Kenneth Goldsmith o c¨®mo en literatura lo realmente original es no ser original
El poeta conceptual y fundador de ¡®UbuWeb¡¯, un repositorio de cultura de vanguardia, visita Madrid para impartir conferencias y talleres en el Reina Sof¨ªa, donde aborda teor¨ªas como el archivo ubicuo y la escritura no creativa
Kenneth Goldsmith (Nueva York, 1961) no ha venido exactamente a hablar de su libro. Hasta ¨¦l reconoce que es dif¨ªcil que alguien se trague algunas de sus obras m¨¢s importantes: t¨ªtulos como Fidget, una recopilaci¨®n de todos los movimientos de su propio cuerpo durante una jornada de 1997 (Carlos Bueno lo tradujo como Inquieto para La U?a Rota) o Day, del 2000, un tocho de casi 900 p¨¢ginas donde transcribi¨® palabra por palabra un n¨²mero del New York Times. Lo importante, arguye, no es tanto leerlas de cabo a rabo sino absorber y poner en pr¨¢ctica las ideas que las sustentan.
?Qu¨¦ cu¨¢les son? Para empezar, que en literatura la no originalidad es la nueva originalidad. Que la copia no es tan dram¨¢tica ni tan mezquina como lo pintan, y de hecho puede ser toda una fuente de creatividad. O que, si uno quiere dedicarse a escribir (y cualquiera puede hacerlo), hasta las actividades aparentemente inanes como actualizar el estado en redes sociales tienen su enjundia. De todo eso, y m¨¢s, es de lo que vino exactamente a hablar a Madrid la semana pasada, donde a lo largo de varias jornadas imparti¨® talleres y conferencias en el Museo Reina Sof¨ªa como parte del programa ZIT 2. Escribir sin tener ni idea, cuyo nombre da una idea bastante clara de por d¨®nde van los tiros. Muerte al genio creativo, viva la cultura colectiva.
Profesor universitario, editor y poeta, Goldsmith es, ante todo, un te¨®rico y valedor de la literatura experimental. Ha plasmado sus teor¨ªas en ensayos como Escritura no creativa (Caja negra) y Wasting Time On The Internet (Perder el tiempo en internet, donde defiende que tambi¨¦n se amasa conocimiento mientras se salta de una pesta?a a otra), estos s¨ª destinados a ser le¨ªdos y diseccionados con un m¨ªnimo de atenci¨®n. En 1996 fund¨® UbuWeb, un repositorio en l¨ªnea que empez¨® recopilando poemas visuales y ha acabado convertido en el caj¨®n de sastre definitivo de la cultura de vanguardia, un oasis virtual donde encontrar todo tipo de archivos, desde pel¨ªculas a piezas sonoras, c¨®mics conceptuales¡
Uno de los talleres que imparti¨® en el Reina Sofia, basado en uno de sus ensayos, se titulaba Duchamp es mi abogado, y en ¨¦l habl¨® tanto de la g¨¦nesis de UbuWeb como de sus m¨¦todos para zafar el yugo de los derechos de autor a la hora de colgar y ofrecer libre acceso a las obras que aloja. En realidad, no hay demasiado misterio: ¡°Simplemente ignoro que el copyright existe y nadie se queja¡±, cuenta en una entrevista en las oficinas del museo justo antes de esa charla. ¡°Creo que todo se reduce al dinero, y UbuWeb trabaja sin dinero. No lo recibimos, no lo damos, no pagamos. As¨ª que supongo que la gente dice: ¡®Bueno, no se est¨¢ intentando enriquecer con lo que hago. Adem¨¢s, pienso que en ¨²ltima instancia los artistas creen en la educaci¨®n. S¨ª, quieren vender su trabajo, pero tambi¨¦n que la gente lo vea¡±.
¡°El corta-pega es algo que necesariamente altera nuestra relaci¨®n con el lenguaje, que ya nunca volver¨¢ a ser el mismo¡±, asegura
Esa visi¨®n ¡°ut¨®pica¡± de internet que aplic¨® a la creaci¨®n de UbuWeb es el punto exacto donde confluyen todos los caminos de su trayectoria. Una parte de su trabajo consiste en pensar en el rol del archivo como material art¨ªstico y en su capacidad mutante, o sea, c¨®mo casi cualquier cosa, especialmente aquello que escapa a la l¨®gica algor¨ªtmica, puede considerarse un archivo donde escarbar para obtener oro literario. Otra vertiente es la escritura no creativa, la que ¨¦l practic¨® (y, de ese modo, teoriz¨®) en t¨ªtulos como aquel tocho de Days: una forma de producci¨®n de textos que no explora los caminos habituales de la narrativa sino que busca experimentar con t¨¦cnicas como la repetici¨®n, la fragmentaci¨®n y el plagio.
