De Justine Kurland a Nieves Mingueza: el collage fotogr¨¢fico como aliado feminista
Desde principios del siglo XX, la t¨¦cnica de cortar y pegar ha resultado ser un formidable transmisor de las reivindicaciones de las mujeres
Durante 1967 comenz¨® a circular por las calles del Greenwich Village de Nueva York un texto clave del feminismo m¨¢s radical, el Manifiesto SCUM. Las mujeres lo pod¨ªan adquirir por un d¨®lar, los hombres por dos. Lo distribu¨ªa su propia autora, Valerie Solanas, una escritora revolucionaria, vagabunda y prostituta quien, un a?o m¨¢s tarde, alcanzar¨ªa m¨¢s mucho m¨¢s de quince minutos de fama tras disparar a Andy Warhol con un revolver del calibre 32. Las balas traspasaron el estomago, el h¨ªgado, el es¨®fago y los pulmones del artista. Horas m¨¢s tarde Solanas se entreg¨® a la polic¨ªa. Warhol no present¨® cargos y al a?o siguiente pos¨® para Richard Avedon ense?ando sus cicatrices. Su agresora fue diagnosticada con esquizofrenia paranoica y cumplir¨ªa parte de los tres a?os de condena en un psiqui¨¢trico. ¡°No me arrepiento de nada¡±, le dijo a un periodista tras ser arrestada. ¡°Lea mi manifiesto y sabr¨¢ lo que soy¡±.
De no haber disparado a Warhol, posiblemente el manifiesto de Solanas ¡ªun iracundo llamamiento a derrocar el gobierno, a eliminar el sistema monetario, a una completa automatizaci¨®n y a la destrucci¨®n del sexo masculino¡ª hubiese ca¨ªdo en el olvido. En su trasfondo discurre una corrosiva y dr¨¢stica respuesta a las teor¨ªas freudianas, tesis que exasperaban a la joven, victima de abusos sexuales por parte de su padre durante la infancia. SCUM significa escoria en ingles y es tambi¨¦n el acr¨®nimo de Society for Cutting Up Men (traducido de forma habitual como Organizaci¨®n para el Exterminio del Hombre). Con el af¨¢n de rendir homenaje al pol¨¦mico manifiesto, la fot¨®grafa Justine Kurland (Warsaw, Nueva York, 1969), ¡ªconocida fundamentalmente por sus fotograf¨ªas de rebeldes adolescentes y cuya visi¨®n se posiciona radicalmente en contra de la imagen de la Am¨¦rica m¨¢s estereotipada por la mirada masculina¡ª, ha echado mano de las cuchillas para dar forma a un provocativo libro, SCUMB Manifesto (MACK). Es la letra B (de book, libro en ingl¨¦s) la encargada de advertir de que, en esta ocasi¨®n, son libros los que han sido cercenados. Monograf¨ªas cuya autor¨ªa pertenece a hombres fot¨®grafos. ¡°Un llamamiento al fin de la representaci¨®n gr¨¢fica del canon masculino¡±, tal y como escribe la artista en la portada de su nuevo libro. ¡°Voy a por usted con una cuchilla¡±, amenaza.
La amenaza se cumpli¨® en varios casos. Kurland recort¨® y reconfigur¨® 150 libros de fotograf¨ªa de su biblioteca. Todos ellos firmados por fot¨®grafos blancos, cuyos nombres figuran en algunos de los vol¨²menes m¨¢s sonados de la historia del medio: Paris by Night, de Brassa?, The Americans, de Robert Frank, The Bikeriders, de Danny Lyon. Otros como Think of England, de Martin Parr, American Surfaces, de Stephen Shore, Sleeping by the Mississippi de Alec Soth, Tulsa de Larry Clark o Los Alamos, de Willliam Eggleston tambi¨¦n se encuentran entre ellos. Un subversivo ejercicio de corta y pega que algunos podr¨ªan calificar de vandalismo cultural, posibilidad contemplada por la autora dentro del esp¨ªritu punk que inicialmente dio pie a la obra. Finalmente resultar¨ªa un acto tan destructivo como creativo y reparador, con un tono de fondo de parodia, en el cual la autora reclama su libertad para reconfigurar nuestra historia visual y social y liberarse de la influencia de los maestros, a quienes en realidad aprecia, as¨ª como de los c¨¢nones marcados por los museos y las publicaciones. Un acto acorde con el signo de los tiempos, en el cual el collage permite a la artista distanciarse de la perspectiva ¨²nica, reclamando una multiplicidad de puntos de vista.
Los cuerpos femeninos dominan los collages de Kurland. En Nudes (After Jay DeFeo, 2021) los distintos recortes del cuerpo de una mujer se reagrupan alrededor de trozos triangulares de vello p¨²bico para evocar la imagen de una flor. ¡°La composici¨®n se presenta como la enmienda a un cierto tipo de educaci¨®n fotogr¨¢fica¡±, escribe Marina Chao en el monogr¨¢fico, ¡°donde los cuerpos de la mujeres han sido consumidos tan f¨¢cilmente como las flores, los ¨¢rboles y los paisajes¡±. De esta forma las figuras adquieren una nueva vida mediante su mutilaci¨®n. Las manos de Georgia O¡¯Keeffe se liberan de la condici¨®n de fetiche que Alfred Stieglitz arroj¨® sobre ellas. Resulta un desafi¨® para el lector tratar de identificar al autor de las im¨¢genes originales a trav¨¦s de los trozos recortados.
