejor a un n¨²mero creciente de autores. El director de la editorial de la Universidad Javeriana, Nicol¨¢s Morales Thomas, ha analizado que los autores colombianos m¨¢s traducidos y editados en el extranjero son Garc¨ªa M¨¢rquez, Juan Gabriel V¨¢squez, H¨¦c?tor Abad Faciolince, Melba Escobar, Santiago Gamboa, Pilar Quintana, Jorge Franco, Laura Restrepo y Evelio Rosero.
La editora Pilar Reyes ve la literatura colombiana de hoy como ¡°una de las m¨¢s din¨¢micas en lengua espa?ola, con escritores de distintas generaciones produciendo, publicando, interesando a los lectores y despertando la atenci¨®n de lectores en otras lenguas¡±. Pone como ejemplo el fen¨®meno de Pilar Quintana, premio Alfaguara 2020, uno de los galardones recientes que mejor se han vendido en traducci¨®n.
V¨¢squez, considerado el escritor m¨¢s prestigioso del momento, habla as¨ª de la literatura de su pa¨ªs: ¡°A m¨ª me interesa la literatura que no se encierra, que sale en busca del mundo para tratar de iluminarlo, y en eso la literatura colombiana es poderos¨ªsima: es decir, ha estado a la altura del l¨ªo incomprensible que es este pa¨ªs. Particularmente ahora, cuando se hacen mil esfuerzos desde el poder para maquillar o desconocer la historia reciente, los escritores colombianos han asumido el reto de contar lo que incomoda o lo que duele. Pueden ser las heridas p¨²blicas, como en Pablo Montoya o Ricardo Silva, o las heridas m¨¢s ¨ªntimas de Piedad Bonnett, Sara Jaramillo o Pilar Quintana. En esta literatura est¨¢ el pa¨ªs y lo que el pa¨ªs nos hace. Es lo que yo intento hacer en mis libros, por supuesto. La ficci¨®n es, para m¨ª, una forma de entender lo que no puede entenderse de otra forma¡±.
Era pos-Gabo
Siete a?os despu¨¦s de su muerte, no hay conversaci¨®n sobre literatura que escape a la figura de Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez. El periodista Mario Jursich explica que con Gabo es como la relaci¨®n que uno tiene con su padre o su abuelo. ¡°A los que le toc¨® de pap¨¢, lo pasaron mal¡±, dice. Pero ya hay una generaci¨®n que puede escribir libremente, sin necesidad de confrontarlo.
Hay ejemplos como el escritor H¨¦ctor Rojas ¡ªRespirando el verano (1962), Celia se pudre (1985)¡ª, fallecido en 2002, coet¨¢neo al autor de Cien a?os de soledad, que ¡°vivi¨® permanentemente envenenado a la sombra de Garc¨ªa M¨¢rquez¡±, cuenta Jursich. Pasado son tambi¨¦n los a?os setenta y ochenta, en los que hubo un bum de imitadores mediocres. Hoy, autores como V¨¢squez son capaces de dialogar con la literatura de Gabo sin la presi¨®n de competir con el maestro.
Pac¨ªfico
La regi¨®n m¨¢s olvidada, la menos escuchada y la m¨¢s golpeada por la violencia de la guerra alza la voz en los ¨²ltimos a?os para marcar el ritmo de la creaci¨®n colombiana. La literatura se suma as¨ª a una efervescencia cultural que ven¨ªa marcando la m¨²sica de la regi¨®n desde hace por lo menos 15 a?os. Escritores como Pilar Quintana en La perra o Tom¨¢s Gonz¨¢lez, autor de El fin del Oc¨¦ano Pac¨ªfico, descubren un mundo casi desconocido que ya hab¨ªan retratado autores descatalogados como Arnoldo Palacios en Las estrellas son negras (1949), reeditado en 2010.
La cr¨®nica
En un pa¨ªs con tantas historias no es de extra?ar que existan grandes notarios de la realidad. La Fundaci¨®n Gabo de Periodismo ha sido una de las culpables de que la cr¨®nica, desde Cartagena de Indias, haya implosionado en todo el continente. ¡°El de Alberto Salcedo Ramos es un nombre imprescindible¡±, recomienda Jaramillo Agudelo. Suyos son libros de colecciones de cr¨®nicas como Viaje al Macondo real o la historia de un boxeador escurridizo en El oro y la oscuridad. El cronista est¨¢ a la espera de juicio por dos delitos de violencia sexual contra mujeres (¨¦l niega los cargos). De esa misma generaci¨®n es Juan Jos¨¦ Hoyos, tambi¨¦n novelista y ensayista. Hoyos escribi¨® un reportaje sobre su visita a la hacienda N¨¢poles, cuando todav¨ªa no se conoc¨ªa el historial criminal de Pablo Escobar, que es ya historia del periodismo colombiano.
