Dos fot¨®grafos que capturan la cara oculta del rostro humano
Roger Ballen y Jacques Sonck, cuyas obras se exponen en el Festival de Fotograf¨ªa de Castilla y Le¨®n, miran a la figura del ¡®outsider¡¯ desde distintas perspectivas
Sargento F. de Bruin. Empleado de Dpto. de Prisiones. Estado libre de Orange es uno de los retratos m¨¢s conocidos de la obra de Roger Ballen (Nueva York, 1950). Pertenece a la serie Platteland (1986-93), realizada por el fot¨®grafo, residente en Sud¨¢frica, con el prop¨®sito de visibilizar a una parte de la poblaci¨®n blanca y rural que viv¨ªa en los m¨¢rgenes, ajenos a los privilegios ofrecidos por el Apartheid. Las enormes y desproporcionadas facciones del rostro de este funcionario de triste mirada perruna parecen no corresponder a su cuerpo menudo, ni tampoco a la imagen de un ejecutor de la supremac¨ªa blanca. Captan de inmediato la atenci¨®n del espectador. Sin embargo, el fot¨®grafo asegura que fue el alambre retorcido (una de las obsesiones del autor), que cuelga detr¨¢s, a la altura de los ojos y las orejas del sujeto, lo que m¨¢s atrajo su mirada. Dice no estar interesado en personajes que solamente atrapen su atenci¨®n visualmente, sino en aquellos que sirvan de detonante para que el espectador escarbe en lo m¨¢s profundo y oscuro de su propia psique.
Ge¨®logo y psic¨®logo de formaci¨®n, tras cinco d¨¦cadas de trayectoria, Ballen se describe a s¨ª mismo como un fot¨®grafo psicol¨®gico y existencial. Su fama internacional lleg¨® a trav¨¦s de una obra perturbadora cuyos protagonistas son a menudo los outsiders de la sociedad sudafricana. Gente que vive en la pobreza, muchos de ellos discapacitados o mentalmente inestables, blancos, por lo general, y con frecuencia retratados en las destartaladas moradas que habitan, donde act¨²an desafiando al sentido com¨²n. Una obra que con el tiempo se ha ido cargando de met¨¢foras y de teatralidad, dejando de un lado la figura humana para incorporar animales, (que nos recuerdan que solo somos otra especie m¨¢s en la Tierra), dibujos y esculturas, que ofrecen una narrativa mucho m¨¢s compleja y abstracta que en ocasiones difumina la frontera entre la realidad y la ficci¨®n. ¡°Mi fotograf¨ªa no trata ni de la gente ni de los lugares que en ella aparecen. No documentan una realidad pol¨ªtica o social. Es esencialmente una experiencia psicol¨®gica¡±, afirma el fot¨®grafo durante una videoconferencia. El autor figura como uno de los protagonistas de la segunda edici¨®n del Festival Internacional de Fotograf¨ªa de Castilla y Le¨®n con una exposici¨®n titulada El mundo seg¨²n Roger Ballen. Compuesta por 50 fotograf¨ªas pertenecientes a sus series m¨¢s representativas, prevalecen en ella seis temas que han ayudado a configurar la mirada del autor (alambres, personas, animales, lo real frente a lo irreal, dibujos y color).Todo ello queda inscrito en una est¨¦tica a la que ¨¦l mismo ha venido a llamar ballenesca.
Dentro de la misma sala, y tambi¨¦n como parte del festival, se encuentra la obra de Jacques Sonck (1949, Gante, B¨¦lgica). Bajo el t¨ªtulo de Retratos, se muestran 40 fotograf¨ªas pertenecientes a una sola serie en curso, iniciada en los a?os setenta. ¡°Me interesa la gente que destaca visualmente¡±, afirma el fot¨®grafo belga durante una conversaci¨®n telef¨®nica. ¡°Cualquier persona que sobresalga de la norma en su apariencia. De cualquier edad, genero y raza. Marginales o no. En principio tengo una clara visi¨®n de lo que persigo, pero me dej¨® sorprender. En realidad busco la extra?eza. Y la enfatizo dentro de un marco¡±.
