¡®La locura de H?lderlin¡¯: ?de verdad estaba loco?
Giorgio Agamben regresa a la figura del poeta alem¨¢n a trav¨¦s de una cr¨®nica que relata las circunstancias que llevaron a tomar su demencia como cierta
La primera sorpresa de este libro es su disposici¨®n: tras un ¡°pr¨®logo¡± de unas 50 p¨¢ginas, Agamben compone una cr¨®nica de cada a?o de la segunda mitad de la vida de H?lderlin, entre 1806 y 1843, alojado en casa del carpintero Zimmer y sumido en la demencia. En el ¡®Umbral¡¯, el pensador italiano argumenta, apoy¨¢ndose en ensayo de Walter Benjamin El narrador, la pertinencia de rescatar el g¨¦nero de la cr¨®nica (tal como fue concebida en la Edad Media), porque los hechos de una vida ¡ªm¨¢s a¨²n cuando est¨¢ ¡°retirada del mundo¡±¡ª no pertenecen a la historia. Durante los primeros tres a?os, la cr¨®nica de H?lderlin se contrapone, en p¨¢gina par, con la de los sucesos m¨¢s importantes de su tiempo; por ejemplo, en octubre de 1806, Hegel ve, en Jena, la entrada de las tropas francesas y escribe: ¡°Es de veras una sensaci¨®n maravillosa ver a un hombre as¨ª [Bonaparte] que, montado a caballo y concentr¨¢ndose en un punto, se expande hacia el mundo y lo domina¡±. Por esos mismos d¨ªas, la madre de H?lderlin, que pide al erario ¡°un apoyo para su hijo enfermo¡±, obliga al poeta a regresar desde Homburgo a N¨¹rtigen, donde ella viv¨ªa. En buena medida, esta doble cronolog¨ªa sirve para contrastar el desgraciado periplo del autor de Los robles con la apacible vejez de un Goethe rodeado de gloria. A partir de 1810 la cronolog¨ªa es solo de la vida de H?lderlin y resume la informaci¨®n proveniente de cartas, diarios de allegados, cuentas del carpintero Zimmer, algunos apuntes de poemas.
En Autorretrato en el estudio (2019) ve¨ªamos a Giorgio Agamben en una foto de 1969, como joven disc¨ªpulo del seminario dictado por Heidegger en la Provenza. Ahora, cumplidos los ochenta a?os, vuelve sobre H?lderlin, una de las preferencias heideggerianas. No en busca de la ¡°esencia de la poes¨ªa¡± sino del caso cl¨ªnico y de lo que lo rode¨®. Agamben se hab¨ªa ocupado ya de H?lderlin en El final del poema, en unas p¨¢ginas brillantes sobre las odas ¨²ltimas. Dado que la edici¨®n definitiva de las odas la inici¨® Norbert von Hellingrath en 1913, propon¨ªa leer a H?lderlin como poeta del siglo XX. De hecho, una de las primeras y m¨¢s notorias consecuencias de esa edici¨®n fueron los Sonetos a Orfeo de Rilke.
En La locura¡ Agamben sugiere que se acept¨® con demasiada facilidad la idea de que el poeta vivi¨® la primera mitad de su existencia en un estado de exacerbada sensibilidad, pero mentalmente equilibrada, los treinta y seis a?os que van de 1770 a 1806; y la otra mitad, hundido en las brumas de la demencia y hospedado en casa de Zimmer, en Tubinga, entre 1807 y 1843. El descenso desde las altas notas de sus traducciones de S¨®focles y P¨ªndaro, y de sus odas, hacia la p¨¦rdida del sentido dura unos cinco a?os: desde mayo de 1802, cuando repentinamente abandona su trabajo como preceptor en Burdeos, hasta el momento en que el carpintero, que lo admiraba por Hiperi¨®n, acepta tenerlo como hu¨¦sped permanente.
Agamben no afirma que H?lderlin nunca estuvo loco, pero esgrime una serie de conductas, circunstancias, diagn¨®sticos apresurados que ayudaron a tomar como un hecho irreversible esa enajenaci¨®n. ?A qui¨¦n le conven¨ªa? Probablemente, a su madre, que nunca lo visit¨® en Tubinga, a pesar de vivir a pocos kil¨®metros; y que, pese a su buena posici¨®n, consigui¨® una pensi¨®n de W¨¹rttenberg arguyendo la enfermedad mental de su hijo. En general, a quienes creyeron, desde el primer momento, que la locura ¡°deb¨ªa ser certificada a toda costa¡±. Incluso, en un principio, al propio poeta: cuando en 1805 su amigo Isaac von Sinclair, de simpat¨ªas jacobinas, es acusado del intento de hacer de Suabia ¡°un teatro de la anarqu¨ªa¡±, H?lderlin explot¨® ¡°las sospechas de locura que pesaban sobre ¨¦l para salir del apuro¡±. En cuanto al primer diagn¨®stico oficial de demencia, declara que su habla ¡°suena medio alem¨¢n, medio griego y medio lat¨ªn¡±, cosa que, en parte, podr¨ªa justificarse por la obsesiva dedicaci¨®n a S¨®focles de aquellos tiempos. A partir de la reclusi¨®n en casa de Zimmer, en una habitaci¨®n con ventanas al r¨ªo Neckar (¡°la vista es realmente impresionante¡±, anota Agamben), la medicaci¨®n que recibi¨®, a base de belladona, lo someti¨® al estado de apacible ausencia del que no emerger¨ªa. Hacia 1809, ¡°incluso los amigos mejor intencionados ya consideraban como una locura las exigencias m¨¢s leg¨ªtimas y razonables del poeta¡±.
Goethe y Schiller, en Weimar, se rieron a carcajadas de las traducciones de S¨®focles por H?lderlin, reci¨¦n publicadas, y hoy consideradas insuperables
La documentaci¨®n en que se basa no es sustancialmente nueva; el lector en castellano dispone de H?lderlin, el rayo envuelto en canci¨®n (2008), de Antonio Pau, que remite a fuentes parecidas: la importante masa de testimonios de su tiempo, las sucesivas ediciones y biograf¨ªas, los Ensayos filos¨®ficos del poeta (en castellano, los edit¨® Felipe Mart¨ªnez Marzoa), la correspondencia (con su madre, con Hegel, con Sinclair). Pau dedic¨® un cap¨ªtulo al testimonio de Heinrich Voss seg¨²n el cual, en 1804, Goethe y Schiller, en Weimar, se rieron a carcajadas de las traducciones de S¨®focles por H?lderlin, reci¨¦n publicadas, y hoy consideradas insuperables. Agamben tambi¨¦n destaca este episodio como elocuente muestra de la inadaptaci¨®n del poeta a su tiempo. El reverso de esa inadecuaci¨®n es el car¨¢cter prof¨¦tico que, desde aquella edici¨®n de Von Hellingrath, se le ha dado a su figura y a su obra.
La locura de H?lderlin
Autor: Giorgio Agamben.
Traducci¨®n: Mar¨ªa Teresa D¡¯Meza P¨¦rez y Rodrigo Molina-Zaval¨ªa.
Editorial: Adriana Hidalgo Editores, 2022.
Formato: tapa blanda (312 p¨¢ginas, 21 euros).
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