La guerra civil soterrada que ha vivido el pa¨ªs en el ¨²ltimo medio siglo ha sido plasmada con maestr¨ªa por Germ¨¢n Castro Caycedo, fallecido recientemente. En ese g¨¦nero, Juan Miguel ?lvarez escribi¨® sobre el dolor de las v¨ªctimas del conflicto en Verde tierra calcinada. La periodista Diana L¨®pez Zuleta ha escrito Lo que no borr¨® el desierto, la investigaci¨®n del asesinato de su padre.
Este a?o llam¨® la atenci¨®n el nombre de Sorayda Peguero, dominicana, colombiana de adopci¨®n, que ahora vive en Espa?a. Acaba de publicar una recopilaci¨®n de cr¨®nicas m¨ªnimas, Por aqu¨ª pas¨® una luci¨¦rnaga. En este apartado se puede incluir a Juan Esteban Consta¨ªn, un autor muy original y dif¨ªcil de definir. Ha escrito la biograf¨ªa titulada ?lvaro, sobre ?lvaro G¨®mez, un pol¨ªtico conservador colombiano que fue asesinado. Ana Cristina Restrepo Jim¨¦nez ha hecho lo propio con el magistrado Carlos Gaviria en El hereje, un repaso a la vida de este personaje relevante de la izquierda colombiana. M¨¢s apegado al g¨¦nero est¨¢ Felipe Restrepo Pombo, un observador y retratista de celebridades que ha reunido sus cr¨®nicas en el t¨ªtulo Perfiles anfibios.
Pa¨ªs de poetas
Si alguien entra a un caf¨¦ colombiano y grita en alto que busca a un poeta, medio local se girar¨¢ d¨¢ndose por aludido. El chiste se le atribuye a Elkin Restrepo, un autor de Medell¨ªn. Como hay tantos, que es b¨¢sicamente el p¨²blico que compra ese g¨¦nero, las ventas no son tan bajas. Poemas de amor, de Dar¨ªo Jaramillo Agudelo, va por su decimoquinta edici¨®n. Autores fallecidos destacan dos: Mar¨ªa Mercedes Carranza y Ra¨²l G¨®mez Jattin.
Entre los vivos llama la atenci¨®n un cartagenero, R¨®mulo Bustos, en cuya obra aparece con esplendor la naturaleza del Caribe. O Jaime Jaramillo Escobar, un antioque?o sin tel¨¦fono, de vida mon¨¢stica. Uno m¨¢s marginal es Rub¨¦n V¨¦lez, poeta ir¨®nico, homosexual, con un sentido del lenguaje extraordinario. Adem¨¢s, sorprenden los poemas de Robinson Quintero, un viajero de carretera, editado por la Universidad de Antioquia. ¡°El ¨²tero de la poes¨ªa colombiana son las universidades¡±, explica Jaramillo Agudelo. De ah¨ª han surgido otros nombres como Giovanni Quessep o la propia Piedad Bonnett, ambos profesores universitarios. Entre los m¨¢s j¨®venes, Catalina Gonz¨¢lez y Amalia Moreno, esta ¨²ltima premio de Poes¨ªa Arcipreste de Hita.
The Colombians
La literatura colombiana escrita en ingl¨¦s se abre hueco con fuerza. Patricia Engel, nacida en Nueva Jersey en 1977, fue la primera mujer en ganar el Premio Biblioteca de Narrativa Colombiana con su obra Vida, en 2017, e Infinite Country, su ¨²ltimo libro, fue best seller de The New York Times. ¡°Mi vida de familia, de amor, de sentimientos, fue en espa?ol. Mi educaci¨®n fue en ingl¨¦s. Yo como persona y escritora soy una mezcla de todo eso. Aunque escribo en ingl¨¦s, las ideas, los sentimientos, viene de todo eso¡±, asegur¨® este mes de agosto en la ¨²ltima edici¨®n de la Feria del Libro de Bogot¨¢ esta hija de migrantes. ¡°Su literatura no puede ser m¨¢s colombiana¡±, sostiene el periodista Jursich.