¡°Soy lo suficiente viejo como recordar un tiempo en que no hab¨ªa internet, y c¨®mo su llegada lo cambi¨® todo¡±, dice Goldsmith, que habla de ella como ¡°casi una revoluci¨®n¡± con un ¡°potencial¡± para la literatura cercano al infinito, un espacio con nuevas reglas donde el corta-pega ofrece una herramienta dotada de poderes casi m¨¢gicos, trascendentales. ¡°Es algo que necesariamente altera nuestra relaci¨®n con el lenguaje, que ya nunca volver¨¢ a ser el mismo¡±, asegura. ¡°De modo que ?por qu¨¦ ¨ªbamos a escribir igual?¡±.
Goldsmith entronca sus ideas como herederas del legado de Marcel Duchamp y Andy Warhol, taumaturgos que por medio de la recontextualizaci¨®n fueron capaces de transformar objetos encontrados y cotidianos a priori irrelevantes en obras de arte de un valor incalculable. Partidario de la creencia de que la literatura va medio siglo por detr¨¢s de la evoluci¨®n conceptual de las bellas artes, considera que ahora es el momento de la falta de originalidad en las letras, en la estela de los postulados de aquellos maestros.
¡°Internet ha alterado nuestra relaci¨®n con el lenguaje, que ya nunca volver¨¢ a ser el mismo. De modo que ?por qu¨¦ ¨ªbamos a escribir igual?¡±.
¡°La obra de Warhol al completo est¨¢ basada en la idea de la no-creatividad: la producci¨®n sin esfuerzo de pinturas mec¨¢nicas y pel¨ªculas intragables en las que literalmente no pasa nada¡±, escribe en su ensayo Against Expression, colgado en UbuWeb. ¡°?l invent¨® nuevos g¨¦neros literarios: a: a novel era una mera transcripci¨®n de docenas de casetes, erratas, tropiezos y titubeos que se plasmaron tal y como se hab¨ªan mecanografiado. Sus Diarios, un tomo enorme [donde especificaba detalles tan prosaicos como los precios de los taxis que tomaba], los dict¨® por tel¨¦fono a una asistente que los transcribi¨®¡±.
Hay precedentes dentro del terreno de la literatura que ya avanzaron algunas de las propuestas de Goldsmith. El uso de la repetici¨®n como elemento para la resignificaci¨®n por parte de Gertrude Stein. El ensamblaje y el collage de los Cantos de Ezra Pound. El ensayo descriptivo de Georges Perec. La t¨¦cnica del cut-up de William Burroughs. Lo que Goldsmith propone ahora a sus alumnos ¡ªo a quien tenga inter¨¦s en el arte de juntar letras¡ª es seguir esos ejemplos e incluso ir m¨¢s all¨¢ gracias al uso de la Red para tratar de dar con significados ocultos, iluminaciones encerradas en cajones donde hasta ahora no se nos hab¨ªa ocurrido mirar.
¡°Estos significados se pueden encontrar incluso copiando. Puedes copiar tu propia p¨¢gina de Facebook, por ejemplo, y pegarla en un documento Word. Y de repente, esa p¨¢gina est¨¢ en tu ordenador, con la fuente que usas, como si lo hubieras escrito t¨². Y ah¨ª puedes decir: ¡®Vale, ?ahora que hago con esto?¡±, ilustra Goldsmith, conocido, parad¨®jicamente, por su originalidad a la hora de vestir: hoy lleva una chaqueta de cuero y unas gafitas redondas que se quita durante la charla. ¡°Adem¨¢s, no importa lo mucho que lo intentes: no puedes no expresarte. Incluso si escoges algo que ha sido escrito previamente, has tomado la decisi¨®n de elegir eso. Y la pregunta es: ?qu¨¦ dice eso de ti?¡±.
Con sus propuestas, no es que Goldsmith est¨¦ abogando por el fin de la novela o de la narraci¨®n lineal, sino que apuesta por una convivencia fruct¨ªfera entre la tradici¨®n y lo experimental. ¡°Yo leo filosof¨ªa, leo teor¨ªa, leo novelas¡±, subraya el poeta, que empez¨® su trayectoria como escultor para poco a poco ir virando hacia la cualidad f¨ªsica de las palabras. ¡°No se trata de que estas ideas se impongan como la ¨²nica manera de hacer las cosas, sino que de entender que esta es una manera de hacer las cosas que nunca ha sido reconocida. En la cultura hay espacio para m¨¢s de una aproximaci¨®n¡±, defiende el estadounidense, que anticipa que, si internet es el presente de la literatura, su futuro ser¨¢ la inteligencia artificial (IA). ¡°De hecho esta entrevista podr¨ªa hacerse, y muy bien, con IA¡±, predice. ¡°Pero si no tenemos cuidado, la IA replicar¨¢ los sesgos humanos: los raciales, los coloniales, los militares. En otras palabras, podemos entrenar la IA para darle lo peor de nosotros, o hacerlo de un modo diferente para intentar inventar un mundo mejor¡±.
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