Si algo comparten Ballen y Sonck es su temprana afici¨®n por la fotograf¨ªa. El norteamericano creci¨® entre las fotograf¨ªas de los grandes fotoperiodistas de la ¨¦poca que colgaban en las paredes de su casa. Su madre trabajaba para Magnum y a menudo se codeaba con Cartier-Bresson y Kert¨¦sz. El inter¨¦s por el medio fotogr¨¢fico tambi¨¦n surgi¨® pronto para el fot¨®grafo belga; a los doce a?os qued¨® embelesado por la belleza de las c¨¢maras fotogr¨¢ficas expuestas en el escaparate de un centro comercial. Si Ballen describe su estilo como ¡°ficci¨®n documental¡±, Sonck se define a s¨ª mismo como ¡°un fot¨®grafo documental de retratos¡±. As¨ª, sale a las calles en busca de modelos a quienes nunca pregunta su nombre (Amberes, Gante y Bruselas suelen ser sus centros de acci¨®n). Algunos posaran de forma espont¨¢nea, tras buscar un fondo neutro que descontextualice al sujeto y enfatice su peculiaridad. Otros acudir¨¢n al estudio del fot¨®grafo, donde los modelos caen bajo su control. Mediante el uso de focos esculpir¨¢ sus facciones. En ambas situaciones su mirada se mantiene neutra y distante. Sin ridiculizar, pero tambi¨¦n sin melancol¨ªa. ¡°Sin emitir ning¨²n juicio¡±, asegura el autor, contraviniendo aquello que dec¨ªa Richard Avedon en referencia al arte del retrato: ¡°En el momento en que una emoci¨®n o un hecho se transforma en una fotograf¨ªa deja de ser un hecho para convertirse en una opini¨®n¡±. A veces, Sonck se centra en un solo detalle, podr¨ªan ser las medias o el brazo de su modelo. Las sesiones no suelen durar m¨¢s de 15 minutos. Sus fotograf¨ªas carecen de t¨ªtulo, van acompa?as tan solo de la fecha y el lugar donde fueron disparadas. ¡°No necesitan de mucha informaci¨®n¡±, advierte. ¡°Me interesa m¨¢s que el espectador haga uso de su imaginaci¨®n para completar la historia. Cualquiera que pose para m¨ª es importante. Todos son diferentes pero merecen el mismo trato y respeto¡±, asegura.
Tanto la obra de Ballen como la de Sonck han sido comparadas con la de Diane Arbus, algo en lo que el primero no parece estar muy de acuerdo, se?alando al escritor Samuel Beckett como la influencia clave de su trayectoria ¡°Mi obra evoca lo absurdo de la condici¨®n humana¡±, dice Ballen. ¡°En realidad todo el mundo somos outsiders en el terreno psicol¨®gico, y de ah¨ª vivimos en cierto modo en los m¨¢rgenes. No podemos predecir qu¨¦ es lo que va a pasar, ni controlar la mayor¨ªa de las cosas de la vida. Pensar que uno tiene el control es una ilusi¨®n¡±. Algunos de sus cr¨ªticos han querido destacar una falta empat¨ªa con sus protagonistas en su ¨¦nfasis de lo extremo y lo grotesco, algo que tambi¨¦n le ocurri¨® a Arbus, cuando Susan Sontag quiso ver una posici¨®n de privilegio y superioridad a la hora de retratar ¡°gente pat¨¦tica, que despierta compasi¨®n, as¨ª como repulsiva¡±. Ballen se defiende alej¨¢ndose de las definiciones tradicionales de la belleza. ¡°En mi cabeza, aquellos a los que nos referimos como bellos tradicionalmente tienen sus propias perturbaciones¡±, se?ala. ¡°Yo puedo hacer de cualquiera un ser marginal en mis fotograf¨ªas, aunque no lo sea. Puedo transformarle dentro de una est¨¦tica psicoballenesca. Pongamos por ejemplo a Picasso, sean quienes sean sus retratados se convierten en picassianos. La buena fotograf¨ªa es como hacer una pintura¡±, dice con rotundidad.
Existe algo muy primitivo en las im¨¢genes de Ballen, que trasladan al lector a la pintura de las cavernas. ¡°Mis im¨¢genes son multidimensionales y arquet¨ªpicas¡±, explica. ¡°Una de las razones por las que la gente no se olvida de ellas es precisamente por este componente arquet¨ªpico que se encuentra en el significado y en la forma. As¨ª, el espectador, en su subconsciente, logra en cierto modo reconocer la cueva, o algo m¨¢s primitivo, y reconocerlo como parte de su desarrollo evolutivo. Estas son cosas dif¨ªciles de probar. Las im¨¢genes pueden ser tan primitivas como sofisticadas. Estas llenas de opuestos, son oscuras e inquietantes al tiempo que contienen comedia y humor. Lo bello y lo feo conviven en ellas. No existe una ¨²nica palabra capaz de expresar la convivencia de estas dualidades¡±. El autor echa mano de los aspectos biol¨®gicos y psicol¨®gicos de la condici¨®n humana para recordarnos que no somos tanto una construcci¨®n social como el resultado de a?os de un proceso evolutivo, y nuestros instintos m¨¢s primarios siguen ah¨ª, en lo m¨¢s profundo de nuestro ser.
Para Ballen, la palabra m¨¢s profunda de nuestro vocabulario es nada. ¡°Nada es muerte. Y el mayor temor que experimenta cualquier ser es la muerte, normalmente nadie quiere morir¡±, argumenta. ¡°El gran misterio es de d¨®nde venimos y ad¨®nde vamos, as¨ª siempre estamos tratando con la nada. No nos libramos de ella. Lo intentamos pero inconscientemente la idea determina nuestro comportamiento y el de todos los animales¡±.
¡®Retratos¡¯. Jacques Sonck. Sala de Exposiciones Unicaja. Palencia. Hasta el 29 de mayo.
¡®El mundo seg¨²n Roger Ballen¡¯. Sala de Exposiciones Unicaja. Palencia. Hasta el 29 de mayo.
Puedes seguir a BABELIA en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.