Lo contrario de la (isla) Soledad
En la segunda entrega de esta serie veraniega, Laura Ferrero embarca a los lectores en un viaje imaginario al mar de Kara y al aislamiento que tambi¨¦n se puede encontrar el lector en plena civilizaci¨®n
Isla Soledad. 77? 29¡äN, 82? 30¡äO
Es dif¨ªcil de encontrar. En el mar de Kara, en un lugar indeterminado al noreste de aquella isla alargada, S¨¦verny, que se curva en sus extremos asemej¨¢ndose al signo que cierra un par¨¦ntesis, un peque?o punto llama la atenci¨®n. Si clicamos sobre ¨¦l, apelando a la magia de Google Maps, nos aproximamos, pero, como en un mal truco, sucede lo contrario a lo esperado: no ganamos en nitidez, sino que la imagen va convirti¨¦ndose en un borr¨®n m¨¢s denso, en una m¨¢scara infranqueable. No en vano, el territorio que nos ocupa se llama Soledad. Y la soledad extrema, en tiempos como los nuestros, ser¨ªa que ni siquiera Google Maps fuera capaz de encontrarte. O peor, que te encontrara, pero que el intento de aproximarse condujera una y otra vez a una m¨¢scara opaca de aislamiento.
¡°Make someone happy¡±, dice la canci¨®n de Jimmy Durante. Y a pesar de que ahora el mandato es otro, y el mundo se llena de esl¨®ganes y tatuajes del estilo de s¨¦ t¨² mismo, pon rumbo a tu felicidad o lo primero eres t¨², siempre que escucho a Durante pienso que esa canci¨®n es lo contrario de la soledad. Escribe sobre ella Sergi P¨¤mies en ¡®Bonus track¡¯, el ¨²ltimo relato de ese libro memorable que es El arte de llevar gabardina. Y por el t¨ªtulo, ¡®Bonus track¡¯, uno podr¨ªa pensar que es un a?adido, pero el relato funciona m¨¢s bien como un tipo muy espec¨ªfico de a?adido: un regalo.
Dos islas responden al nombre de Soledad, pero ninguna de ellas especifica si se trata de soledad elegida o no elegida. Sea como sea, una de ellas pertenece a las Malvinas y aparece en primer lugar de la b¨²squeda en Google Maps. La otra, la nuestra, aparece ¨²nicamente si la b¨²squeda se realiza en cir¨ªlico (O§ã§ä§â§à§Ó §µ§Ö§Õ§Ú§ß§Ö§ß§Ú§ñ; Ostrov Uedineniya). Entonces s¨ª: emergen sus coordenadas, su majestuoso aislamiento, su silencio. Descubierta en 1878 por el capit¨¢n noruego Edvard Holm Johannesen de Troms?, fue ¨¦l quien le dio el po¨¦tico nombre de Soledad a causa de su remot¨ªsima ubicaci¨®n, lejos de toda tierra en un mar desolado.
A?os m¨¢s tarde, en 1931, el ocean¨®grafo ruso Vladimir Vize, una autoridad en cuestiones del ?rtico, quiso explorar la zona que rodea la isla con el rompehielos sovi¨¦tico Malygin. Estaba convencido de que descubrir¨ªa otras tierras en las inmediaciones de la isla, pero no tuvo ocasi¨®n de hacerlo dadas las malas condiciones meteorol¨®gicas, que impidieron su viaje. A finales de siglo, las fotograf¨ªas de sat¨¦lite de la zona probaron que sus intuiciones iban bastante desencaminadas: la isla Soledad estaba efectivamente en una posici¨®n de total aislamiento y el territorio m¨¢s pr¨®ximo, otra isla, se hallaba a m¨¢s de 150 km. M¨¢s tarde, el gobierno de la URSS decidi¨® construir ah¨ª una estaci¨®n meteorol¨®gica.
Tantas cosas pueden ser la soledad (una isla, una bendici¨®n, el nombre de una calle, la imposibilidad de ponerse crema uno mismo en el centro de la espalda, las estaciones de madrugada, una maldici¨®n, La soledad del corredor de fondo o La soledad de los n¨²meros primos, Scarlett Johanson y Bill Murray despidi¨¦ndose sin que sepamos qu¨¦ se dicen, Madrid en una ola de calor, Travis en el desierto pensando en Jane y en la vida que qued¨® atr¨¢s en Paris, Texas, poner la funda del n¨®rdico solo), que pocos terminan sabiendo qu¨¦ es realmente la soledad.
En septiembre de 1942 un submarino de la Kriegsmarine atac¨® la peque?a isla. Hubo da?os, que fueron reparados, y la estaci¨®n ¨¢rtica continu¨® funcionando hasta que fue cerrada definitivamente en 1996.
En septiembre de 1942 un submarino de la Kriegsmarine atac¨® la peque?a e indefensa estaci¨®n sovi¨¦tica de la isla Soledad. Aquella fue la ¨²ltima misi¨®n de la Operaci¨®n Wunderland (Literalmente, Pa¨ªs de las Maravillas) ¡ªoperaci¨®n naval realizada por la Kriegsmarine contra varias bases navales de la Armada Sovi¨¦tica en el Mar de Kara y el Mar de Barents, en el Oc¨¦ano ?rtico¡ª antes de que tuviera que ser interrumpida por la proximidad de las heladas. Hubo da?os, que fueron reparados, y la estaci¨®n ¨¢rtica continu¨® funcionando durante la Guerra Fr¨ªa hasta que fue cerrada definitivamente en 1996.
El arte de llevar gabardina es un t¨ªtulo bajo el que subyace la idea de hace que, seg¨²n P¨¤mies hay dos tipos de hombres en el mundo, los memorables ¡ªlos que saben y pueden llevar gabardina¡ª y los que no. El narrador de ¡®Bonus track¡¯ teme haber sido de los segundos porque constata el fracaso de su relaci¨®n sentimental: ¡°Convencido de que ella ser¨¢ siempre lo mejor que te ha pasado, pero t¨² no ser¨¢s el mejor que le ha pasado a ella¡±, y quiz¨¢s encuentra en estas letras con las que arma el relato la ¨²nica posibilidad de resarcirse. Desde que le¨ª ¡®Bonus track¡¯, en 2019, me es imposible desgajar la canci¨®n de Jimmy Durante ¡ªen cualquiera de sus versiones, la de Doris Day o Jamie Culum¡ª del significado oculto (o no tanto) de la existencia. Porque quiz¨¢s no ha logrado hacer feliz a alguien, dice el narrador, pero s¨ª ha convertido esa impotencia en buena literatura. Cabr¨ªa preguntarse aqu¨ª si sirve eso para algo, pero me parece innecesario responderlo. Todos sabemos que no.
En el ensayo ¡°The Opposite of Loneliness¡± (Lo contrario a la soledad), incluido en un libro que lleva el mismo t¨ªtulo, Marina Keegan dec¨ªa lo siguiente: ¡°No tenemos una palabra para lo opuesto a la soledad, pero si la tuvi¨¦ramos, podr¨ªa decir que eso es lo que quiero para mi vida¡±. As¨ª, mientras la estaci¨®n ¨¢rtica de la isla Soledad sigue girando en alg¨²n lugar indeterminado del ¨¢rtico, inutilizada, herida por la operaci¨®n Pa¨ªs de las Maravillas, deseando permanecer entre hielo fr¨ªo por los siglos de los siglos, se me ocurre que lo que yo querr¨ªa para mi vida no es vivir lo opuesto a la soledad, sino vivir recordando la importancia de eso que cuenta la canci¨®n de Jimmy Durante.
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