Cada collage lleva el nombre del libro del que la autora obtuvo el material, sin citar el nombre del autor. Kurland ofreci¨® sus obras a algunos de estos fot¨®grafos. La mayor¨ªa de ellos no respondieron. Con algunas excepciones: Tod Papageorge se sinti¨® halagado, Stephen Shore le ofreci¨® un intercambio por una copia impresa y Jim Goldberg la envi¨® Raised by Wolves como material para otra de sus obras. ¡°No he pretendido se?alar a nadie¡±, asegura la autora al cr¨ªtico brit¨¢nico Sean O¡¯Hagan. ¡°Se trata de un sistema y de estructuras de poder, no de individuos, aunque debo decir que algunos de estos chicos han estado ocupando demasiado espacio durante demasiado tiempo¡±.
Inevitablemente el monogr¨¢fico plantea temas relacionados con la apropiaci¨®n y la autor¨ªa. ¡°Solanas no dispar¨® a Warhol porque fuese un hombre; le dispar¨® porque le rob¨® su obra, el texto mecanografiado de su guion, Up Your Ass¡±, escribe Kurland en el libro. Lo cierto es que la escritora se present¨® en la Factory con la intenci¨®n de recuperar el texto que ella misma hab¨ªa hecho llegar al artista. Convencida de que su editor, Maurice Gorodias, estaba conspirando con Warhol, fue primero a la oficina del empresario para matarlo, y al no encontrarlo se dispuso a descargar su ir¨¢ contra el artista. Parece ser que el vers¨¢til creador nunca se sinti¨® realmente interesado por el guion y lo traspapel¨®. No pudiendo devolv¨¦rselo a su due?a, y tras la insistencia de esta, le ofreci¨® participar como secundaria en alguna de sus pel¨ªculas. Tres d¨ªas despu¨¦s del tiroteo, el editor imprimi¨® SCUM Manifiesto. Nunca pag¨® a la autora su parte de beneficios. El guion apareci¨® a?os despu¨¦s entre las pertenencias de uno de los colaboradores de Warhol y en la actualidad se encuentra en los archivos de la Warhol Foundation. Solanas muri¨® en 1988, sola, a causa de una neumon¨ªa y en un hotel de acogida en San Francisco. Su madre quem¨® todos sus manuscritos in¨¦ditos.
Desde la dadaista Hannah H?ch, as¨ª como Mary Beth Edelson y Martha Rosler en los a?os setenta, hasta la africana Wangechi Mutu en la actualidad, son muchas las artistas que han venido a confirmar la idoneidad del collage como un formidable transmisor de las reivindicaciones feministas. SCUMB Manifiesto supone un eslab¨®n m¨¢s en esta tradici¨®n a la que se suma la fot¨®grafa espa?ola Nieves Mingueza con One in Three Women. Se trata de una serie, o capitulo, perteneciente a un proyecto m¨¢s global y en curso, mediante el cual la autora conceptualiza la violencia de g¨¦nero con el fin de concederle visibilidad. Para ello mezcla la fotograf¨ªa vern¨¢cula con una serie de textos y material de archivo.
¡°Seg¨²n un informe elaborado por las Naciones Unidas en 2021, la violencia contra las mujeres y las ni?as es una de las violaciones m¨¢s generalizadas y persistentes de los derechos humanos en el mundo¡±, destaca la autora cordobesa, quien echa mano de estad¨ªsticas para incorporarlas en su obra. La serie se abre con la intervenci¨®n de lo que podr¨ªa ser una fotograf¨ªa de orla acad¨¦mica, de una especialidad exclusiva para mujeres. Mingueza recorta abruptamente sus rostros, manifestando su rabia en la aspereza de cada corte. El treinta y tres por ciento de las caras aparecen salpicadas por un fondo rojo, un dato que viene asociado al texto que acompa?a la imagen, ¡°One in three women globally are subjected to violence (Una de cada tres mujeres se ve sometida a la violencia de forma global)¡±. Otras veces los textos escritos a mano se incorporaran en el reverso de las fotograf¨ªas, una forma de insistir en la invisibilidad del problema.
Parte de la serie se centra en el ambiente domestico: en las cocinas, en los lavabos, en la cama o en el sof¨¢. Con una simple intervenci¨®n, bien una cruz, una flecha, o un n¨²mero, la artista consigue h¨¢bilmente estimular la imaginaci¨®n del observador y apunta a objetos que bien podr¨ªan ser utilizados como armas, dentro de las p¨¢lidas habitaciones de propietarios an¨®nimo que inmediatamente pasan a ser el escenario de un crimen. ¡°Con mis intervenciones transform¨® los interiores de la misma forma que la violencia transforma los hogares¡±, se?ala Mingueza. Afincada en Londres desde hace siete a?os, ha desarrollado una trayectoria que la ha llevado a exponer en muestras colectivas en la Tate Modern, la Saatchi Gallery y la Fondazione Giorgio Cini de Venecia, as¨ª como en PhotoEspa?a. Este a?o repite en los Encuentros de Arl¨¦s, donde ha sido invitada a exponer otro de los cap¨ªtulos de su proyecto, Case 3181. Un fotoensayo en el cual la ficci¨®n y la realidad se unen para reconstruir un feminicidio en el cual la v¨ªctima es representada por un maniqu¨ª. El evento tendr¨¢ lugar el 9 de julio dentro de Night of the Year.
¡®SCUMB Manifesto¡¯. Justine Kurland. MACK Books. 282 p¨¢ginas. 75 euros.
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