Julianne Pachico, nacida en Cambridge (Inglaterra), es a sus 36 a?os otra voz que cuenta Colombia en ingl¨¦s. Ella, que vivi¨® en Cali hasta los 18 a?os, vuelve al pa¨ªs en el que creci¨® en sus obras Los afortunados y El Hormiguero. En Cali tambi¨¦n se qued¨® el escritor estadounidense Tim Keppel (Alerta de terremoto), considerado ya desde hace unos 25 a?os un cuentista colombiano.
Venezuela
Colombia siempre ha mirado a Venezuela. Ahora, como el vecino pobre. Antes, Venezuela era el Miami de Am¨¦rica Latina, el lugar al que viajaban las familias ricas colombianas buscando el sol y el lujo que reg¨® el pa¨ªs petrolero. Colombia es hoy el pa¨ªs que m¨¢s venezolanos ha recibido en los ¨²ltimos a?os huyendo de la miseria. Se estima que hay en torno a 1,7 millones. Su presencia, la mayor¨ªa transitando sin rumbo por las calles, ha cambiado la fisonom¨ªa de algunas ciudades colombianas, incluida Bogot¨¢. El reto que supone la regularizaci¨®n que anunci¨® el Gobierno de Iv¨¢n Duque se une a la necesidad de aprender a convivir con el for¨¢neo en un pa¨ªs muy acostumbrado a emigrar, pero poco acostumbrado a recibir.
Tres mujeres colombianas acaban de publicar libros, desde distintos prismas, sobre el pa¨ªs vecino. Desde el periodismo, Catalina Lobo-Guerrero, que vivi¨® varios a?os en Caracas, ha publicado Los restos de la revoluci¨®n; desde la literatura, Melba Escobar estrena Cuando ¨¦ramos felices pero no lo sab¨ªamos, y desde la memoria pol¨ªtica, la que fuera canciller de Juan Manuel Santos, Mar¨ªa ?ngela Holgu¨ªn, presenta La Venezuela que viv¨ª.
Repensar un pa¨ªs
Desde el proceso de paz en las FARC, en 2016, existe la necesidad de repensar el pa¨ªs, tambi¨¦n en t¨¦rminos hist¨®ricos. Jorge Orlando Melo pasa por ser el historiador m¨¢s reputado en la actualidad. Su Historia m¨ªnima de Colombia es un ¨¦xito editorial. Ahora vuelve a la carga con Colombia: las razones de la guerra, donde indaga en las ra¨ªces de la guerra civil.
Otros autores han tomado un camino diferente para contar el pa¨ªs. Beatriz Gonz¨¢lez lo hace con tres tomos en Historia de la caricatura en Colombia. El antrop¨®logo canadiense y colombiano Wade Davis utiliza el principal r¨ªo del pa¨ªs para darle sentido a la naci¨®n en Magdalena. Historias de Colombia. Davis ha navegado por sus aguas en busca de sentido. A la par, el Banco de la Rep¨²blica ha editado un libro con varios autores con la misma tem¨¢tica. En las cuencas del Magdalena viven cuatro de cada cinco colombianos.
Desde los m¨¢rgenes
Una literatura distinta ha surgido con la paz. Los desmovilizados, a veces verdugos, otras v¨ªctimas, quieren contar su historia. Del horror y las balas en la selva les queda su conexi¨®n con la naturaleza. El Instituto Caro y Cuervo ha publicado relatos de no ficci¨®n escritos por excombatientes que han apostado por dejar las armas. El escritor Juan ?lvarez coordina el proyecto. La Comisi¨®n de la Verdad, surgida del acuerdo con las FARC para esclarecer lo ocurrido en el conflicto, ha editado varios libros sobre el tema, algunos incluso para ni?os. El Centro Nacional de Memoria Hist¨®rica va a lanzar una biblioteca musical de la paz, que indaga en la relaci¨®n entre memoria y m¨²sica. Importante en un pa¨ªs en el que a todo el mundo se le van los pies al primer comp¨¢s.
CLAVES
Entre el Magdalena y el Manzanares
La Feria del Libro de Madrid se celebra en el parque del Retiro del 10 al 26 de septiembre. La pandemia de covid ha obligado a cambiar sus fechas tradicionales: mayo y junio. En 2020 se suspendi¨®.
Covid
320 casetas ocupar¨¢n un espacio de 400 metros al aire libre pero vallados para controlar el aforo, que ser¨¢ de un m¨¢ximo de 3.900 personas.
Colombia
La conferencia inaugural correr¨¢ a cargo del poeta Dar¨ªo Jaramillo. Autores como Margarita Garc¨ªa Robayo, Melba Escobar o Juan Esteban Consta¨ªn participar¨¢n en el evento.
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